Bianco

Capítulo 13: Un abrazo

Blanca Martínez

El trabajo hoy había sido una locura, los papeles volaban, la gente corría y gritaba. Alessandro pasó todo el día en su oficina y Roxana me ordenó demasiadas tareas. Había pasado una semana y era comienzo de mes; nadie me había dicho que también era una locura.

Aunque en palabras de Roxana, todos los meses no eran así. Pero este mes salía un nuevo producto al mercado y había mucho que ajustar y comprobar.

Y ahí estaba yo, su esclava personal organizando su agenda.

Camino a casa luego de un largo viaje en metro. Lo único que quiero es descansar, pero nada sale como quiero.

Unos brazos fuertes me envuelven por detrás al llegar a la sala, ¿Por qué está todo oscuro?

-No me hagas nada por favor - tiemblo mientras el hombre ríe.

Su risa es conocida para mi.

-¿Qué criminal apresa a sus víctimas con este tipo de abrazo boba? - dice Alex.

Ya llegó, Alex ya llegó.

Cuando volteo el sigue riendo y yo me dedico a apreciarlo.

Mi amiga, tiene razón. Está totalmente irreconocible.

Su cabello rojo oscuro cae por su frente esperando que lo desordene, sus ojos negros esperando una reacción, pero estoy encandilada, ¿Qué le pasó al antiguo Alex? Tiene la mandíbula marcada, ya no quedan rastros del acné y su cuerpo, se nota que se ejercita, lo sentí en su abrazo.

-Te dejé impresionada, ¿eh? Pensé que sabías de mi regreso - dice el caminando hacia mí, mirando desde arriba - ven, vamos, dame un abrazo.

Camino lo que falta para un abrazo fraternal.

-Tú mamá otra vez me ofreció tu mano - me susurra al odio y su voz grave me pone los pelos de punta.

Yo me rio bajo - No parará jamás.

-Creo que tendremos que casarnos - dice antes de soltarme.

Es claro que su nueva apariencia le dio confianza, jamás había bromeado así.

-Iré a cambiarme.

-Estaremos en la cocina - dice Alex.

Muevo mi cabeza en una respuesta afirmativa.

Debo llamar a mi amiga, es urgente.

Al llegar a mi habitación marco su número.

-¿Aló? - dice ella al otro lado de la línea.

-Leticia, ¡alerta roja! - digo en voz baja.

-¿Qué pasó? - pregunta.

-Alex llegó, Alex llegó, acaba de llegar.

-¡¿Qué?! - dice ella animada - ¿Y cómo está? ¿Es guapo?

-Está irreconocible - admito - Ahora es mucho más alto que yo, más que antes. ¿Sabes que dijo? Que deberíamos casarnos, ¿Puedes creerlo? Él bromeó.

-Uuuh, ¿Qué le pasó al antiguo Alex? - dice Leti.

-No lo sé - me acuesto en mi cama respirando tranquila - esto es una locura.

-Lánzate amiga - se ríe al teléfono - ¿O prefieres a tu jefe?

-Tonta - me rio con ella.

Luego de conversar unos minutos y cambiarme por algo más cómodo bajo a la cocina. Ahí están ambos conversando.

-¿Puedes creerlo?

-Si que lo creo señora, ella es así - ambos estaban hablando de mí, inaudito.

-¿De qué hablan? - me senté en una de las sillas.

-De tu pelea con tu jefe, niña inmadura - se burló Alex.

-No soy inmadura - aclaro - él tiene un mal carácter.

-No creo que sea así, solías tratar mal a los chicos que te gustaban, ¿Te gusta tu jefe? - Alex levantó una ceja.

¿Gustarme mi jefe? Eso era ridículo.

No puedo negar que el hombre me parece atractivo, tiene un rostro agradable y su cuerpo es llamativo, su altura le suma puntos. ¿Pero estar con un niño de papi?

-Podría apostar mi hombría que es algo de clasismo - dice sacándome de mi pensamiento - Blanca, no todos las personas con dinero son malos, no todos son como él, no te limites.

¿Por qué tenía que nombrarlo? No es esa la razón.

-Si sigues negándolo llegará un día que la realidad te golpeará en el rostro y será tarde.

-Eso es cosa mía, mejor cuéntame de ti, no he sabido nada de ti.

-Sólo tú cierras tus redes sociales cuando tu amigo se muda de país - gira sus ojos negros - He estado bien, sólo me he dedicado a mis estudios y después al trabajo.

-¿Qué elegiste? - pregunto.

-Comercio exterior. ¿Estudiaste diseño al final?

Asiento.

-Aunque no he tenido éxito, por eso estoy de asistente.

-Ya te saldrá, mientras encuentras un trabajo, arregla las cosas con tu jefe, es una orden.

Bromea.

¿Desde cuándo se volvió tan bromista?

-¿Dormirán juntos?

-¿Qué?

-Antes lo hacían - se excusa.

-¡Cuando teníamos 5 años! - grito al borde la histeria.

-¿Qué tiene?

-Gracias por esa tan espectacular oferta, pero no quiero molestar su sueño - hace un silencio - tampoco quiero escuchar sus ronquidos - se rie.

-Ey, yo no ronco - creo.

-Ajá - dice incrédulo - Haré como que te creo.

-Mamá estoy agotada, sólo quiero descansar, no me hagas esto si - suplico.

Necesito dormir.

-Ve, yo arreglo la pieza de este apuesto joven.

Me despido y subo a mi habitación, se vienen unas semanas tortuosas. Pensé que sería más fácil convivir con él, pero su sonrisa coqueta me desconcentra, ¿Qué le pasó a mi amigo de la infancia? Me lo cambiaron en Francia.

¿Tendrá novia?

Sacudo mi cabeza por esos pensamientos, no debería estar pensando esto, debería descansar mi mente.

~~~

Llego a mi trabajo corriendo.

Correr con tacos es la muerte.

Anoche no pude dormir temprano porqué los pensamientos me abrumaron, recordarlo no es agradable. Así que levantarme temprano no fue fácil y ahora las consecuencias me golpeaban el rostro.

"Si sigues negándolo llegará un día que la realidad te golpeará en el rostro y será tarde."

No es verdad, por primera vez en la vida, no supiste leerme amigo mío. Lo que siento por él no es amor.

-Llegas tarde - dice Alessandro de pie frente a mi escritorio, tiene uno de mis lápices en su mano, específicamente uno de stitch.

-Perdón, me quedé dormida - necesito una excusa.

-Sin excusas, estamos hasta arriba de trabajo, no necesitamos de su falta de profesionalismo.



#3019 en Otros

En el texto hay: romance, italianos, asistentes

Editado: 07.04.2025

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