CAPITULO 5 El Nuevo Rey de Inglaterra

Londres, Inglaterra. Siglo VI.

Muchas personas estaban tristes, mientras que otras sin remordimiento por la muerte de Sir Héctor. Nadie se esperaba eso.  Una vez más Inglaterra estaba sin rey. Nadie sabía si una vez más aparecería una espada con la misma escritura de antes. Solo yo lo sabía. Desde un principio tenía que averiguar si Arturo seria digno de usar la espada que Rose había portado.

La mayoría de los pueblerinos dieron a entender que yo había causado su muerte por mis actos de hechizos. Era algo que no podía cambiar ni mucho menos explicar, ya que le había dado el privilegio a Rose de cometer su muerte. Ninguno pensó igual que yo; al saber que Sir Héctor sería un corrupto en toda Inglaterra. Desde que se dieron cuenta que me había desvanecido en el calabozo, comenzaron a ofrecer recompensa por mí.  La única opción que tuve fue, huir de toda Inglaterra. Pero antes de hacerlo, demostrarles a todos quien era el verdadero Rey de Inglaterra.

Entre todas las grandes reliquias que Uther Pendragon tenía guardado en su gran castillo guardado en un cuarto con candado, solo un objeto apreciado tenía que tomar.  Una espada llamada Clarence conquisté. La bendecí igual que la primera.  Colocándole en la empuñadura:

            “Quien logre sacar la espada, será proclamado Rey de toda Inglaterra”

Aquel pequeño joven Arturo lo guie a lo profundo del bosque hasta encontrarse con las dos espadas. A su derecha estaba la primera espada clavada en una piedra donde su empuñadura traía grabada el símbolo M, y a su izquierda; la segunda espada clavada en un yunque, donde su empuñadura traía una C. Solo una espada podía sacar. Diferentes acontecimientos pasaron por mi mente. una espada seria confinada por las manos de Arturo. Entre las dos, una podía ser digno de él.

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Arturo estaba al frente de dos grandes espadas, se sentía un poco confuso. Se acercó a una de ellas y al momento de desterrarla, nada ocurrió. Con la siguiente espada al tomarla de la empuñadura, inmediatamente el cielo comenzó a iluminarlo, esa fue la pista que determino que esa espada era digna de él. Inmediatamente la saco con facilidad.

Entre los bosques, Merlín apareció diciendo:

• Ve Arturo. Y demuéstrales a todos los del pueblo de Inglaterra quien es el nuevo rey.

Rápidamente el joven Arturo fue al pueblo a demostrar la grandiosa espada que lo proclamaría rey de Inglaterra. Merlín al notar que espada había sido digno para Arturo, desterró la otra y se marchó.

Mucho de los pueblerinos no creían las palabras que Arturo mencionaba, hasta llegar todos al lugar donde se encontraba enterrada. Mientras estaban presentes, decidieron tomar aquella espada y clavarla en el yunque.  Para una vez más sacarla y demostrar quién sería el nuevo rey.  Todos los caballeros presentes ninguno lo logro. El turno de Arturo había llegado. Nadie lo pudo creer, aquel niño con mucha facilidad logro sacar la espada dejando a todos perplejos y sorprendidos. Todos se arrodillaron ante el nombrándolo el nuevo rey de Inglaterra.

Aquel viejo anciano Merlín dejando Inglaterra por completo por la muerte de Sir Héctor. Decidió viajar hasta Italia para una mejor vida, era el único país cercano donde tenía un viejo amigo hechicero llamado Arquímedes. A penas llego, lo recibió con una buena bienvenida.

• Han pasado muchos años desde la última vez que nos vimos – Comento Arquímedes.
• Igualmente, amigo mío.

En esa misma noche, Merlín con tantos pensamientos en su mente, mientras veía el anochecer por la ventana, se dispuso a escribir una carta que decía:

“Querida Rose. Afortunadamente fuiste escogida para usar esta espada de naciente poder. Muchas profecías indecentes surgirán. Confiare en ti para usar esta gran potestad en contra de ellos. Espero cumplas y sepas verdaderamente bien el auténtico poder de la espada Merlín. Si necesitas mi ayuda, en el reflejo de la espada me encontraras”

                                                                                                                                  Tu buen amigo Merlín.

Al terminarla, lo introdujo en un sobre, y lo ato en la empuñadura de la espada.

• ¿Estás seguro que quieres hacer esto? – Pregunto Arquímedes asomándose en la puerta de la habitación tomando un te.   
• Fue la espada quien la escogió. Ella fue la elegida para usarla.
• ¿Enviar esa espada no generara una incoherencia entre ambos mundos?
• Para nosotros los humanos si, para la espada no lo creo.
• Entonces… adelante.

Merlín con sus actos de hechicería, convoco aquel portal nebuloso en la habitación, soplando todo a su alrededor.  Arquímedes con la espada en sus manos, la soltó al frente del agujero negro para ser enviada una vez más.