Una semana después
Llevaba una semana viendo a Stephen, la verdad es que él ha sido muy atento conmigo, pero Theo seguía en mi mente.
Debía olvidarlo, así que decidí darle una oportunidad al hermanastro de Sabrina para conocernos mejor y quién sabe tal vez sea mi novio.
Ahorita me dirijo a verlo en una cafetería, estaba lista para darle mi respuesta.
—Hola hermosa, ¿ya tienes una respuesta?—preguntó
—Hola Stephen, si así es—dije con media sonrisa.—Yo quiero darte una oportunidad.
—Me haces tan feliz—me abrazó y me dió un beso en los labios.
—Pero vayamos despacio—dije algo sonrojada.
—Esta bien, que te parece si vamos a ver una película en mi casa más tarde, yo iré por tí.
—De acuerdo, me parece bien que sea más tarde, debo volver a la universidad, tengo una clase especial en una hora.
—Me escribes cuando termines, para ir a recogerte—dijo con una sonrisa.
Comimos algo juntos, hasta que ví la hora y me tocó salir corriendo, no había traído mi moto, debía ir caminando. Así que solo me despedí de él con mi mano.
Cuando llegué a clases, solo había un lugar a lado de Theo, rodé mis ojos y me senté a su lado. Todo iba relativamente bien, hasta que el profesor terminó su clase y nos mandó un trabajo en parejas.
Theo y yo debíamos ir juntos, éramos los únicos que faltaban, al final ambos aceptamos, sin embargo decidí establecer límites:
—Collins yo voy a hacer mi parte, tú harás la tuya y luego lo juntamos, no quiero reunirme contigo.
—Si así lo quieres Miller, está bien entiendo que ahora no puedas verme ni en pintura, pero te recuerdo que tú y yo...—lo interrumpí.
—Tú y yo nunca tuvimos nada, lo que paso entré nosotros fue una alucinación de tu cabeza porque para mí nunca existió, ¿me oíste?—asintió con la cabeza.—Que bueno porque no quiero, volver a repetirlo.
Me alejé de él y le escribí a Stephen:
Ya terminé mi clase, ¿vas a venir por mí?
A lo que el respondió:
Te estoy esperando a la vuelta hermosa.
Salí de la universidad, camine un poco para llegar hasta donde se encuentra Stephen. Sin embargo no ví a nadie, me asusté mucho y alguien se puso detrás mío.
—Tranquila todo va estar bien—dijo Stephen con una voz algo siniestra.
Iba a correr, pero el sostuvo mis brazos y me puso un pañuelo en la nariz, no sentía nada, mis párpados me empezaron a pesar y me quedé dormida, ¿qué rayos planeaba?
Después me levanté con un dolor de cabeza muy intenso, estaba amarrada a una silla con una venda en mi boca. Empecé a forcejear, escuché unos pasos, ví una sombra que prendió la luz y la figura de Stephen se hizo más clara.
—Te voy a quitar la venda, para que hagas preguntas pero no grites, ¿de acuerdo?—asentí con mi cabeza algo asustada.
—¿Dime por qué me haces esto?—pregunté.
—Sabes todo lo que te dije en nuestra primera cita fue verdad, yo soy alguien incomprendido—confesó—. Desde que mi papá se casó con Amalia la mamá de Sabrina se olvidó de mí, tenía a su familia perfecta y yo solo fuí un estorbo.
Flashback
Había aceptado salir con Stephen, él y yo fuimos a un lugar tranquilo a charlar, la verdad es que estaba algo nerviosa, no había tenido una cita desde que terminé con Theo.
—Solo quiero que me regales una oportunidad, yo no soy malo solo alguien incomprendido.
—Stephen, lo entiendo no te preocupes—tomé su mano.
—Muchas gracias, yo me arrepiento de todos los errores que cometí en el pasado—dijo y me dedicó una mirada dulce.
Fin del flashback
—Sabrina te quiere mucho, para ella tú eres su hermano—dije luego de que deje de pensar en mis recuerdos.
—Lo qué ella es una tonta, me ayudó con mis planes sin saberlo, se tragó todo ese sentimentalismo inútil de dos hermanos que se reencontraban—dijo y río cínicamente.
—No me has respondido, ¿por qué yo?—levanté la voz.
—Baja la voz, o quieres que te vuelva a poner la venda—negué.—Con respecto a tú pregunta, todo empezo con mi primer amor un estúpido me la quitó y yo quería venganza, pero al final la que terminó muriendo es ella.
—Tú la mataste—dije casi gritando.
—Debió morir él no ella, pero lo amaba tanto que dió su vida y veamos si tú noviecito también da la vida por tí.
—Esta loco, suéltame ahora mismo.
—Tranquila, no te voy a hacer nada todavía, primero quiero el sufra con tú desaparición.
—Solo quiero que sepas que no te tengo miedo—dije y el río.
—Sabes me recuerdas a él cuando lo conocí, un chico rudo conduciendo una moto, con un tatuaje y fingiendo ser valiente.
—No somos iguales—dije molesta.
—Sí, eres como una versión pasada de él y lo más curioso es que su final será igual.
—No le hagas nada, es más si quieres mátame a mí pero a él no le hagas nada—ofrecí.
—Hay así no sería divertido, quiero verlo sufrir, quiero ver su cara cuando te apunte, quiero ver qué tan hombre es—dijo y yo pensé cómo alguien puede estar tan dañado.—Ahora cállate, si no quieres que te haga algo antes de hora.
Me volvió a poner la venda en la boca, yo solo anhelaba que Sabrina,Theo o él que sea, me vengan a salvar y pensar que yo confiaba en él.