HORA DE SALIDA: 5: 30 PM

RAQUEL

Lo que siempre amé de viajar era crear nuevos recuerdos, y para que esos recuerdos fueran perfectos, me esforzaba por planificarlos con antelación; me gustaba escoger mis outfits, ver el lugar en el que me iba a quedar, la gente con la que me encontraría, los lugares a los cuales iría, las actividades que aprovecharía en hacer. Por eso cuando me dieron la noticia de que me iría a otra ciudad con un ascenso y un mejor salario no pude evitar gritar de la emoción en frente de mi jefe, bueno ahora mi ex jefe, aunque odiaba compartir mis sentimientos lloré, grité, incluso hice un mini show en frente de mis colegas, fue la mejor noticia por lejos, sentí que era lo que tanto estaba esperando porque desde que tengo uso de razón, valoré mi libertad, y odiaba estar en el mismo lugar por mucho tiempo. Me moría por saber la reacción de mi papá, me imaginaba la cara que pondría, su sonrisa, sus tiernos ojos casi llorando de alegría...

Así que salgo casi corriendo de la compañía, ultimando detalles, haciendo llamadas para coordinar mi estadía los primeros meses, las personas con las que me encontraría, compro mi boleto online, y me pongo a pensar en la ropa que tengo que meter en las maletas, y no lo estoy disfrutando para nada porque..., ¿recuerdan cuando les dije que me gustaba planificar mi viaje con antelación? ok, esta no es la ocasión, el reloj marca las 2: 07 p.m. y según el boleto de viaje que acabo de comprar, mi avión parte a las 5: 30 p.m. mi incorporación empieza mañana mismo y no hay tiempo para planificar esto como quisiera, así que trato de comunicarme con mi papá para darle la buena noticia pero no contesta. Pronto mi emoción cambia a indignación, y decido ya no insistir. Quizá no tiene tiempo, aunque esa es una excusa barata con la cual no quiero luchar ya que estoy apurada.

Recojo todas mis chucherías como puedo, mando mensajes a todo mundo, y corro a todo pulmón para no perder el avión, y a pesar de todo me detengo para ponerme los auriculares ya que odio viajar sin música, literal me quedaría y no viajaría si me llegase a olvidar mi celular, menos mal este no es el caso.

Así emprendo lo que debería ser una de las mejores aventuras de mi vida.

JULIAN

La gente que me rodea siempre ha pensado que soy alguien muy intimidante, un chico rudo e indiferente, y quizá me haya convertido en aquello que juré destruir. Lo cierto es que saco ventaja de ello, la gente en mi trabajo me respeta y trato de mantener una línea que nadie puede cruzar, me gusta hacer bien mi trabajo, por eso cuando noté que una de las chicas de logística que están a mi cargo estaba tarde otra vez, no me lo pensé dos veces e hice que la despidieran.

"Pensé que era un bombón, pero más fregado resultó ser, ¿ahora que haré?" - murmura la que acaba de ser despedida.

"Es un petulante que se cree la gran cosa, el otro día no paró de corregir mi ortografía, como si eso fuera de gran importancia" - responde su ex colega

"A mi me parece que es muy educado, jamás me trató mal" - menciona una tercera y de inmediato recibe la mirada furiosa de las otras dos. Lo que no saben es que lo oí todo pero de eso no pienso hacer nada.

Seré honesto, ¿bombón? digo, soy consciente de mi apariencia y eso es una verdad universal, los guapos sabemos que somos guapos, ahora que unos saquen ventaja de ello es una cosa aparte, ¿petulante? quizá, básicamente porque perdí la paciencia de tener la paciencia de explicar a alguien porque está mal lo que hizo, entonces luzco como un altanero, arrogante, y hasta en cierto punto les doy la razón, ¿educado? asumo que dijo eso porque cuando me piden un favor con educación puedo ser la persona más amable del mundo. 

Todo esto no tendría ni la más mínima importancia de no ser porque Diego, mi hermano menor acaba de regresar del colegio llorando. Resulta que un cretino se burló de él porque no tiene papá. Me hierve la sangre pero trato de calmarme. Lo cierto es que me sentía mal por él, nuestro padre nos abandonó cuando Diego acababa de nacer y sentía que el más afectado era él. Me sentí peor cuando imaginé que alguien como yo se burló de él, pero las cosas no iban a terminar así.