"No hay mayor tortura que ver como tu amor, tu razón de vivir, respirar, existir, se hunde en el olvido. Tu corazón se detiene ya que sin importar como intentas alcanzarla, ella sólo se aleja cada vez más".-Percy.
Percy miró a su compañera hundirse en el agua turbia. Él gritó su nombre una y otra vez, pero Annabeth nunca respondió o incluso reconoció que él estaba allí. Corrió hacia el agua, chapoteando y tratando de agarrarla. Cuanto más trataba de llegar a ella, más lejos parecía estar.
¡Percy! Grito Poseidón
Oyó que llamaban su nombre, pero lo ignora. Todo lo que podía ver era su compañera. Se estaba ahogando y él no podía hacer nada para salvarla. De repente Percy sintió algo envolverse alrededor de su pierna y un potente tirón comenzó a halar de él hacia abajo. Estuvo bien con eso y no luchó contra ello. Si podía adentrarse en el agua podría llegar a Annabeth, estaba seguro de ello.
¡PERCY! ¡Lucha contra ello! ¡Ella no se está ahogando! ¡PERCY! Grito Sally
Lo último que oyó Percy fue su nombre ser gritado una y otra vez, pero no pudo responder cuando su cabeza estuvo cubierta de agua, y él era halado aún más profundo. La oscuridad lo envolvió mientras continuaba tratando de llegar a su compañera. Se estiró y la buscó pero fue en vano.
De pronto, el agua se retiró y se encontró en una habitación oscura como una cueva. Se puso de pie y miró a su alrededor. Trató de quitar el agua de su ropa y piel, pero miró con sorpresa al ver que no se encontraba mojado.
No es real, no es real dijo Percy una y otra vez, pero las imágenes de la muerte de Annabeth se vertieron en su mente. Vio cómo su cuerpo fue atacado por los lobos de la batalla entre ellos y Mona. Fue despedazada miembro a miembro y Percy no podía alcanzarla, sin importa lo rápido que corriera. Él cayó de rodillas y gritó en agonía.
Entonces ella se encontraba entera de pie delante de él. Alargó la mano hacia él.
¿Por qué dejaste que me mataran, Percy? ¿Por qué no me salvaste? le preguntó Annabeth, con los ojos llenos de dolor.
Lo intenté mi amor, lo intenté. Dijo Percy. De la nada Percy miró a Mona apuntar sus manos a su compañera y vio a Annabeth caer de rodillas, gritando en agonía.
Ella lo llamó, rogándole que la rescatara.
¡PERCY! ¡Por favor, te necesito! Ven por favor, por favor, por favor. Grito Annabeth
Sus gritos se volvieron más y más débiles mientras Mona continuaba torturándola. Percy intentó arrastrarse hacia ella. Se acercó a ella, viendo la sangre comenzar a fluir libremente por su nariz, ojos y oídos. Cerró los ojos, tratando de convencerse a sí mismo una vez más que no era real, pero no importaba veces se lo dijera. Todo lo que podía oír eran los gritos de angustia de su compañera.
Las lágrimas corrían por su rostro mientras lloraba por ella.
Estoy aquí, Annabeth. Estoy aquí, cariño. Dijo Percy. Ella no reconoció sus palabras
La vio sangrar hasta la muerte, la observó mientras ella era aplastada una y otra vez por su enemigo, observó cómo ella fue tomada por Bryce Lawrence, violada y golpeada. Él gritó y gritó en vano. Las imágenes seguían llegando y continuaron rasgando su alma. El quería morir, quería que ella muriera de una vez por todas para que nunca sufriera de nuevo. Él sabía que iba a romperse antes que esto se hubiera acabado. No saldrá de este infierno como un hombre entero.
Su amor estaba siendo torturada y asesinada ante sus ojos y no podía salvarla.
Cerró los ojos y se hizo un ovillo, tratando de silenciar imágenes, pero los gritos de ella lo atravesaban.
En busca de cualquier signo de Annabeth, grito:
¿Hola? Preguntó Percy
Oyó una risa aguda y retrocedió cuando una figura se materializó en la oscuridad.
Hola, principito le dijo Mona mientras lo rodeaba.
No eres real gruño Percy. Se apresuró hacia ella, sólo para atravesarla.
Ella se echó a reír de nuevo.
Tienes razón. Ésta es simplemente una proyección de mi misma. Decidí que quiero explicarte donde te encuentras para que puedas apreciar mi ingenioso plan. Ustedes lobos engreídos creyeron que tenían una oportunidad contra mí. Dijo Mona
¿Dónde está mi compañera? le gruñó Percy.
Oh, no retuerzas tu cola. Tu compañera está bien. No me preocupo por ella; no es una amenaza para mí. Tú, sin embargo, tú y los otros machos son definitivamente una amenaza. Sabía que el camino más seguro para atraparte era amenazar a tu pareja. Cuán predecible eres. Realmente deberías trabajar en eso, después de todo, la variedad es la sal de la vida. Dijo Mona
¿Qué es este lugar? escupe Percy hacia ella.
Estoy tan contenta de que preguntaras. Este es el Limbo.Dijo Mona. Observó el rostro pálido de Percy. Ah, así que tu padre te ha estado informando. Excelente. Entonces no voy a tener que pasar mucho tiempo en esto. Por lo tanto, todo lo que debes hacer es pensar en tu miedo más grande y obtendrás el intenso placer de verlo una, otra y otra vez. No trates de no pensar en ello, porque ahora que lo he dicho, tu pequeño cerebro del tamaño de un guisante pondrá automáticamente las imágenes bailando a través de esa cabecita tuya. Dijo Mona. Ella vio como el rostro de Percy lentamente comenzó a transformarse en uno de pánico.
Mi trabajo aquí ha terminado. Tengo otras vidas que arruinar. ¡Adiós! Dijo Mona
Y antes de que Percy pudiera parpadear ella se había ido.
Percy puso las manos sobre sus ojos y trató de alejar las imágenes.
Poseidón miraba el estanque en el que su único hijo había desaparecido.
De pronto, el agua comenzó a burbujear y Annabeth emergió tosiendo y escupiendo. Poseidón comenzó a ir tras ella, pero fue detenido por Rachel.
Déjame, Alfa le dijo Rachel mientras entraba en el agua.
Rachel alcanzó a Annie y pasó un brazo alrededor de ella y bajo sus brazos mientras la empujaba de espaldas hacia la orilla.