Bestia

Capitulo 72

– ¡Suelten me malditos traidores! –Blake gritaba como si fueran a matarlo.
– ¡Deja de ser una niña! – Jhon lo sujetaba de un brazo. 
– ¡Yessenia ayúdame! – Blake pidió auxilio a su hermana sentado en mi cama.  
– Después de que golpeaste a mi novio, no, le va a quedar morado. – Yess seguía intentando despertar a Alex.
– Diablos Blake, deja de moverte, te vas a lastimar. – la pomada que nos dio el doctor se estaba regando. 
– Esa cosa arde como el infierno. – Blake se queja más que yo cuando me van a poner una inyección.
– ¿Me dejan pegarle? – Máx lo sujetaba del otro brazo.
– Dije que no Máx. – y bueno mi hermano no quería tocar a Blake, pero ya que, cuando sacamos a Blake del baño, noqueó a Alex, el tubo que cubrir su lugar sujetándolo por los hombros para mantenerlo sentado. 

Minutos antes...

Entramos al cuarto sin hacer mucho ruido, era un tanto difícil las pisadas de los chicos se escuchan demasiado por mi cuarto. 


– Blake amor, mi mamá ya hizo la comida. – los chicos se pusieron a los lados de la puerta del baño, y Alex se puso detrás de la puerta de mi cuarto, por si Blake intentaba escapar por ahí el lo sostendría para no dejarlo escapar. 
– No te creó, es un truco para sacarme, no me dices amor después de que me encerré. – ¿cómo es que me conoce?
– Pues ella te dijo bombón, no vengas entonces. – simule irme y tome las cosas para esconderme dentro del armario. 


Cuando estuche el seguro de la puerta del baño moverse, sabía que mi plan había funcionado, escuche como la puerta iba siendo abierta poco a poco cuando Jhon y Oscar trataron de sujetar a Blake, el corrió a la puerta del baño de nuevo, pero Máx estaba ahí para bloquearla, Blake intento forcejear con ellos, pero salí yo.


– Sabía que era una trampa.
– Me conoces bien, pero mi mamá si tiene la comida hecha así que apurémonos. – iba caminando hacía el con la pomada cuando Blake intento correr y abrió la puerta de mi cuarto, y Alex salto para espantarlo, lo cual ocasiono que Blake lo noqueara, Máx corrió a ver a Alex y en seguida lo cargo para llevarlo a mi cama e ir por mis amigas y nos ayudaran, al parecer de tantos hombres que eran no se hacia ninguno útil. 

Presente...

– Quédate quieto ya. – faltaba poco, solo era volver a ponerle las gasas. 
– Te vez sexy cuando te enojas. – ahí estaba Blake caliente Wiliams. 
– Idiota estoy aquí. – mi hermano lo sujeto más fuerte. 
– Listo. – termine de ponerle la última gasa, y los chicos soltaron a Blake. 
El tono de mensaje nos sorprendió, fui hasta donde estaba mi celular y revise el mensaje, hay no.
– Mierda. – fue lo único que pude decir, ¿qué voy a hacer?

Desconocido:
Ahora que tu querido novio esta herido ¿quién te cuidara princesa?
Nos veremos pronto.

– ¿Quién es Nat? – Blake se estaba poniendo su playera cuando llego a mi lugar. 
– Na...nadie. – escondí el celular detrás de mi. 
– Si es alguien, déjame ver. – estiro su mano, pero yo me hice para atrás. – Nat. – mierda, mierda, que hago. 
– Lo tengo. – Oscar tomo mi celular y vio el mensaje, y después se lo paso a Blake, ambos me observaban con semblante serio. 
– ¿Quién mierda es Nat? – Blake fue el único en hablar. 
– Yo no sé, siempre llegan con el nombre desconocido.
– ¿Siempre? – mierda. 
– ¿Por qué no nos dijiste? – Oscar se unió. 
– Yo, no quería preocuparlos.
– Nat, sabes que puede ser Chace o Loui. – mi hermano nunca me había llamado la atención. –
– Yo...no...creí que fuera el. – me defendí.
– ¿Y entonces quién?, mierda tengo que llevar a mamá a la casa, no quiero que esté en peligro. Cuídala Blake. – Oscar salió del cuarto y poco después se escucho la puerta de la entrada. 
– Déjenos solos. – Blake hablo frío, todos salieron del cuarto, incluyendo Alex, quién tenia poco de haber despertado. – ¿Desde hace cuanto recibes estos mensajes?
– Desde que entre a al escuela.
– ¿Y no se te ocurrió decirnos ni una puta vez?
– No encontraba la forma de decirles.
– ¿Incluso cuando te llega cuando estoy contigo no me ibas a decir? – suelta una risita burlona.
– Blake yo...
– No, Nat tengo que salir. – tomo la chaqueta que le regale, cuando salió del cuarto todos estaba ahí parados del otro lado de la puerta. – Alex, Jhon, Máx, cuiden la. – y cerro la puerta, mierda ¿que voy a hacer ahora?

 




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