Blanca Martínez
-¿Así que por fuera es todo un semental y por dentro es un niño? Eso es una combinación extraña - mi amiga hablaba mientras comía, un espectáculo asqueroso.
-No diría qué es un semental, pero es bastante atractivo - aclare
-Por lo como lo describiste, es un semental, admítelo.
Suspiré. No iba a dejarlo pasar.
-Si, es un semental. Pero su personalidad lo arruina todo.
-En fin, Daniel preguntó por ti el otro día. Lo vi en la plaza de armas.
-¿Y qué le dijiste? - tomé un taza para hacerme un poco de té negro con arándanos
-qué estabas bien, no dije nada más. Sé que no quieres saber nada de él.
Daniel sólo era un compañero más hasta que me robó un beso y tomé la mala decisión de continuarlo. Creyó automáticamente que éramos novios y se volvió posesivo aún cuando no éramos nada.
Lo mejor de terminar la carrera fue no verlo más.
-Gracias por eso, no soportaría tenerlo otra vez insistiendo en algo que no pasará.
-Más con ese bombón cerca. Debes conquistarlo, tendrás la vida resulta.
-No creo que sea eso posible. La señora Roxana dijo que jamás tuvo novia porque para él ninguna está al nivel, ¿Una película?
-Claro. Que no haya otras a su nivel no significa que tu seas parte de ese montón ¿Te gusta? - la miré arrugado mi frente.
-¿Qué?
-Tu Jefe ¿Te gusta?
-No, claro que no. No puedo negar que es atractivo, pero allá que me guste, es un mundo - le hice ver.
-Da igual. Coloca Harry Potter.
Elección obvia.
Pasamos las siguiente 4 horas viendo películas hasta que se marchó dejando con los pensamientos dando vuelta.
~~
No me ha costado acostumbrarme al trabajo, es divertido y eso lo hace más fácil, pero eso no quita que quiera desempeñar mi carrera. He continuado buscando en mi área y Roxana lo sabe y no tiene problema.
Trabajar independiente nunca fue una opción para mi, no me gusta ser mi propia jefa, funciono mejor bajo presión. Pero lo estoy considerando.
-Blanca, ven a mi oficina por favor - habló con la mitad del cuerpo afuera.
Asentí.
Ya adentro pregunté que necesitaba.
-Mañana hay una fiesta importante. Muchos señores con dinero y poder. Debes venir conmigo, así que debes conseguir un vestir elegante, de preferencia negro.
-Sí señora. ¿A qué hora será? ¿Debo llegar directo?
-No, iremos a buscarte. A las 19:30 - Aclaró.
-No hay problema.
Me pregunté si Alessandro iría, pero rápidamente me reprendí por preguntármelo.
Tendría que conseguirme un vestido elegante y sobrio, no tengo que llamar mucho la atención.
-Buenas tardes, bienvenidos a Volátil.
-Buenas tardes, gracias - respondí mirando todo el lugar.
-Buscas algo en particular?
-Si, un vestido negro largo que grite, no soy nadie, pero tengo clase.
Ella rio suavemente.
-Creo que entiendo.
Me presentó varios vestidos hermosos, pero ninguno me convencía.
-¿Y deje ser negro? - preguntó.
-Mi jefa lo exigió, tal vez es la temática.
-Entiendo, lo siento por no poder ayudarte.
Revisé otras tiendas en busca del vestido ideal. No se porqué pero quería resaltar a pesar de ir recatada.
En la tercera tienda encontré, uno negro hasta abajo de la rodilla con forma de sirena, pero no muy ajustado. Tiene forma de corazón muy poco notorio y mangas caídas. Elegí unos zapatos no muy altos, para evitar accidentes y una bolsa con una correa larga.
Cuando me vestí me sentía hermosa, amarré mi cabello en un moño todo alto y un maquillaje discreto.
Cuando me miraba al espejo me llegó la llamada de mi jefa diciéndome que estaba abajo.
-Buenas noches señora Roxana - dije luego de entrar al auto y notar que el negro no era temática sino que quería que fuera discreta. Ya que ella llevaba un elegante vestido verde agua hasta los pies. Joyería excesiva que la hacían ver poderosa.
-Buenas noches Blanca, te ves encantadora - dijo luego de mirar brevemente mi atuendo.
El chófer comenzó a avanzar luego de las indicaciones de la mujer a mi lado y los nervios llegaron a mi.
-No estés nerviosa, estarás bien.
Al llegar a la fiesta los nervios se dispararon y olvidé como caminar.
Roxana lo notó y tomó mi brazo para caminar alegando que era muy vieja para estos tacos: 22 cm.
-Hola Roxana, que bien que viniste. ¿Cómo va el trabajo? - Preguntó una mujer alta de aspecto amenazante.
-Bien, mucho trabajo como siempre - dijo ella levantando su rostro mientras yo tomaba dos copas de champagne, una de ellas se la entregué tratando en lo posible de no interrumpir.
-Me alegro, también yo. Mi hija está por ahí. ¿Alessandro viene?
-Es probable - tomó un poco de la copa.
-Espero que así sea - murmuró.
Es obvio que buscan emparejar a su hija con Alessandro. Es un buen partido, eso es imposible de negar.
Después de ella vinieron más personas saludando, algunos con amabilidad real, hasta que apareció. Vestido con un traje completamente de negro, al igual que su camisa, pero llevando una corbata roja.
Encontró mi mirada y rápidamente la aparté.
-Hola pequeña. ¿Estas de luto? - dijo escaneando mi atuendo.
-Soy sólo una asistente, no pretendo llamar la atención.
-Así que por eso el negro - dijo en susurro - el color no significa nada, es el modelo y el tuyo no ayuda mucho a no llamar la atención.
-¿Es un halago? - me burlé
-Qué dices - respondió mirando a otro lado - No seas boba niña.
Y ahí va de nuevo. Tiene un gran problema con la edad y no se porqué.
-Hola Alessandro - una joven de unos 22 años estaba de pie junto a nosotros, un vestido estilo princesa color rosado cubría muy poco de su piel. Era linda - ¿Cómo estás?
-Hola, bien - dijo sin mirarla. ¿Cuál es su problema?
-Me alegro mucho. Me preguntaba si un día podríamos, no sé, ir al cine