Silueta deambulante,
lleva un gran sombrero,
el mismo que usa
como mostrador de la
gran diversidad de dulces
que vende.
Caramelos que brillan como luces.
Los padres se sonrojan en
su presencia, le llevan a sus
niños, que emocionados escogen.
Entre el revuelto, siempre
desaparecen infantes, a los adultos
solo les importa el azucar que ha
desfigurado, gota a gota, el cuerpo
de sus pequeños: la caries su unico
testamento.
Al mismo tiempo, un perchero es
ocupado, su portador usara un bisturi
para hacer un mal pure, en la frustracion
de su continuo fracaso, lo arreglara con dientes
de leche.
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Editado: 29.04.2020