Este capítulo fue escrito junto a VirBlackwood Espero que les guste!! 🖤😊
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— No fue Ivanov...
Aria no podría creer que la enigmática ojimetal se hubiera hecho pasar por el ruso, al cual odiaba hasta el momento.
«Imposible...» se dijo mentalmente
Su cuerpo lastimado se estremeció ligeramente cuando una elegante mano pálida se posó en su hombro, sacándola de la realidad. Cuando alzó su celeste mirada, chocó con la mirada azul metálica, quién en vez de tener su clásica mirada analítica, ahora la miraba solemnemente, casi con compasión.
— Ahora lo entiendes, princesita — dijo la susodicha en voz baja, su suave agarre poco a poco se iba tornando brusco, al punto que un extraño frío se iba apoderado de su columna vertebral.
—Me lastimas — logró susurrar apenas la italiana a causa de ese extraño frío que poco a poco iba expandiéndose por su delicado cuerpo.
—Me pregunto... Si eres capaz de soportar el invierno mismo, Aria Tornatorre.— Dijo Kel con tono impasible; como si estuviera disfrutando de aquel pequeño experimento que la rubia estaba soportando con valentía.
«Es demasiado terca» pensó la más alta de las dos, dejando que su mano descubierta realizara pequeños círculos en el hombro lastimado de la rubia, que poco a poco iba relajándose bajo su toque, hasta el momento que la peliblanca decidió que ya era suficiente.
— Qué acabas de hacer conmigo, Kel?— preguntó la menor con curiosidad y cautela, mientras dirigía su delgada mano a su hombro, que sorprendentemente ya no le dolía.
— Nada fuera de lo normal —respondio secamente la ojimetal que rápidamente se ponía su guante negro de terciopelo.
La rubia la miró interrogante, ignoraba de qué se trataba pero algo ocultaba.
— Te estás preguntando, el porqué ya no te duele el hombro ¿Verdad? Y que estoy ocultando algo — habló de repente la peliblanca con una ceja alzada.
En verdad era persectiva.
La temperatura era glaciar, recordaba ya haber sentido aquella sensación invernal, en especial durante su batalla. La rubia no lo veía pero podía sentir la presencia de aquel enigmático fénix en aquel lugar.
— Ya lo comprendes. — dijo Kel
Acto seguido se quitó su largo y oscuro abrigo, el cual le llegaba hasta los tobillos y la envolvió cálidamente con este, cosa que agradeció silenciosamente la de los orbes celeste.
— Bien. Ahora que ya estás cómoda, querida. Te responderé el motivo del porque me hice pasar por tu lobo solitario — Soltó esto último con mofa, provocando que la rubia la mirara furibunda, cosa que sólo logró sacar una sonrisa torcida por parte de la peliblanca.
— Por qué lo hiciste? No he hecho nada contra ti. — espetó — Kai me contó que eras diferente a los Demolition Boys, pero veo que estaba equivocado, eres peor que ellos — dijo Aria con tono colérico, haciendo que la peliblanca la mirara confundida por unos instantes, hasta que recuperó su compostura.
— Qué te dijo el traidor sobre mi?.
— Que odias a muerte a Valkov y... que crees firmemente en la lealtad.
Kel medito por unos segundos la confesión de Aria, hasta que por fin decidió hablar. No revelaría lo que la ataba a aquel repugnante hombre. No cuando aún estaba en sus manos.
— No está tan equivocado ese mimado... — deja escapar un cansado suspiro — Bien. Es verdad que detesto a Valkov y que creo fielmente en la lealtad.— dijo recostándose en el frío suelo de la celda, dejando entrever un hermoso lanzador plateado; llamando la atención de la italiana, quien no había podido apreciarlo durante su batalla, tenía la figura de su bestia bit dibujada en el centro.
— Que bello lanzador tienes — Soltó de golpe, haciendo que la aludida la mirara con una leve sonrisa.
— Gracias princesita — respondió Kel.—Ahora te voy a decir el motivo por el que te traje aquí — Continuó — Desde que vinieron por primera vez a la abadía, he notado las extrañas reacciones de ti y de Ivanov, quien desde entonces se muestra más irritable e impulsivo. Según me han contado, durante la noche es acosado por pesadillas. A causa de esto, los científicos han tenido que inducirlo al sueño.
La peliblanca dejó que la europea procesará toda la información por varios segundos hasta que asintió, dándole a entender que continuara.
— Pero cuando te oía cantar, inconscientemente se tranquilizaba, haciendo que el resto de su equipo respiraran aliviados. Excepto Bryan, su mejor amigo. — aclara — él está preocupado por Ivanov.
Aria la miró con confusión, no entendía como su encuentro con el pelirrojo, podía causar tantos estragos a su mente.
— Esa es la razón. Debía saber que te unía a Ivanov. — dijo clavando sus profundas orbes azúl metálico sobre la rubia quién en ese momento no sabía que decir — Tu regreso es la causa de sus pesadillas.
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HOTEL LEPRANGE
En la habitación los Bladebreakers, el señor Dickenson se encontraba manteniendo una seria conversación con los europeos. Tras haberse puesto en contacto con las oficinas de la BBA Rusia, les había recomendado no intervenir.
— Por ahora estamos en manos de Voltaire. — lamentó el mayor — Lo único que podemos hacer es esperar.
— Deben vencer a los Demolition Boys — dijo el italiano clavando sus profundos orbes cielo sobre el equipo asiático.
Era inusual ver al rubio actuar tan iracundo, pero no podían culparlo. Todos estaban preocupados por la ojiazul.
— Lo haremos! — exclama Tyson con decisión — Derrotaremos a los Demolition Boys y recuperaremos a Aria.
— Cuenten con nosotros. — secunda Rei
— Confiamos en ustedes, chicos. — esbozó el francés
El suave sonidos de unos pasos abandonando la habitación llamaron la atención del alemán, quién al ver que se trataba del escocés decide seguirlo.