Bianca

capitulo 8

 

Bajo la lluvia y los rostros empapados continuamos con nuestra caminata, esta vez en busca del señor Thomilsom, con la esperanza de encontrarlo con vida. Los truenos parecían estar en contra de nuestros oídos y los rayos de nuestros ojos, pero no nos importó. Lo que realmente queríamos era rescatar al guía del museo y acabar con Bianca. 

Llegamos a una zona en la que se podía ver esqueletos de todo tipo, incluso humanos. —Estamos en su zona de confort— dijo el señor Samuel muy asustado y continuó diciendo —Debemos ser muy precavidos, estamos cerca. 

— ¿Qué tan cerca?— preguntó Shanelle. 

—Más de lo que te imaginas, no se separen de mí. Vamos por Thomilsom y nos largamos de este lugar. Fue mala idea venir aquí y detener a esa mujer. 

A lo lejos, vimos la silueta de un hombre que por su forma de caminar se sentía débil. Rápidamente, nos acercamos al ver que era el señor Thomilsom. No sabemos cómo escapó de las garras de Bianca, pero lo hizo. Caminamos directo a la salida del bosque, pero algo atacó a mi hermano, lo arrastró unos metros y lo encerró en la cabaña en la que hace un rato estuvimos. 

Desesperados intentamos entrar, pero nada daba resultado hasta que vimos como lentamente una luz amarilla proveniente del interior de la cabaña se hacía fuerte. Demetrio gritó y la puerta se abrió, entré y todo estaba tranquilo excepto que mi hermano se veía pálido. 

El resto del grupo entró, la puerta se cerró y de la nada la cabaña comenzó a arder en llamas. En ese instante nuestro calvario se hizo aún peor, entre llantos y gritos luchábamos por salir y salvar nuestras vidas. 

En un momento de ira o que se yo, le di una fuerte patada a la puerta y logramos salir. Nos alejamos unos veinte metros, las llamas consumieron lentamente la cabaña. 

—Demetrio, tienes que decirnos ya, ¿qué ocurrió ahí dentro?— pregunté —¡Nada! 

—No mientas hermano, te oímos gritar— dije. 

—Vi a esa mujer, pero muy diferente. Estaba algo transformada. 

— ¿Transformada?— preguntó el señor Thomilson 




 

— ¡Si! se veía como si fuera un animal— respondió Demetrio con mucho terror en sus ojos.

 

Mi hermano describió a Bianca como mitad humana y mitad pájaro. La forma que tenía según Demetrio era de un águila o un halcón. Es impresionante escuchar algo así ya que parece sacado de una película de ciencia ficción, esas donde los personajes son mitad animal y mitad humano. 

Vi a mi hermano asustado como nunca, su voz se entrecortaba y sus ojos no dejaban de moverse, temblaba más por miedo que por frío. Al calmarse seguimos caminando lo más rápido posible hasta llegar a la salida del bosque. Al estar ahí decidimos no regresar y nos fuimos a casa. 

Lo que parecía eterno había llegado a su fin. Veíamos como la carretera era iluminada por el primer rayito de sol. Miré por la parte de atrás y observé detenidamente como los árboles se hacían cada vez más pequeños. Luego pensé que, si queríamos vencer a Bianca, teníamos que hacerlo en el pueblo o, mejor aún, en su propia casa. 

Allí, una vez adentro descubriríamos sus debilidades y la derrotaríamos devolviéndole al pueblo la tranquilidad y lo más importante, devolvérsela a los niños. Cuando llegamos, mis padres estaban desesperados. Es obvio, pues pasamos la noche entera fuera de casa y además, lluviosa, con muchos rayos y truenos. Les contamos todo lo que sucedió en el bosque desde la sombra hasta el incendio en la cabaña. 

Jamás creí que viviría algo como esto, pero al menos le dimos a entender a Bianca que ya no teníamos miedo. Bueno, no tanto. Durante la mañana decidimos irnos con papá y el señor Thomilsom a la ciudad para distraernos un poco, al estar allí fuimos al parque, es enorme y al menos en ese entonces, tenía muchísimas atracciones, pero solo fuimos por helado y algodón de azúcar. 

En medio del ruido de los aparatos, la música y la gente, mi hermano con su mirada anclada en los niños dijo: — ¿Te imaginas a Bianca en este lugar lleno de criaturas inocentes, felices, de sangre pura y alma limpia? 

—Eso no ocurrirá— respondí— la acabaremos más pronto de lo que te imaginas. 

—Ojalá que así sea. 

Pasamos más o menos hora y media y decidimos volver a casa. En el camino me sentía totalmente insegura, tenía la corazonada de que alguien o más bien algo nos seguía. Por un instante creí que solo era mi imaginación hasta que Demetrio comenzó a sentir lo mismo. 

—Creo que nos siguen, y no me agrada.— Dijo Demetrio 

—Hermano, ¿qué crees que sea mejor? ¿regresar y quedarnos con papá o darnos prisa y llegar al pueblo? 

—La segunda me parece mejor— Respondió

Continuamos nuestro viaje, Demetrio conducía tan rápido que en tan solo cuarenta y cinco minutos llegamos a casa. Mamá estaba en el club de lectura, solo el perro habitaba la casa en ese momento. Decidimos entrar y quedarnos en la sala, luego de unos diez minutos, Tyson comenzó a ladrar incontrolablemente. 

Sentía que Bianca se acercaba, rápidamente me levanté y me di cuenta de que se trataba de esa desagradable mujer. Demetrio abrió la puerta, llamó al perro para que corriera hacia el interior de la casa y de manera salvaje cerró la puerta. Mi hermano cargó al perro y corrimos lo más rápido posible hacia la puerta trasera para salir de la casa. 

Reconozco que en esta ocasión sí teníamos miedo pues, Bianca nos tomó por sorpresa y nosotros estábamos desarmados. El primer lugar que pasó por nuestras mentes fue la iglesia ya que por obvias razones Bianca no pasaría tras la puerta y en efecto estaríamos a salvo. 




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