Alessandro Bianco
Han pasado dos días de la primera reunión, dos de la "amenaza", dos días desde su abrazo, dos días desde que nuestros dedos estuvieron entrelazados.
¿Cómo se supone que siga viviendo después de eso? Después de sentir su aroma en ese abrazo, sentir su calor. Sus manos rozando mi cuello.
Pensé que me dejaría sintiendo vergüenza de mí mismo cuando ella sólo me miraba, pero ella fue amable conmigo por primera vez desde que nos conocemos. Fue más que amable, fue dulce.
En ese momento me sentía tan vulnerable, tan sucio, tan impotente. ¿En serio Vittoria dijo eso? Se veía tan correcta, tan profesional, pero supongo que la frase "las apariencias engañan" es más real de lo que pensé.
No sé cómo salir de esto y más cuando mi mente sólo se va al viaje en auto, en cómo sentí su mano sobre la mía. Era cálida y suave. No me puede resistir y enganche mi dedo pequeño. Fue algo tan sutil, pero ella no se apartó. Y lo agradezco tanto, su cercanía me hizo olvidar todo.
¿Y si ella no me odia? Esa pregunta ha rondado en mi cabeza estos días. Tu no haces eso con la persona que desprecias.
Pero si es así, por qué a veces actúa como si yo fuera la peor persona del universo.
Levantó mi vista de los papeles y la veo a ella ordenando los informes que tengo que entregar a mi padre. Estos días he tenido mucho trabajo, llevando la sucursal de Chile y haciendo uno que otro trabajo que se requiere de mí para esta empresa. Qué no he tenido tiempo de seguir el consejo de mis amigos.
Me gustaría salir y mostrarle Roma, que vea lo hermoso que puede ser, pero ¿y si ella se niega? ¿y si ella se ríe en mi cara? Aún tengo temor, aún pienso que ella es igual que todas.
Pero y si ella es la indicada? Ella no me vería por el dinero. Ella simplemente no me vería.
Tal vez la otra semana.
Tengo que ver qué hago con el problema en el que estoy metido. Aún tengo que ver sí quiero este puesto.
Me siento cómodo en Chile. Me enamoré del país, de su simpleza. De la paz. No hay miles de turistas caminando por las mismas calles; como si fueran hormigas, todas juntas.
Pero si me niego pondré en un apuro a mi padre y aún más sería extraño que siguiera en la empresa. Me gusta mi trabajo, no me gustaría dejarlo, pero ser el CEO, eso será demasiado trabajo.
Tendría que dejarle la sucursal a Roxana, pero me gusta trabajar con ella codo a codo, pero si termino aceptando tendré empezar de cero con un montón de personas que me ven extraño. Tendré que si o si contratar a una asistente y secretaria porque el trabajo que tendré será el doble o triple de lo que es.
¿A Blanca le gustaría trabajar para mi? Sería una interesante experiencia.
Me gusta la idea de tenerla rondando alrededor de mi con esos trajes de dos piezas, con esa elegancia, como si fuera su lugar, como si aquí perteneciera. Tan bella.
-Joven Bianco, aquí hay un error, o sea creo. No soy experta en los números, pero esto no parece cuadrar - me muestra un papel de contabilidad de la sucursal de Italia.
-Déjame ver eso - tomo el papel y analizo los números.
Me doy cuenta que hay un error en la digitación, o eso quiero creer. Porque no es un error menor, son varios ceros más de los que debería ser. Hay dos alternativas, el contador digitó mal la cifra o colocó una suma mayor para irse con una gran cantidad por debajo.
-Iré con mi padre, muchas gracias Blanca - me levanto y camino a su oficina, pero antes me dirijo nuevamente a ella - puedes ir a tomarte un café, has estado toda la mañana trabajando.
-Gracias, pero prefiero esperarlo - me congelo - no manejo el idioma.
Ah, eso.
-Está bien, pero me demoraré.
-No hay problema - ella me sonríe y por Dios que linda es su sonrisa.
Camino directo a la oficina de mi padre y entro como "Pedro por su casa".
-Alessandro - dice como saludo.
-Papá. Blanca encontró un error en la contabilidad de esta sucursal.
-¿Error? - pregunta tomando el papel y yo tomo asiento.
-Números, ceros, de más. Aquí - indico.
Él arruga su frente.
-Dile a mi secretaria que llame a Giosuè, necesito una explicación y que traiga todas las facturas. También trae todos los papeles de los últimos seis meses - asientos y salgo de la oficina.
~~~
Pasan las horas y ambos, mi padre y yo revisamos todos los balances tributarios, los estados de resultados, los libros diarios y la documentación de respaldo.
El trabajo es agotador y notamos que no hay más inconsistencias, por lo que concluimos que fue un error de digitación, pero estaremos atentos a que no vuelva a ocurrir.
Mi padre tomó la decisión de contratar a otro contable, para que sea un apoyo para Giosuè. No quise decirle a mi padre, pero me parece un error que sea sólo un contador. Llegando a Chile tomaré las mismas medidas.
Cuando terminamos de trabajar cómo a las seis de la tarde invito a Blanca a tomar un café. Esta será una gran oportunidad para conversar de cosas que no son trabajos. Quiero conocer más de ella.
-¿Qué tipo de café prefieres? - preguntó mientras ella mira las pantallas de la cafetería viendo las ofertas - elige el que quieras, yo pagaré.
-Aceptaré sólo porque no tengo efectivo - ríe - eso me recuerda que debo hacer el cambio, me gustaría comprar algún souvenirs.
-Yo puedo pagarlo. Y aún no respondes mi pregunta - la miro con atención.
-Me gusta el capuchino de vainilla, pero no lo veo.
-Qué no salga en las pantallas no significa que no esté.
Pido ambos café y yo decido pedir lo mismo. Quería sentirme más cercano a ella y hacer esto se siente así.
-Blanca - digo mientras nos sentamos - me gustaría conocer más de ti, ¿Me lo permites?
Ella se queda en silencio con los ojos bien abiertos.
-¿Qué quieres saber? - toma un poco de su café.