Un hombre se perdió en el bosque, estaba anocheciendo en un ventoso día de otoño. las lloviznas, típicas de esta época, no ayudaban. a la vez este es un desconocido para estos paisajes. apurando la marcha, y con puñados de miedo invadiendo, busca orientarse. sin embargo, la suma de los malos pensamientos generaba que las culpas propias, los autos reclamos y los malos juicios, hagan que no pueda pensar con claridad para saber cuál era el camino más seguro. O tal vez, su inconsciente no quería eso y buscaba la aventura que necesitaba.
La llovizna constante y los fuertes vientos así en que el frío se sienta cada vez más, en la misma proporción que se incrementaba la preocupación. En un momento frena con él debate de pensamiento en su cabeza porque se sintió observado. La preocupación cambió, se convirtió en otra cosa. Podía sentir como su corazón latía como queriendo salir de su pecho. Con tal fuerza que no diferenciaba sí estaba escuchando sus propios latidos o era el aumento de circulación de sangre por su cuello. Es entonces cuando escuchó pisadas. Ya no era sigilosa la presencia. En ese momento sólo pudo irse por donde le pareció. Sin darse cuenta de que en realidad era llevado. En la naturaleza hay animales que tienen este comportamiento, las mal llamadas ballenas, las orcas, confunden a las focas y las arrean hacia dónde las quieren para poder comerlas. Así es como este llega a una porción del bosque plano, el temor del momento no lo deja darse cuenta el cese de las llovizna para dar lugar a que llegue la luz de la luna para iluminar ese escenario. Quedó todo preparado para que se haga presente ante el ese, eso que lo seguía. Él con cada vez más miedo no puede entender que ve. ¿Es un perro? Pero es bípedo y tiene casi mi altura. En lo que vagamente razonó sumergido ante tanto temor. Con el escaso análisis que hizo solo lo pudo definir como una bestia. Él es un extraño en el lugar, ya para un lugareño sería una situación tenebrosa o de intensa alerta, por lo que en él no cabía lo que estaba presenciando. Tanto que su cuerpo empezó a actuar de reflejo: Náuseas y desequilibrio, malestar intenso. Siente que algo desde adentro comienza a salir. Se les revuelve todo el cuerpo. Por tercera vez su foco cambia. Vomita como nunca en su vida, el dolor es intenso, se siente morir. Al terminar cansado, sólo alcanza a volver a respirar con algo de normalidad y volver a ver la situación que le toca. Es cuando se da cuenta que su cuerpo salió la misma o similar bestia que tenía enfrente. Eran él y 2 bestias. Estas últimas se enfrentan como cualquier animal celoso por su territorio. Él paralizado sin entender del todo sólo observa e intenta recuperar el aire.
Su postura de miedo se terminó, se gastó todo, le llegó algo. Respira profundo y cambia a una postura de combate. Se suma al campo de batalla para tomar a una de las bestias, saca la que está arriba, la que se está imponiendo. Se para enfrente y, sin dudar, se pone en guardia para lanzar un recto de izquierda, luego un recto de derecha para seguir con un cross de izquierda. Esta primera combinación la bestia lo sintió y él pasó del frío intenso a poseer un gran calor corporal, sus músculos estaban listos para seguir. Por lo que continuó con la misma combinación de golpes 1, 2 y 3… 1, 2 y 3… también combinó con otros golpes: recto – recto -gancho, recto – cross -gancho. De derecha a izquierda y al revés. Hasta que cubrió de ataques a la bestia. Estado imparable hasta que se quedó sin aire y la bestia lo golpeó demostrando su fuerza superior.
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Entonces reapareció la bestia ya recuperada para continuar su lucha, aunque con menos fuerza que al inicio. Hay veces que las alianzas, la colaboración, es necesario para un fin mayor. Eso ocurrió, él y la bestia recuperada sin hablarse, en algún nivel, entendieron que se necesitaban para acabar con la bestia. En combinación se enfrentan a la bestia, llegó el momento en el que ambas bestias estaban en igualdad de condición, tomados entre garras sin poder sacarse ventaja. Ahí es cuando él inclina la balanza, toma de la cabeza a la bestia, la cual sigue batallando con gran fuerza y no se deja abatir. La bestia pelea usando todas sus fuerzas, y el hombre y la bestia sacan fuerza de sus adentro para poder vencer. Luego de unos momentos, que para cada ser fueron interminables, el hombre, llevado a su límite, empieza a sentir como la bestia de a poco empieza a ceder. Siente como el cuello ancho y fibroso deja de pelear, como las vértebras del cuello empiezan a romperse. Respira profundo y hace el último esfuerzo, acompañado de un grito de euforia, para arrancar la cabeza y terminar con el capítulo.
Apenas caminando, con el cuerpo agotado y con el corazón lleno por haber logrado aquello, caminó ido, vio una luz a través del bosque. Al seguirla se dio cuenta que estaba de camino a la salida. Al salir, a su lado pasa la bestia, no se miran, pero se agradecen en su código de comunicación. Ella se introduce en el bosque y él vuelve a la ciudad como un nuevo hombre.