Bianco

Capitulo 36: El voto

Blanca Martínez

Pasó una semana de mucho trabajo. No entiendo como Alessandro lo hacía sólo. Aunque ahora también es el trabajo de Italia, pero de todos modos, necesita a alguien a su lado cuando yo vuelva con Roxana. Sobre todo si tiene que asumir la presidencia.

El Lunes llegó más rápido de lo que pensé y ya es la votación y hay muchas cosas que me ponen nerviosa. Viene la celebración del aniversario, y habrá muchas personas. Hoy se determina la dirección de la empresa y Alessandro decidió no invitar a Vittoria. Eso da como posibilidad de que no lo elijan ya que tiene que ser unánime.

Alessandro se ha visto preocupado, cabizbajo y muy pensativo. Qué ganas de saber que pasa por su mente.

Me alisto con un pantalón de tela apegado a las piernas, pero que termina más ancho. Un blazer negro y lo dejo abierto para que se vea la polera blanca con un escote en V no muy pronunciado. Amarro mi cabello en una cola baja y me aplico un poco de maquillaje. Lo suficiente para verme bonita.

Alessandro toca mi puerta, él ya está listo.

Abro la puerta y aparece Alessandro con un traje negro apegado que hace que su cuerpo se marque. Lleva una camisa blanca con una corbata burdeo. Se ve atractivo, le viene ese color. Resalta su belleza.

-¿Estás lista? - pregunta.

Asiento - ¿Y usted? - pregunto con cuidado.

-Dentro de todo. Vamos.

Vuelvo a asentir y camino de vuelta al cuarto para tomar mis cosas y caminamos a la puerta de la mansión.

Durante el viaje él mira a la ventana con aparente tranquilidad, pero se que en el fondo está angustiado. ¿Qué irá a hacer esa arpía?

Espero que no arruine esta reunión. Alessandro es el heredero de esta empresa, lo más lógico es que él sea quien tome el mando. Espero que él padre de esa mujer sea razonable y no caiga en la manipulación de ese cisne.

Todos entran a la sala menos nosotras, las asistentes y secretarias. La ansiedad me hará arruinar todas la uñas, de todos modos no iba a entender nada.

Alessandro Bianco

Me siento en una de las sillas de la sala esperando la decisión. Yo ya tomé la mía, pero ahora depende de la junta directiva.

-Bienvenidos a todos - dice mi padre dirigiéndose a todos los hombres. Agradezco que Vittoria no esté, pero eso no significa que no haya influido en su padre. Su voto es decisivo, al menos para mí - no perdamos el tiempo y comencemos la votación.

Todos tienen miradas serias dirigidas a mi y eso me da un temor horrible.

-Entonces yo no perderé mi tiempo. Alessandro Bianco tienes mi voto - dice uno de los hombres que desconozco su nombre. Llegó a esta junta luego de mi partida.

-Yo también entrego mi voto.

Cada uno de ellos dio un voto a favor de elegirme como CEO y estoy agradecido, pero esto no se ha acabado. Falta su voto y todos se giraron a mirarlo. Él padre de Vittoria. Él tiene una mirada dura.

-Ugo, es tu turno - dice uno de los hombres con la voz firme.

Él suspira - Lo siento Tomasso, pero tengo que decir que no.

Silencio.

Lo esperaba, pero duele que esa mujer se esté saliendo con la suya.

-¿Estás bromeando Ugo? - dice mi padre - ¿Por qué te niegas? Tú siempre decías que Alessandro era el indicado.

-Aún no está listo.

-Tú viste los números. Has ganado más dinero gracias a Alessandro y su trabajo - dice enojado mi padre.

-¿Estás seguro Ugo? - dice el más joven de todos.

-Piénsalo bien. ¿Quieres dejar a un desconocido en el puesto de presidente? Mi hijo trabaja en esta compañía desde que tiene 18 años, ¿Quién más para el puesto?

Él hombre está en silencio y veo como aprieta sus labios y en sus ojos puedo ver un torbellino de emociones.

Todos lo están mirando, incrédulos.

Él suspira - Bien, tienes mi voto. No hagas que me arrepienta.

Todos soltamos el aire que estábamos conteniendo. Yo respiro tranquilo, pero veo que mi padre no ha calmado su rabia. Por lo que sé, Ugo era su amigo.

-Bien. Alessandro, este año que viene antes que tomes la dirección por completo estarás trabajando codo a codo conmigo y en la sucursal de Chile comenzarás a entrenar a tu sucesor. No me molesta si quieres dejar a Roxana, pero tienes que dejar en su lugar a alguien de confianza. Este año será pesado para ti, espero tu total compromiso.

-No se preocupen. Amo esta compañía, nunca dejaré que caiga. Daré todo de mi para que crezca, no se van a arrepentir - digo mirando al padre de Vittoria.

Luego de algunas palabras por parte de los inversionistas, termina la reunión de manera eficiente y don Ugo se acerca a mi.

-Perdóname, pero creo que tu sabes porqué me tuve que negar - dice suave - probablemente ahora tenga problemas.

-Espero que entienda que no podía invitarla a una cita si no siento nada por ella, eso sería deshonesto.

-Entiendo - sonríe triste -Hubiera sido lindo verlos juntos - sonrió incómodo - en fin, felicitaciones - estrecha mi mano y toma dirección hacía la puerta.

Me acerco a mi padre.

-Felicidades hijo mío, no dude en que todos te apoyarían, aunque hayamos tenido un contratiempo - se ríe - ahora ve y dale la noticia a tu chica.

-¿A mi chica? - lo miro con ojos grandes.

-Ay, perdón, a tu asistente - se burla.

-Papá ella no es mi chica - aún - ella es mi asistente y punto.

Lo dejo atrás mientras él se ríe como si tuviera un gran secreto que todos saben menos yo.

Blanca se encuentra de pie apoyada en un pilar mirando su teléfono distraída, tan bonita. ¿Qué hago para que me mires como lo hago yo?

Tomo un mechón de su pelo y ella levanta su mirada. Abre mucho los ojos y endereza su espalda.

-Alessandro - dice bajo - no hagas eso que alguien puede vernos - saca su mechón de mis dedos - ¿Cómo te fue? Todos salieron hablando, pero no entendí nada, todo lo que “aprendí” ya lo olvidé.



#712 en Otros

En el texto hay: romance, italianos, asistentes

Editado: 03.08.2025

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