Londres, Reino Unido. 2013.
Muchos estudiantes de varias secundarias se encontraban en la entrada del Pabellón Sur 1 del ExCeL de Londres. Era el tercer torneo consecutivo que iban a realizar de esgrima y otros deportes más, a inicios de clase. Rose Podía observar rostros conocidos y nuevos. Había muchas personas. La verdad no sentía temor, ni mucho menos inseguridad. Lo que si estaba era contenta de saber que el torneo de esgrima de secundaria se realizaría en el gran Pabellón de ExCeL por primera vez.
Era algo nuevo para ella, y mucho más para los nuevos participantes que se iban a inscribir.
Caroline mientras guiaba a los estudiantes al lugar donde se realizaría el torneo, comento:
Mientras todos caminaban en un extenso pasillo, dirigiéndose al salón donde se organizaría el evento, Rose podía apreciar fotografías colgadas en las paredes de varios medallistas esgrimistas de diferentes países. Ganadores de los juegos olímpicos de 2012.
Llegaron al gran salón, había muchas personas presentes decorando el lugar. Y otras personas más sentadas en una enorme mesa con mantel rojo donde estaban haciendo las inscripciones de quienes participarían en los torneos de lucha, esgrima y tenis de mesa.
Por supuesto, Rose se inscribiría en el torneo de esgrima. Estaba entusiasmada, quería ya que comenzara el torneo. Al momento de inscribirse, pudo notar en la lista, nombres conocidos, la mayoría de los que participarían en el torneo eran de la misma secundaria que ella.
A una semana para empezar las clases, aprovecho ese tiempo comenzando a practicar con los demás jóvenes presentes, mientras practicaba, Rose sentía como si todos los presentes la estuvieran viendo. Se sentía el centro de atención.
Mientras estaba en la zona de entrenamiento, retaba a la mayoría de los estudiantes tratando de demostrar que podía contra todos ellos. Algo que para muchos no le cayó muy bien.
La mayoría de los estudiantes que estaban presentes, asistían a la misma secundaria que iba Rose, lo único que decían era babosadas de ella al verla. Pero Rose la verdad no le importaba mucho. Simplemente sentía que solamente les tenía envidia por ser la mejor.
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La verdad, no sé porque razón mis padres decidieron mudarse a Londres justo cuando me iba a graduar, solo me faltaba un año para terminar. Me hubiese gustado haberme graduado junto a todos mis amigos de secundaria en Norwich. Pero ahora lo único que pienso es en, hacer nuevos amigos, y por supuesto caerle bien a mi nuevo director. La verdad no suelo ser la típica persona en tener amigos en tan poco tiempo. Tan solo caminar en el pasillo alrededor de personas nuevas, no me sentía cómodo. Era el primer día de clases, no conocía a nadie. Si hubiese sido en la secundaria donde asistía, quizás me hubiese sentido más cómodo. Ya que conocía a la mayoría de todos los estudiantes.
Mientras trataba de saber dónde quedaba mi nuevo casillero, lo único que me llamo la atención fue una adorable chica que estaba casi a dos metros de distancia. Al mirarla detalladamente, pude notar que su rostro se me hacía familiar. Sus anteojos hípster, su cabellos castaño y largo hasta sus hombros y de baja estatura. Sentía como un deja vú.
De pronto la vi macharse serrando su casillero y dirigiéndose a su salón. No me quedo de otra que seguir buscando mi casillero hasta encontrarlo para luego entrar a clases.
En el comedor a la hora del almuerzo, fue de gran coincidencia haberme sentado justo al frente de ella. claro, no estaba en la misma mesa que yo, ya que dos o tres mesas nos separaban.
Al verla de frente una vez más, sentía que ya la había conocido antes, mientras estaba con sus amigas podía notar su hermosa sonrisa perfecta, y una mirada seductora. Mi primer día y ya estaba completamente flechado. Dure tantos minutos viéndola de frente, que enseguida ella se percató de mi presencia. Comenzó a mirarme con dudas. Algo que la verdad me puso inquieto. Decidí esquivar la mirada para que no pensara que era un acosador o algo así. Solo termine mi almuerzo y me retire.
La única ventaja que tenía era, que vivía cerca de la secundaria. Y muy cerca de la zona se encontraba una plaza en donde poder pasar las tardes. Practicando parkour y estando en patineta, era lo mío. El único lugar donde me sentía más cómodo, y también de poder haber conocidos a dos amistades donde teníamos mucho en común, me sentía bien. La única diferencia era que yo era el único que iba a la secundaria. Mientras que ellos por las noches lidiaban con el crimen. Algo que sonaba extremo, pero al mismo tiempo peligroso.
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luchando contra el enemigo, espada magica concediendo poderes, viaje a traves de portales
Editado: 04.04.2020