Norwich, Reino Unido.- 2009
Mi madre y yo estábamos en la sala esperando a que mi padre llegara de viaje, las dos estábamos contentas, estaba ansiosa de poder ver a mi padre para abrazarlo y no soltarlo. Había permanecido ausente durante casi dos años, por cuestiones de trabajo, por fin iba a regresar a casa, y compartir con él. Había ayudado a mi madre arreglar el comedor y preparar la cena. Era la primera vez que mi madre me había enseñado a preparar lasaña. El plato favorito de mi padre. Al escuchar un auto estacionarse al frente de la casa, me asomé por la ventana, tan solo ver a mi padre bajar del auto. Estaba completamente emocionada.
Al cruzar la puerta de la casa, lo primero que hice fue abrazarlo. El con todas las maletas que traía encima, termino soltándolas Para abrazarme. Mi madre también se unió; un abrazo familiar.
No podía recordar la última vez que los tres habíamos tenido una cena juntos en familia. Era algo lindo de apreciar.
Mi madre y yo estábamos completamente sorprendidas al escuchar esa gran noticia. Algo que nosotras no nos habíamos esperado.
Era algo bueno de escuchar, pero un poco triste al darme cuenta que no vería más a mis compañeros de la escuela, y mucho más, la casa donde me vi crecer. Desde ese momento comenzó a darme ansiedad.
Faltaba una semana para irme de Norwich, y una de las primeras cosas que decidí hacer fue, despedirme de mis compañeros. era la primera vez en ir a la escuela sin entrar a clases tan solo para compartir a la hora de recreo. Uno de mis mejores amigos era Joey, un chico apuesto, cabellos rizado y rubio, de grandes ojos color café, con el que siempre me la pasaba todo el día compartiendo en el recreo. Siempre me hacía reír, y la mayoría de las veces, me mostraba sus geniales piruetas, era muy bueno en eso. Casi siempre compartía más conmigo, que con su grupo de amigos parkour.
Mientras estábamos en recreo decidí compartir el mayor tiempo posible con él, al sonar el timbre, Joey pudo notar mi cara entristecida.
Joey enseguida se puso triste, desde un principio pensó que estaba jugando, pero se dio cuenta que era verdad. Fue una noticia que le entristeció. Lo primero que hizo fue, tomarme de la mano y darme un fuerte abrazo de despedida.
En ese momento pude notar que estaba ansioso, sentía como si hubiese querido decirme algo. La verdad no dijo nada, solo suspiro y dijo.
Ese día termine de despedirme de todos mis compañeros, fue un poco triste. En especial para Joey.
Ya había llegado el día. Esa mañana, estábamos empacando, y guardando todo en el auto. Para mí fue un poco triste, pero al mismo tiempo algo nuevo. Mientras íbamos de camino a la nueva casa, mi papá comenzó hablar sobre la excelente educación que había en aquel pequeño pueblo. Y que cuando terminara, de inmediato comenzaría la universidad de Londres.
Al llegar al pueblo, mi padre se puso contento.
Mientras más nos adentrábamos al bosque templado, mi madre y yo pudimos apreciar una hermosa casa moderna hecha de madera de dos plantas. Mi padre se estaciono justo al frente de ella, no lo podíamos creer.
A penas bajamos del auto, pudimos apreciar que tan espaciosa era, lo primero que hizo mi padre fue llevarnos a un lago que se encontraba cerca detrás de la casa. Era un pequeño lago bajo, con un pequeño muelle donde se podía más bien pescar, estaba rodeado de árboles, era un lugar muy lindo para pasar el rato.
Algo a lo que no estaba acostumbrada era el gran silencio que se apreciaba en los alrededores. Y si se escucha algún ruido, era de una chicharra o de un pájaro carpintero.
Había tomado tiempo en acostumbrarme. Comenzar una nueva vida aquí, a este nuevo ambiente. Mi padre comenzó a compartir conmigo muy a menudo, ya que siempre estaba presente. A veces, en las madrugadas, estaba más que despierto, mientras que, en los días, solo dormía. Así poco a poco fueron pasando los años. Note que ya no solía acompañarme a pasar el rato en el lago, cuando no podía, solía hacerlo mi madre.
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Editado: 04.04.2020