Bienvenido al mundo de los corazones rotos

Capítulo 1:

Capítulo 1

<<Un sueño que no era sueño, era una pesadilla>>

 

Un frío se coló por mi espalda haciendo darme cuenta de que no estaba en la comodidad de mi cálida cama en mi apartamento. ¿Dónde me encontraba?, ¿qué hacía aquí? Me abrace a mí misma para generar calor con mis brazos, mientras miraba hacia todos lados intentando averiguar en donde estaba, los árboles, césped, bancas y la fuente que se encontraba al fondo hizo darme cuenta de que estaba en un parque, un hermoso parque, pero sin duda no sabía que parque era, ¿cómo había llegado aquí? El frío me caló más fuertemente haciéndome estremecer, claramente mi pijama no era la adecuada para estar en este lugar y menos a estas horas, ¿era de madrugada?

De repente el sonido de un sollozo me hizo girarme para notar a una pareja cerca de mí debajo de un hermoso árbol, intente reconocerlos pero sólo eran dos siluetas borrosas que no lograba distinguir ¿quiénes eran ellos?, ¿cómo no los había notado hasta ahora?, ¿qué pasaba aquí? Quise hablar pero entonces una destrozada voz me interrumpió haciéndome quedar muda y ser una simple espectadora.

-¿Entonces... esto... se terminó?- preguntó una chica al borde del llanto. Su dolor era tan real que incluso yo lo podía sentir profundo y latente en lo más profundo de mí ser. Yo conocía esa voz, estaba segura, pero ¿de dónde?

De repente la imagen se aclaró poco a poco dejándome ver el rostro del chico que estaba junto a ella.

-Esto jamás existió- contestó él sin mostrar ningún signo de dolor o arrepentimiento. Su rostro no mostraba nada, él no sentía nada. Aquellos ojos azules se mostraban tan vacíos y fríos.                                                                                                                                                                                                  

-Para mí existió y siempre existirá, dentro de mí siempre estará este amor- dijo de una manera que me hizo darme cuenta de que estaba tragándose todo el orgullo, toda su dignidad, no le importaba, no le importaba nada con tal de que él se quedara.

-No te hagas más daño- dijo con indiferencia- Deja de lastimarte con algo que no fue, es y nunca será.

-Tú eres el que me lastima- susurró. Justo en ese momento el nudo en la garganta que sentí fue tan doloroso que hizo que me costara respirar.

-Jamás quise llegar a esto, fue mi error por dejar que avanzara a algo que jamás podría ser, por hacerte creer cosas que no eran, lamento eso- dijo sin lamentarlo realmente, meneando la cabeza de un lado a otro haciendo que su cabello un poco largo se meneara fascinantemente. Era como una danza, por la forma y la sincronía con el que sus cabellos se movían, me perdí por un momento queriendo grabar en mi memoria ese pequeño pero hermoso detalle.

Él la miro una vez más, de pies a cabeza, como si quisiera guardar en su memoria la forma tan desgarradora en la cual se mostraba. Por un momento volteo hacia donde me encontraba, me sentía una invasora en el lugar, pero por más que intentaba salir de ahí mis pies no respondían, algo me obligaba a quedarme justo en el lugar donde estaba. Pensé que en cualquier minuto me gritaría y reclamaría el hecho de que estuviera presenciando ese momento tan privado, no entendía porque había tardado tanto en notar mi presencia y buscaba la forma de excusarme, pero sólo dio la vuelta y comenzó a caminar de forma lenta y segura. Como si no me hubiera visto en ningún momento, como si yo no estuviera ahí.  Como si nada hubiera pasado en ese lugar. Como si no acabara de dejar a una chica con el corazón destrozado atrás.

Lo seguí con la mirada quedando atónita ante las palabras que salieron de su boca, ¿cómo alguien podía ser tan cruel? De repente un grito hizo girarme asustada hacia la chica a la cual aún no lograba distinguir, sólo era una silueta gris borrosa.




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