Bianco

Capítulo 50: Suya

Blanca Martínez

Ha sido tan difícil.

Paso la mayor parte del tiempo sola en el departamento que tenemos en Roma, estudiando el idioma, buscando trabajo, pero todo ha sido difícil. En unos días será la presentación del nuevo CEO a la prensa y todos están trabajando arduamente, sobre todo mi novio y eso lo tiene hasta tarde en la empresa.

Espero que no sea así siempre.

Estos días ha venido dos veces la hermana de Alessandro y esa es la única interacción social externa que he tenido. Hemos tomado café y hemos salido a comprar ropa, ya que mi closet está vacío.

Ya son las diez de la noche y Aless aún no llega. Me siento sola.

Creo que quiero un perro que me haga compañía, pero eso seria egoísta porque espero pronto estar trabajando y él quedará solo.

He postulado a uno de los museos que hay en la ciudad, pedían a una diseñadora para hacer el trabajo de redes sociales, folletos, etiquetas y una que otra cosa.

La puerta se abre y deja ver a mi amado destruido, las ojeras marcadas, la corbata sueltas y miles de papeles bajo el brazo.

-¡Dios! - me acerco a él y le quito sus papeles y los dejo en la mesa - estás destruido - tomo sus mejillas en mis manos y las acaricio - déjame ayudarte por favor - le suplico como las veces anteriores.

-Pero… - lo interrumpo.

-Al menos por esta vez - digo.

Él asiente, está agotado.

-Vamos, ve a la ducha mientras te preparo algo caliente - le ordeno y él sonríe de lado - No se como tienes ánimo .

-Es que usted señorita está demasiado perfecta con ese conjunto - dice y camina al baño.

Le preparo una sopa caliente y un poco de pasta que sé que le encanta.

Sale de la ducha con un buzo gris, con el cabello empapado, con mejor aspecto, pero sus ojos siguen delatando su cansancio. Le indico que se siente y comienza a comer mientras le hago masaje en sus hombros.

-Mañana temprano iremos de compras - deja la cuchara en la mesa - necesitas un vestido elegante.

-¿Para qué ocasión?

Él se gira y me abraza por la cintura. Él es tan alto que quedó de su altura aún sentado.

-Te quiero a mi lado pasado mañana - acaricia mi piel bajo el polerón - no está a discusión, eres importante para mi y tienes que estar en este momento.

-¿En serio me quieres ahí? - pregunto dudosa por su decisión. No soy hija de un magnate petrolero que esté a la altura de él, puede que mi presencia sea cuestionada.

-Mil veces si - no piensa la respuesta - por eso iremos a comprar un vestido que deje a todas las mujeres opacadas. - él ríe - aunque hasta así eres la más bella.

Yo sonrió con mi corazón golpeando en mi pecho.

-Está bien, estaré ahí.

~~~

Hoy es el día.

Alessandro ha estado moviéndose por toda la casa nervioso.

Lorenzo llega hoy, él quería estar en el momento de su amigo y eso demuestra el nivel de amistad que tienen.

Entro a la ducha antes que mi novio para estar lista temprano y no atrasarlo. Él vestido que elegimos es un azul rey estilo columna con hombros caídos y sobre él me pondré una capa negra. Alessandro eligió un traje después de mi vestido así que escogió un azul oscuro con una corbata y pañuelo del mismo color de mi vestido.

Me arreglo y peino sobrio, una línea que enmarque mis ojos y en mis labios un brillo sutil. Mi cabello cae en mi espalda con ondas suaves.

-Qué preciosa, digna de la realeza - me sorprende Alessandro - que suerte tengo.

-Exagerado, ¿Ya te irás a bañar?

-Si, ya estamos en la hora.

El desaparece en el baño y escucho el agua correr por unos minutos, luego de eso se viste con su traje, seca y peina su cabello.

-¿Y quien se supone que es el de la realeza? - silbo dejando toda la clase que me permite el vestido - Mira esas piernas.

Él ríe y logro que se relaje un poco.

Se coloca su abrigo y salimos al exterior para dirigirnos al edificio de su empresa. Alessandro mueve los dedos sobre el manubrio nervioso repitiendo su discurso otra vez.

-Lo harás bien - le interrumpo - no hay nadie mejor para el puesto, das todo por esta empresa, que la opinión de las personas externas te digan como debes sentirse.

-No quiero decepcionar a mi padre.

-No lo harás, veo en sus ojos el orgullo que siente por ti - le hago saber.

-Por eso, no quiero que eso se vaya abajo.

-No lo harás - le acaricio sus manos para que se quite esa tensión - y si algo sale mal estaré ahí para desviar la atención.

El me mira por un segundo - no vayas a hacer nada que te ponga en las garras de la prensa, no quiero que sufras. Quiero que la prensa solo mencione lo bella que es mi novia.

-Está bien - digo riendo.

Al llegar al lugar noto que hay miles de periodistas en el lugar, agradezco que entramos por el estacionamiento pero eso no detuvo a los periodistas que trataron de seguir el auto.

-Eso estuvo intenso.

-Si - eso no ayudaba a su nervios.

Entramos al auditorio tomados de la mano y todas las personas dirigen su mirada a la unión. Según Ceci todos saben que Alessandro era un soltero eterno, que hasta pensaron que bateaba a otro lado.

Que equivocados estaban.

-Ciao Alessandro, quanto sei elegante! (Hola Alessandro, ¡qué elegante estás!) - aparece por nuestra derecha Vittoria. Que mala suerte - quindi sei venuto con questa donna (así que viniste con esta mujer)

Alessandro la ignora y saca su celular y teclea un mensaje.

-Come puoi vedere, il mio ragazzo è troppo impegnato per prendersi cura di te. (Como podrás ver mi novio está ocupado para estar pendiente de ti) - respondo y ella me mira sorprendida por haberle respondido en su idioma.

-Así que este es el cisne malicioso - dice Lorenzo - ¿Por qué no mencionaste lo bella que era?

-Porque no es algo que me importe - responde mirando a su amigo - haz tu parte.



#5429 en Otros

En el texto hay: romance, italianos, asistentes

Editado: 03.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.