Bianca

capitulo 9

 

Estando allí, en la iglesia, veíamos o más bien sentíamos como el peligro pasaba. Transcurrió una hora y media cuando estábamos dispuestos a salir. En ese preciso instante, Shanelle, la enfermera, la joven por la cual Demetrio, mi hermano mayor se moría de amor, llegó a la iglesia asustada, para avisarnos que el pueblo había entrado en pánico. 

Al escuchar eso, salimos de la iglesia, corrimos tan rápido como pudimos hasta llegar a la calle principal en donde la gente estaba reunida y muy atemorizada, sobre todo quienes tenían hijos pequeños. 

Las madres sujetaban fuertemente a sus pequeños como si no hubiera un mañana. Bueno, por cómo estaban las cosas era evidente que no habría un mañana para esos inocentes angelitos. Era difícil pensar en algo, Sólo nos acercamos y vimos desde allí hacia la casa de Bianca, estaba oscura como de costumbre, no sólo oscura también estaba solitaria como si nadie viviera allí. 

Demetrio y yo nos miramos, como enviándonos un mensaje telepático, planeando, pensando hasta que al mismo tiempo reaccionamos. 

El plan era ir hasta la casa de Bianca, entrar y ver lo que estaba planeando, pero no podíamos mover un solo músculo pues ese momento en el que casi perdemos la vida en el bosque no salía de nuestras mentes. El señor Tomilson, el señor Samuel y Shanelle se acercaron a nosotros y por sus miradas ancladas en la casa de Bianca, sus intenciones eran las mismas que las nuestras. 

—¡Tenemos que entrar! — Dijo Demetrio. 

— ¿Qué? ¿Te volviste loco? —dije 

—¡Tenemos que entrar!— contestó y luego añadió— no me importa nada, ya no me importa morir, no me da miedo sacrificar mi vida para salvar la de cientos de niños. 

—¡Demetrio! Piénsalo bien, no puedes luchar contra ella—suplicó Shanelle. 

Llena de coraje empuñé fuertemente mis manos y di un paso al frente, al hacerlo le di la mirada al grupo y dije con firmeza: 

—tienes razón, mi hermano no puede luchar contra ella ¡pero yo sí! miren a su alrededor... Todo este caos se originó por mi culpa. 

 

—No es tu culpa Virginia—habló el señor Thomilson y continuó diciendo —hiciste lo correcto aquella vez en el bosque, le salvaste la vida a esas criaturas. 



 

— ¿Y qué pasó después? Los padres se fueron del país, la señora Rocío se fue del pueblo,.

todos se llevaron a sus hijos lejos de esa bruja, muchos se han ido de este lugar. Casi perdemos nuestras vidas en aquella cabaña y miren a nuestros vecinos ahora. — respondí llena de furia. 

—Entonces si tú pones un pie en esa casa, yo también—dijo mi hermano. 

Dispuestos a acabar con todo, Demetrio y yo llenos de valor caminamos hacia la casa, notamos que la puerta tenía seguro. Entonces fue cuando decidimos entrar por la puerta de atrás, para nuestra sorpresa, Shanelle nos acompañaba. Los señores Samuel y Thomilson se quedaron para calmar a la multitud y darnos aviso desde afuera si notaban algo extraño, mientras revisábamos el domicilio de la señora bruja Bianca. 

Por fortuna, la puerta estaba semiabierta y desde adentro veíamos que en todo el centro de la sala había una vela encendida en el piso. El silencio de la casa era nuestro acompañante, o eso era lo que nosotros creíamos. La noche estaba por caer, y al ponerse el sol, el horror para nosotros comenzaría, y peor aún dentro de la casa de nuestra actual y aparentemente enemiga. Bianca no se encontraba en la casa lo que era una gran ventaja, escuchábamos las voces de las personas allá afuera, muchos decían que Bianca fue al Bosque, otros que había salido del pueblo. 

En fin, ¿a quién le creerían? A veces pienso que las personas estaban confundidas por el miedo y no estaban seguros de haber visto a Bianca o no. En medio de nuestra sigilosa caminata nuestras miradas apuntaban a un mismo lugar a la vez, era una puerta y al parecer conducía al sótano. Shanelle se acercó para ver, pero la puerta tenía seguro, fue cuando la ignoramos y decidimos continuar. En el interior había muchas fotografías:  niños famosos, niños muertos, niños del pueblo y algunos de su familia. 

Lo extraño era que las fotos hacían parte de un altar. Me dio tanto miedo al verlo que aún sueño con ese día en algunas ocasiones. Al ver semejante escenario aparté la mirada hacia otro altar, el cual me causó más terror que el anterior. 

El tabernáculo contenía fotos de la infancia de Shanelle, Demetrio y yo. 

—¡Dios mío!—dije llena de pavidez—muchachos tienen que ver esto, pero les advierto que no les gustará. 

Rápidamente, Demetrio y Shanelle se acercaron y vieron lo que había. — ¿Nos espiaba? —preguntó Shanelle. 

—No. seríamos sus víctimas—respondí. 

—¿Entonces por qué jamás fue por nosotros?—preguntó Demetrio, luego continuó—¿es que acaso sabía lo que pasaría? 

—Tal vez, o puede ser que estuvimos protegidos por algún ser de luz. —dije. 

 

Shanelle sin quitar la mirada del altar, dijo con voz entrecortada por el miedo —el destino, somos los elegidos para acabar con Bianca. 

Al pronunciar estas palabras,Shanelle derramó sus lágrimas. Demetrio al verla llorar la abrazó fuertemente para intentar calmarla. Intempestivamente, la puerta trasera se abrió, sentimos pasos y vimos la sombra de Bianca en la cocina. Corrimos a una habitación, cuando de pronto vimos como la puerta del sótano se abría lentamente. 

-—¿No dijiste que tenía seguro?—preguntó Demetrio. 

—¡Sí! intenté abrirla, pero no pude—respondió Shanelle. 

Enseguida descubrí que la llave de esa puerta era la misma Bianca. Shanelle y Demetrio entraron, pero nuestra querida bruja ataca niños volvió a salir, en efecto, yo no alcancé a entrar y los muchachos se quedaron atrapados. Demetrio desde adentro decía que aprovechara el tiempo al máximo. Así que mientras ellos husmeaban en el encierro, yo revisaba cuidadosamente la casa. 




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