El sábado fue un día que pasó muy rápido, y no hay mucho que decir. Sabrina empacó todo el día su maleta para su viaje a Italia, y yo la ayude a revisar que no le faltará nada.
Ella está muy ansiosa, es la primera vez que va a viajar sola e iría un país que no conoce, sin embargo siempre ha sido su sueño conocer la ciudad de Milán.
Ahora es domingo en la tarde y me encuentro afuera del edificio con Sabrina, esperando a que el taxi que contrató para llevarla al aeropuerto, pase a recogerla.
—Te voy a extrañar mucho—me despedí de ella cuándo el taxi llegó.
—Yo también te voy a extrañar—me abrazo—. Cuídate mucho y no olvides llamarme.
Ella subió al taxi, y me despedí a lo lejos agitando mi mano de un lado a otro, hasta que desapareció de mi vista. Entonces regresé al departamento, que siendo sincera parece más grande de lo normal.
Decidí hacer la tarea sin embargo no lograba concentrarme, y se me ocurrió una idea no tan brillante; me puse el cuaderno en la cara para ver si lograba inspirarme y poder hacer mi ensayo, para la clase de comunicación y escritura. Pero solo logré quedarme dormida, hasta que el timbre sonó y abrí la puerta es Theo.
—Hola sabelotodo, ¿Te llamé con telepatía?—pregunté
—Tal vez, o alguien olvidó que haríamos el ensayo juntos, después de que Sabrina se fuera—entonces lo recordé.
Le había enviado un mensaje a Theo, que podía venir a las cuatro, para poder despedirme de Sabrina.
—Lo olvidé, sabes que a veces olvidó ciertas cosas—miré a mi novio trae una mochila que se ve algo llena.—¿ Que llevas ahí?
—Mi laptop, además traje algo de ropa porque no quiero que te quedes sola en la noche—explicó entonces lo mire con ternura.
—Cariño, puedo cuidarme sola tengo un bate de béisbol—dije y él soltó una pequeña carcajada.
—Tu novio sabelotodo puede cuidarte mejor que un bate de béisbol, pero si quieres me voy—dió media vuelta y tomé su mano.
—Quedaté—pedí y fue impresionante como una palabra hizo que inmediatamente me mirará a los ojos.
—Jamás pensaba irme—dijo y lo abracé.
Después de aquel momento romántico, fui a mi habitación y tome mi laptop, para llevarla a la sala, dónde Theo me está esperando para hacer la tarea. Empezamos a redactar nuestros ensayos, solo con tenerlo a mi lado, siento que la inspiración volvió, de vez en cuando nos bloqueamos, pero no era importante porque estábamos ahí para ayudarnos uno al otro.
Finalmente acabamos, nos aseguramos de imprimirlo antes de olvidarlo y luego pedimos pizza para cenar. Mientras esperábamos, él me preguntó:
—¿ Es verdad que nunca has tenido novio antes?—asentí
—¿Por qué me preguntas esto ahora?—pregunté.
—Curiosidad—admitió.
—Tuve un novio que duró menos de un día y desaparecí—él me miró sorprendido—. Además cuándo tuve dieciséis inventé un novio para que mis amigas dejarán de molestarme.
—No te creo, ¿ cómo alguien no puede enamorarse de ti?—lo miré sin entender—Sé que estás un poquito loca, pero todo lo demás que hay en ti es hermoso, sobre todo tú manera ser.
—Te amo—lo iba a besar pero el timbre sonó.
Fui a abrir es el repartidor de pizzas, nos entrego nuestra orden, le pagamos, cerramos la puerta y nos sentamos en la sala para comer, pero antes de que pudiera tomar una rebanada Theo me detuvo y me besó.
—Yo también te amo—dijo cuando nos separamos.
Sólo le dedique una sonrisa y después empezamos a comer pizza mientras veíamos una serie. Cuando acabamos nos dedicamos a verla sin embargo estoy muy cansada y poco a poco mi cabeza calló en el hombro de mi novio.
—Amor, ya se acabó él capítulo ve a dormír, yo me quedaré aquí en el sofá—dijo y negué.
—Mi cama es lo suficientemente grande para los dos, podemos poner una barrera de almohadas, así tendrás tú lado y yo él mío—expliqué.
—Está bien, vamos.
Fuimos a mi habitación, lo primero que hice fue entrar al baño para ponerme la pijama. Al terminar él entro a cambiarse, y yo me dedique a hacer una línea de separación, con algunas almohadas que tengo en mi armario.
Theo salió del baño y miro la cama lista, entonces ambos nos vimos por última vez antes de apagar las luces y nos acostamos cada quién es su lado. No podemos mirarnos pero sé que él está a mi lado.
—Sabes es tan raro, sin embargo no cambiaría por nada está noche—dijo Theo.
—Sí, no hay nada más divertido que dormir con tú novia con una pila de almohadas en medio y hablar en la oscuridad—dije y reí.
—Pero eso nos separa, sé que a la mañana siguiente podré verte, además también pude verte en pijama y déjame decirte que te queda muy bien.
—¿Quién rayos se ve bien en pijama?
—Nadie solo tú, porque sea como sea te ves preciosa—dijo y yo tenía ganas de abrazarlo pero había establecido un límite que no iba a romper.
—Gracias amor y ahora sí, debemos dormir mañana hay que levantarse temprano.
—Buenas noches loca del cabello azúl.
—Buenas noches sabelotodo.
Sentí cómo el se dió la vuelta y lo escuché roncar suavemente, lo cual es señal de que él se quedó dormido. Acto seguido me quedé dormida y sólo él hecho de saber que al día siguiente vería a Theo, me pone muy feliz.