AYATO: Te dije que me fui porque papá nos mandó con Akki y Mikko, pero no te conté el porqué no podía regresar contigo. No podía porque le ayudaba a papá a obtener información sobre Lemmy a través de Matt. He hablado con Matt en un par de ocasiones, se puede decir que somos cercanos, de cierto modo. Él me contó que su padre lo obligó a salir con la hija mayor de los Blackmoon, que era parte de su estrategia para acabar con su hermano. ¿Puedes adivinar de quién hablaba?
HOSHI: No tiene sentido...
AYATO: ¿No me crees?
HOSHI: No quise decir eso, es decir, ¿cómo pudo él contarte todo eso? ¿Solo porque sí te lo iba a decir? -Lo miró con duda-.
AYATO: En eso tienes razón, tuve que hacer uso de mis poderes.
HOSHI: ¿Tu poder? -Ladeó la cabeza-.
AYATO: Obligo a los demás a decir la verdad -se encogió de hombros-.
HOSHI: No sabía que ese era tu poder.
AYATO: Y todavía hay muchas cosas que no sabes de mí, pero me encargaré de que no existan más secretos entre los dos -sonrió con ternura-.
HOSHI: Eso es algo que me encantaría.
AYATO: Ven -la tomó de la mano -Regresemos con los demás.
Atravesaron los amplios corredores del castillo tomados de la mano, caminar de ese modo, sin esconderse de las miradas de su padre era algo que disfrutaban, pues en pocas ocasiones podían demostrarse un verdadero afecto, todo ocurría siempre detrás de la puerta de alguna habitación y hacerlo por los corredores, a plena luz del día les daba cierta felicidad, ambos ansiaban poder ser capaces de demostrar su amor sin esconderse de su padre, pero sabían que tenían que esperar a que Corey desistiera con su idea del matrimonio de las gemelas con los gemelos.
Estaban disfrutando tanto de su pequeño paseo romántico que no se percataron en qué momento llegaron al jardín donde sería la fiesta; la barra donde se prepararían las bebidas ya estaba lista, incluso había varios bartender ya detrás de ésta planeando el menú de bebidas que ofrecerían esa noche; las mesas circulares ya habían sido acomodadas, la mitad de las mesas estaba adornada con un hermoso mantel en tono carmesí, mientras que el resto eran de un bello tono celeste; eran los colores favoritos de las gemelas; al centro de cada mesa reclamaba la atención un ostentoso florero de cristal del cual brotaban una combinación de delicadas Azaleas, Crisantemos y Clematis que inhundaban el ambiente con su perfume.
En lo alto del escenario se podía vislumbrar a Sanmann, se veía muy intelectual al desenrredar y conectar los diferentes cables del sistema de sonido, se notaba que estaba concentrado en su tarea, pues no quería cometer un error y quemar el sistema de sonido, sino sus sobrinas terminarían por enterrarle cientos de estacas por haber arruinado su fiesta de cumpleaños. Echó una última mirada a los cables y se animó a encender el sistema de sonido, esperando que una dulce melodía brotara por los altavoces, aunque muy para su mala suerte, lo único que se escuchó fue un chirrido estridente que provocó que tanto el personal como sus sobrinos se taparan los oídos al instante.
AYATO: -Subió al escenario donde se encontraba Sanmann y apagó el sistema de sonido. -¿Qué crees que haces, Sanmann? ¿No leíste el manual de instrucciones?
SANMANN: Lo conecté tal cual dice el manual -dijo a la defensiva mientras ondeaba el manual de instrucciones frente al rostro de Ayato-.
AYATO: ¿Puedo ver? -La versión de su tío no lo convencía del todo. Sanmann le dio el manual y Ayato lo ojeó al mismo tiempo que repasaba con la vista los cables que su tío había conectado. -Creo que encontré el problema.
SANMANN: ¿Ah, sí? ¿Cuál es?
AYATO: Que no sabes leer.
SANMANN: -Le propinó un golpe en la cabeza con el puño cerrado. -No seas insolente.
AYATO: -Se echó a reír. -Pero sí es la verdad. Conectaste mal estos tres cables, los pusiste todos erróneamente. Se tenía que ver así -hizo el acomodo de cables, encendió el sistema de sonido y, en comparación con la vez anterior, ahora brotaba música por las bocinas -¿Lo ves?
ED: ¿De verdad siguen haciendo esto todos los años? -Preguntó a sus hermanas, quienes estaban sentadas cerca de la barra donde los meseros les preparaban un par de cocteles-.
MAY: Te hemos dicho que sí.
ED: ¿Y viene todo el reino?
MAY: Sí. Bueno, nada más el reino del Norte.
SANMANN: Dado a que sus padres no llegarán hoy -Sanmann y Ayato se habían unido a ellos después de haber modulado el volumen de la música-, podemos extender la invitación y hacer algunas excepciones -guiñó el ojo en dirección a May-.
AYATO: ¿Qué estás diciendo? No puedes consentir algo así.
SANMANN: Soy yo quien está a cargo -miró con seriedad a Ayato -Yo sabré manejar la situación, tú solo limítate a pasar un rato agradable, ¿quieres? Corey no está aquí hoy para darte órdenes.
Ayato había apretado la mandíbula y sus manos estaban cerradas en puños, pero no se atrevió a contestarle a su tío, si él decía que podía manejar la situación con Tom en la fiesta, quería verlo intentarlo.