Al terminar mi turno, estaba terminando de limpiar unas mesas y los chicos de la banda, todavía estaban terminando de guardar sus instrumentos.
Liam al terminar se acercó y me dijo:
—Quisiera decir qué nos volveremos a ver, pero me iré de gira y no sé cuándo voy a volver.
—No te preocupes, yo tengo novio y tampoco iba a ser posible.
—Por ahora, pero cuando regresé tal vez no sé, creo que en un punto nuestros destinos se volverán a unir.
—Toma tú almohada y sigue soñando.
—Lo haré y estaré soñando contigo—me dió un beso en la mejilla.—Siempre recordaré a Nadine Miller como mi salvadora.
Él se fue sin darme oportunidad de hablar, entonces me quedé en shock por unos minutos hasta que escuche la voz de Marcus.
—Nadine, tú novio está aquí.
Regresé a ver y mí novio corrió a abrazarme, sin embargo en mi cabeza rondaba Liam y si debía contarle o no a mí novio. Qué le diría; sabes conocí a un chico y él me hizo sentir algo, ya sabes, lo normal. Y no es igual a lo que sentí con Clark porque el no me gustaba de esa manera tan intensa, pero tranquilo no lo voy a ver nunca más.
—Amor, ¿ Qué piensas?—preguntó.
—Theo, no me pasa nada—no puede ser lo llame por su nombre.
—Casi nunca me dices Theo, ¿qué pasó hoy?—preguntó.
—Hablaremos, cuando lleguemos a casa ahora vamos.
—Nadine Miller, me preocupas.
Nos montamos en mi moto, todo el camino fui pensando en que le diría a Theo. Al llegar, la estacioné, bajamos y subimos al departamento.
—Ahora si me vas a decir porque estabas tan distraída cuando llegue—dijo al entrar.
—Todos es por culpa de Liam—él me miró.
—¿Liam?—preguntó—¿A caso estás saliendo con alguien a mis espaldas?
—No claro que no, lo conocí hoy casi lo atropello y es un chico de la banda que se presentó en el restaurante, le di un aventón y ya.
—Nadine, dime por favor que solo fué eso y ya, cómo tú lo dices—mire a otro lado delatándome a mi misma.
—Bueno, él me coqueteo pero le dije que tengo novio.
—¿Te gustó?—preguntó.
—Sí me gustó, hay que digo, él punto es que no lo volveré a ver nunca más, él se fue de gira por tiempo indeterminado—expliqué intentando solucionar este problema.
—Nadine, pensé que era él único—iba decir algo—. No digas nada, necesito quedarme solo.
Fui a mi habitación y él se quedó en la sala, decidí aprovechar mi tiempo e hice la tarea, pero no dejaba de pensar en mi novio enojado conmigo.
Cuando terminé, fui a ver mi novio y lo ví en la sala concentrado intentando terminar la tarea , no lo quise molestar. Así que simplemente fuí por un vaso de agua, a la cocina, él me miró y me dijo:
—Nadine, ven un momento por favor—me senté junto a él—. Sabes para mí enamorarme de nuevo, fue complicado hasta que llegaste a mi vida.
—Lo sé, y yo no quise que esto pasará,¿pero que puedo hacer?—pregunté.
—Sé que soy tú primer novio, todo es tan nuevo para ti y no puedo pedirte que te pongas una venda en los ojos y no sientas un flechazo por otros chicos—dijo y yo me empecé a sentir peor.
—Theo, tal vez al momento de verlo, me deslumbre, pero tú eres el único sabelotodo que quiero y amo, ayer me dí cuenta que me dolería perderte—expliqué—.Por favor, un error mío no nos puede separar.
—Amor, no lo hará solo quiero que me prometas que él día en que decidas que sientes algo más fuerte de lo que sientes por mí, lo digas y yo te dejaré ir, aunque me duela—. Entonces ví a Theo, triste y lo abracé.
—El corazón de la chica loca del cabello azúl siempre va a latir por ti sabelotodo.—le dije y él me besó.
Ambos estábamos en un momento tan mágico, sin embargo nos empezaba a faltar el aire y nos tuvimos que separar.
—Ya no quiero volver a discutir contigo—dijo y yo lo miré.
—Theo Collins, eres él único por quién verdaderamente siento algo, y él único que puede acelerar mi corazón.
—Tú también y me vuelves loco—me besó, como nunca lo había hecho.
Sentí como mis emociones se descontrolaban y ese deseo de estar cada vez más cerca, es cada más fuerte entre los dos. De repente yo tenía mis manos en su pecho, queriendo sentir su piel pero nos separamos.
—Sabes yo creo que me voy a dormir—dije con la cara algo roja por lo que acaba de pasar.
—Y yo seguiré haciendo la tarea—al parecer no soy la única, Theo también lo está.
—Está bien, cuando acabes si quieres puedes venir a dormír conmigo.
—Espero terminar rápido, por cierto amo verte sonrojada, chica loca del cabello azúl.
Regresé a mi habitación y me puse mi pijama, cuándo me acosté no dejaba de pensar, en nuestra pequeña discusión y como un error puede cambiarlo todo. También una sonrisa tonta salió de mi rostro, al recordar lo que casi pasa con Theo en la sala, jamás había sentido algo.
Por un instante, quería decirle que estaba segura, otra parte sabía que ambos nos pusimos tan nerviosos porque todavía no estábamos listos, o sí pero el momento no era el indicado.