Bianco

Capítulo 41: No te vayas

Alessandro Bianco

Me levanté decidido, con las ideas claras.

Hablaría con ella, la invitaría a una cita, le diría que me gusta y que quiero estar con ella por el resto de mi vida. Fácil.

¿Y por qué en este momento siento que estoy perdiéndola? ¿Por qué no está saliendo como imaginé.

-¡No puedo creerlo! - dice ella rebosando de alegría - ¿Sabes cuantas veces postulé a esta agencia? Un sin fin de veces - ella no podía dejar de mirar el celular y yo no podía dejar de verla a ella - ¡No lo puedo creer!

Estaba feliz por ella, sabía que deseaba marcharse, pero ¿Por qué siento tanto miedo?

-¿Entonces te irás? - digo dolido.

Ella se gira y su rostro se apaga.

-Alessandro…

-Bien - digo y camino a mi oficina.

-Alessandro, escúchame. Alessandro, mírame - no me detengo, no quiero verla ahora - ¡¿Qué quieres de mi?! - ella grita.

Me volteo y veo su rostro enojado, pero sus ojos, ellos me parten, están acuosos.

Ella se acerca y susurra.

-Escúchame Alessandro, por qué lo diré una sola vez - ella me apunta con uno de sus dedos - Me iré y cumpliré mi sueño, es tu decisión si estás ahí para apoyarme.

Me besas y me ignoras, ahora vienes con el descaro de reclamar algo que ya estabas advertido. Eres un sinvergüenza.

Sus palabras queman, pero son la santa y pura verdad.

-Perdóname, yo…

-No quiero hablar contigo ahora, iré a hablar con Roxana - se da la vuelta y yo tomo su muñeca con suavidad.

-Perdóname - le digo.

-Suéltame.

-Prométeme que luego hablaremos - aún mantengo mi mano rodeando su delicada muñeca.

-¿Ahora quieres hablar? - me mira sin expresión.

-Por favor - suplico a vista y presencia de todos.

-Lo pensaré, ahora por favor suéltame.

Lo hago y siento frío.

Tengo miedo, como nunca lo he sentido. Miedo de perderla, de no poder verla nunca más. ¿Y si me rechaza y luego se va? ¿Cómo se supone que siga viviendo?

Me han gustado otras chicas, eso para nadie es un secreto, chicas que me han lastimado, que me han destruido. Pero nadie me había gustado tanto como ella, como para sentirme en la necesidad de borrar mis recuerdos a tragos. Mi vivencia con Blanca ha sido tormentosa, siempre discutiendo, siempre lastimándonos, pero ya no estoy dispuesto a seguir con eso.

Debo hacer algo…

Blanca Martínez

No puedo creer que haya arruinado mi momento feliz.

Llevaba esperando esta llamada hace tanto tiempo, destruyéndome en cada vez que recibía una negativa.

Él debía alegrarse por mí, ese era su papel…Su papel …siquiera se cual es su papel en mi vida. ¿Mi jefe? ¿Mi amigo? ¿Mi novio? No tengo idea que soy yo en su vida.

Yo quisiera poder besarlo como ese día, sentir sus caricias, ver de cerca su crecimiento como profesional y personal.

Ha pasado tan poco tiempo, pero no se, no se que pensar ahora. No puedo estar con alguien que no se alegra por mis logros. Quería una sonrisa, unas palabras, un abrazo que me transmitieran todo.

¿Por qué no pudo ser así?

Entro a la oficina de Roxana.

-Hola Blanca - dice ella - ¿Qué pasó afuera? Escuche tu grito.

-Discúlpeme por eso, no es nada, no se preocupe, lo solucionaré.

-¿Por qué lo hacen tan difícil? -pregunta

-¿A que se refiere?

-Es evidente que está pasando algo, para el aniversario de mis amigos estuvieron inseparables, pero ahora vuelven a discutir. ¿Qué pasó?

Suspiro.

-Es complejo, él no me dice nada, él sólo cambió algunas actitudes, pero no me dice que quiere de nosotros, así que no sé como actuar - me sincero - y ahora él está molesto.

-¿Por qué razón? - me mira llena de curiosidad, como si fuéramos su novela personal.

-Me llamaron de un trabajo, en la agencia de mi sueño y él lo escuchó - ella ríe.

-Y se molestó porque piensa que te va a ir - afirma - este niño, aún no sabe entender sus emociones. Y tu no sabes entender sus emociones.

-¿A que se refiere?

-Te lo diré porque espero mucho de su relación. Él tiene miedo, por eso actuó así - dice como si nada.

¿Miedo? ¿Miedo a qué?

-¿Por qué tendría miedo?

-¿Están juntos? - pregunta.

-No sé - suspiro - no pudimos conversar después del beso, mejor dicho, él evitaba el tema.

-¿Se besaron? - tiene una sonrisa en su rostro.

-Sí - me sonrojo.

-¿Y después no hablaron del tema? - afirmo - ¿Y ahora está molesto por qué te vas? - afirmo nuevamente - creo que él no se da cuenta del oro que encontró.

-¿A que se refiere?

-Si tu no trabajas para esta empresa será mejor visto su relación - se sirve un poco de su café y hace un gesto de desagrado - está frío este café - se levanta para preparase otro - lo que necesitan es sentarse comer un buen postre y conversar de lo que quieren. Él tiene que considerar muchas cosas y tú también.

Es parecido a lo que me dijo Lety.

-Supongo.

-Ve y pídele una cita - me dice - las mujeres igual pueden - me cierra un ojo - y con respecto a el trabajo, como acordamos, tienes que entrenar a tu sucesora.

-Si, empezaremos enseguida a buscar mi reemplazo.

-Pídele a recursos humanos que venga un momento.

-No hay problema.

-Antes ve a la oficina de Alessandro, es una orden - se ríe.

Asiento para salir e ir a conversar con Alessandro, pero al salir lo veo sentado en mi lugar jugando con mis lápices, mirándolos con detenimiento.

-¿Alessandro? - pregunto.

-Colorcito, por favor escúchame - me suplica.

Miro a Karina y ella tiene una mirada que dice “Te lo dije”.

-Está bien, pero no aquí, tengo trabajo que hacer.

-¿No te irás? - insiste.

-Eso no está en discusión - soy firme.

-Entiendo - baja su mirada - A las 9 - dice - pasaré por ti a esa hora, colócate el mejor vestido que tengas, iremos a una cita.

No pregunta, informa y no se porqué, pero eso me encanta.



#5429 en Otros

En el texto hay: romance, italianos, asistentes

Editado: 03.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.