SANMANN: Hermano, tú no puedes decidir por ellos.
COREY: Claro que puedo, soy su padre después de todo.
SANMANN: El hecho de que lo seas no lo justifica.
COREY: Esta vez no me vas a persuadir.
SANMANN: ¡Cabeza dura!, ¿qué no entiendes? Mis sobrinos no quieren hacer esto.
COREY: Son mis hijos y tú no me dirás qué es lo correcto para ellos y lo que no.
SANMANN: ¡Ya no son unos niños, Corey, entiende!
COREY: Siguen siendo mis hijos.
SANMANN: Dime... ¿por qué no quieres que ellos escojan a sus parejas?
COREY: No quiero que se involucren con los hijos de Lemmy.
SANMANN: Por el Inframundo, ¿hasta cuándo seguirá esta pelea entre los dos? Deben entender que los tres somos hermanos, nos guste o no.
COREY: Me da igual que sea mi hermano, no quiero a su hijo cerca de Hoshi y tampoco a su sobrino, Tom, cerca de May.
SANMANN: Mira, sea de tu agrado o no, Matt y Hoshi mantienen una relación, se les ve muy felices juntos, así que no lo estropees con tu egoísmo.
COREY: Es imposible, mi pequeña no pasaría por alto mi palabra.
SANMANN: Ellos ya no son unos niños, y me refiero también a los gemelos varones, los cuatro han cumplido su mayoría de edad.
COREY: Siempre decidiré lo qué es mejor para ellos.
SANMANN: ¿Y crees que esto lo es?
COREY: Por supuesto.
SANMANN: ¡Haz el favor de entender!
COREY: Nuestro padre hizo lo mismo con nosotros y mira que estoy muy feliz al lado de mi esposa y tú también lo eres con la tuya.
SANMANN: Te equivocas, nosotros nunca nos agradamos, en la luna de miel cada quien partió a donde quiso, jamás volví a saber de ella; tiempo después conocí a la vampiresa con la que estoy felizmente casado. Corey... tú no eres como nuestro padre; no los obligues a hacer esto.
COREY: Tú no decides lo que deben hacer.
SANMANN: Y tú tampoco.
COREY: Siempre vienes a sermonearme con lo mismo, entiende que no dejaré que cambies mis decisiones.
SANMANN: Déjalos elegir la persona con la que quieren pasar el resto de su vida.
COREY: Sobre mi cadáver.
SANMANN: Perfecto, un par de días más -se frotó entusiastamente las palmas de las manos-.
COREY: -Le lanzó un libro -Muy gracioso.
SANMANN: -Atrapó el libro antes de que azotara contra su rostro -Piénsalo -abrió la puerta del vestíbulo y cuando estaba por salir, dio media vuelta -Por cierto, me quedaré un par de días más, no he visto a mis sobrinos en años y debo hacer que cambies de idea -cerró de nuevo la puerta y subió al último piso donde se encontraban las habitaciones, en especial la que había elegido para dormir el tiempo que planeaba quedarse en el castillo-.
-“¿Qué tal te fue?” -Una silueta recargada en el barandal de las escaleras le preguntó-.
SANMANN: Ah, eres tú, Ayato... -suspiró de alivio -Igual que al inicio -se recargó en el barandal al lado del chico pelirrojo-.
AYATO: Eso significa que no lo convenciste, ¿ah?
SANMANN: Hago lo que puedo, no me iré hasta convencerlo.
AYATO: Nos harías un gran favor, tío.
SANMANN: Y esa fue la primera y última vez que me llamaste “tío”, gracias.
AYATO: Después de todo eres nuestro tío... ¿necesitas ayuda para convencer a mi padre?
SANMANN: Un poco.
AYATO: Solo dinos qué tenemos que hacer, lo haremos con tal de sacarle esa idea absurda de la cabeza.
SANMANN: Si mal no recuerdo... hace un par de años me confesaste un secreto. ¿Sigue siendo verdad aquel secreto o ha cambiado con el transcurso de los años?
AYATO: No creí que te acordaras. Ha cambiado, sí... esta vez es mayor.
SANMANN: ¿Entonces por qué quieres hacer esto?
AYATO: Es mejor hacerlo de esta forma.
SANMANN: ¿Has intentado volver a confesarle tus sentimientos?
AYATO: -Negó con la cabeza. -Ella es feliz con alguien más.
SANMANN: Te refieres a Matt, ¿cierto?
AYATO: Sí... vaya, esto es un amor enfermizo.
SANMANN: ¿A qué te refieres?
AYATO: Vamos, Matt es nuestro primo. Hoshi y yo somos medios hermanos. Por donde lo veas es incesto -rio secamente -Esto debería estar prohibido.
SANMANN: Un amor prohibido, qué dramático suena eso. ¿Cómo es que sabes que Matt es su primo?
AYATO: Sé que Lemmy es medio hermano de ustedes. Y que Kerstin y Lauren son hermanas.
SANMANN: ¿Quién te lo dijo?
AYATO: Nadie en particular, un día sin querer escuché una conversación entre mi padre y Kerstin.
SANMANN: ¿Se lo has comentado a tus hermanos?
AYATO: No tiene caso que lo sepan, llegará el momento en que se descubra la verdad.
SANMANN: ¿Aceptas un consejo?
AYATO: Adelante...
SANMANN: Vuelve a decírselo, podrían cambiar las cosas.
AYATO: No lo haré.
SANMANN: No pierdes nada.
AYATO: No. Tú has visto cómo es nuestra relación últimamente, no paramos de discutir.
SANMANN: Los he visto. Pero te aseguro que no es lo que quieres.
AYATO: Quiero tratarla bien, pero cuando lo intento solo puedo ser un patán con ella.
SANMANN: Ella te tiene un gran aprecio; no lo fastidies al tratarla así.
AYATO: Pero es un cariño de hermanos...
SANMANN: Yo no creo que solo sea eso.
AYATO: ¿Disculpa?
SANMANN: Descansa, sobrino -avanzó por el largo pasillo, abrió la quinta puerta con la que se cruzó y entró en ella-.
***
LIND: -Recibió un mensaje de texto en el cual la citaban en la plaza central, no le extrañó el hecho de que la citaran en ese lugar, más bien la persona que mandó el mensaje. -¿Será buena idea verlo? -Murmuró para sí misma -Una oportunidad la merece cualquiera -sonrió. Salió por su ventana y se dirigió a la plaza central. No tardó mucho en encontrar a quien buscaba, se acercó hasta la banca donde se encontraba sentado un joven alto y de cabello castaño claro, aunque estaba de espaldas, ella supo quién era él -¿Alex? -Preguntó-.