Capítulo 24

Después de que Theo me contara su historia, me di cuenta que no está en condiciones para ir a la universidad, realmente está triste.

— ¿Qué te parece si vamos a dar una vuelta?—pregunté.

—Pero tenemos clases—mencionó.

—Lo sé, pero debes despejar tu mente—expliqué y me miró dudoso—. No pasa nada sólo es un día y hoy sólo tenemos dos horas de clases.

—Está bien, vamos—terminó aceptando.

— ¿A dónde quieres ir?—pregunté

—Hay un lago, pero está a unas dos horas aquí

—No hay problema, en mi moto llegáramos antes—el negó

—No quiero subir en esa moto—rodé mis ojos.

—La anterior vez, no te paso nada además te vas a sujetar de mí y prometo no soltarte—le dije.

—No sé, cómo lo haces pero siempre logras convencerme—dijo y tomé su mano para ir al estacionamiento.

Al llegar al estacionamiento, le di un casco a Theo y subimos en la moto, se sujetó fuerte de mí y la puse a andar.

Es la primera vez, que hago un viaje largo. En la parada que hicimos para recargar el tanque, él me siguió guiando para llegar más rápido.

Sin embargo, eso no impidió que me perdiera un poco, al final logré encontrar el lugar y debo decir que valió la pena, es un lugar hermoso.

—Sabes solía venir aquí, los fines de semana con toda mi familia—explicó—No había venido en años, hasta hoy.

— ¿Soy la primera chica que traes aquí?—pregunté y asintió. —Es tan cliché, lo lamento Sabrina habla de esas historias, todo el tiempo.

—No te preocupes lo entiendo, un chico se enamora y trae a la chica a un lugar especial, donde nunca había estado con otra chica—lo mire sorprendida—. A mi hermana, también le gustan esas historias.

Camine alrededor del lago, luego Theo se acercó a mí y me abrazo, pero me solté y salí corriendo.

—Nadine, no corras—. Corrió detrás de mí pero no podía alcanzarme.

Hasta que se lanzó al suelo y puso cara de dolor. Fui hasta donde él y le pregunté:

— ¿Qué te duele?

—Mi corazón, porque huyes de mí—lo empuje levemente

—Me asuste, en serio.

—Tranquilo, siempre que estemos juntos todo va estar bien—me beso y yo no pude evitar sonreír.

—Theo Collins, eres tan cursi.

—Te amo Nadine. —Me quede en shock, está relación paso de un me gustas, a un te quiero y ahora un te amo. — ¿Dije algo malo?

—Está relación, ha ido rápido ¿Estás seguro de lo que dices?

—Lo es Nadine, amarte es tan sencillo que en verdad puedo sentirlo, cuando tú estás conmigo y descontrolas este corazón—me quede congelada—Está bien si tú todavía no lo sientes.

—Theo eres mi primer novio y jamás pensé que esto no funcionaria, sin embargo tú has hecho que le perdiera el temor a enamorarme —lo abracé—Yo también te amo.

Nos quedamos así unos momentos, no quería soltarlo, en aquel instante él es lo único que existe en este mundo, por primera vez puedo decir que siento aquel cosquilleo en todo mi ser, que sólo él sabe cómo provocarlo.

Nos separamos nos vimos a los ojos y no pude evitar sonreír, el hizo lo mismo y nos besamos. Nos fuimos recostando en el pasto, al final yo quedé encima de él, sin embargo me sostuve con mis manos, para no dejar caer todo mi peso sobre él.

Cuando nuestro beso terminó solo lo mire y él se empezó a reír y yo no sabía por qué, sin embargo al ver mi cara de confusión dijo:

—En esa posición parece que me fueras hacer algo malo, no sabía que eras tan rápida—me sonroje y si no hubiera sido por que me estaba sosteniendo con mis manos, le hubiera dado una manotazo en su hombro.

Acerqué mi rostro al suyo, lo mire de una manera sensual y acerqué un poco mis labios a los suyos.

—Sabes si hay algo que quiero hacer—le susurre y el trago saliva— Levantarme porque estoy incomoda.

Me levanté para ya no estar arriba de él y sin embargo me quedé recostada en el pasto con él a mi derecha. Empecé a reír y Theo solo me miró sorprendido.

—No sé vale, yo pensé otra cosa.

—No sé en que estabas pensando, pero yo sólo sé que estaba incomoda. —confesé.

—Nunca vas cambiar, ¿verdad chica loca del cabello azul?

—No sabelotodo—me acerqué y lo abracé y él me dio un beso en mi nuca.

Nos quedamos así un rato y empezamos a observar las nubes en silencio, hasta que vi una en forma de ballena con un cuerno.

—Mira, esa tiene forma de ballena con cuerno un ballecornio—el sólo río.

—Eso no existe, más bien parece un pez globo—lo mire—tú ganas es ballecornio.

Nos reímos me gusta verlo así tan contento, no quiero verlo triste nunca más he aprendido a quererlo tanto en tan poco tiempo. Mi celular empezó a sonar, interrumpiendo nuestro momento mire la pantalla, es un mensaje de Sabrina que dice:

Te fui a ver en tu facultad ¿Por qué no llegaste a clases?

Le respondí:

Theo, no se sentía bien y necesitaba despejar su mente.

A lo cual respondió:

Está bien, solo no olvides que tenemos que trabajar en un par de horas.

Es verdad, pase tanto tiempo con Theo que olvide por un momento que debo ir a trabajar si no Sheila se va a enojar y me va despedir, sin embargo todavía tiempo para poder llegar a tiempo.

— ¿Quién te escribió?—preguntó Theo

—Sabrina, estaba preocupada porque no fui a clases—expliqué. —Además me recordó que debo ir a trabajar en unas horas.

—Es verdad, muy bien ahora sí vamos porque no quiero que llegues tarde y si estamos un poco alejados de la ciudad—dijo y se levantó del césped y me ayudo a levantarme.

Antes de subirnos en la moto, Theo me tomo de los brazos y me hizo que lo mire, me abrazó y me dijo:

—Gracias, hace tanto tiempo que no me divertía tanto—me dio un beso en la frente.

Subimos en mi moto, empecé a conducir de regreso y la verdad me da tanta calma tener a Theo aferrado a mí, ahora lo siento tan diferente porque este es el inicio de una nueva etapa en nuestra relación. Espero que este amor nos permita ser felices juntos todo el tiempo posible, sin embargo no todo es perfecto y no sé qué pueda ocurrir, lo que sí sé, es que no quiero separarme de él.