Big Blue Eyes
La fiesta había acabado y Mike se estaba dirigiendo a su casa, lo acompañaban sus amigos: Fredd, Greg y Wendy. Los primeros dos estaban ebrios hasta la médula, pero Wendy estaba sorprendentemente sobria, ella estaba hablando con Mike sobre todo tipo de temas diferentes.
-Entonces, ¿cómo está tu madre?- preguntó Wendy luego de unos segundos de silencio
-Está bien, o al menos eso parece desde que despertó. Pero es extraño, se comporta como cuando Nick no había nacido, es amable, y siempre sonriente- respondió Mike algo pensativo
-Bueno, creo que así debería actuar una madre con sus hijos. No me hago a la idea de cómo ha de haber sido para Nick y para ti todo este tiempo- dijo Wendy con algo de pena en la voz
-Bueno, sinceramente esperaba que algún día eso le pasara. Pero preferiría que hubiera pasado cuando Nick ya fuera mayor- dijo Mike mirando fijamente a Wendy
-En realidad yo me refería a TODO este tiempo, desde que tu madre los cuida sola. No soy tonta Mike, al menos no al nivel de los dos de allá...- dijo Wendy mirando a Greg y Fredd que iban apoyados el uno en el otro para no caerse.
-¡Que buen vino!- gritó Fredd mientras le pasaba la caja de cartón a Greg
-No sé, para mí que sabe raro. ¿Estará feo o algo así?- preguntó Greg mirando a uno de los siete Fredd que tenía a su izquierda
-No digas bobadas, se nota que es del caro- dijo Fredd quitándole el vino de las manos a su amigo
-Cállense un poco, hay personas intentando dormir. Dios Fredd, te hubieras ido con Gary cuando te dijo- replicó Wendy un poco molesta, actuando como la madre del grupo al igual que siempre -¿De verdad crees que haya sido buena idea darles vino? Ya están bastante mal- le dijo Wendy a Mike
-Mira mejor la caja- dijo Mike sonriendo
Wendy miró a la caja y no pudo contener la risa cuando vio que era simplemente un jugo de uva, miró a Mike y sonrió un poco más para sus adentros.
-Mike...- dijo Wendy al aire
-¿Si?- respondió Mike
-Ah, nada- dijo Wendy casi con un grito, no esperaba que fuese a responderle por el leve tono con el que había dicho su nombre
Mike llegó a su casa, dejó su chaqueta en el perchero de al lado de la puerta y caminó a su cuarto. Se lanzó de cabeza a la cama y así como cayó, durmió. No fue una noche cómoda tomando en cuenta que seguía con los jeans puestos, sus zapatillas y la camisa. Por no decir además que el cinturón le incomodaría mucho si dormía boca abajo, exactamente como durmió ni bien alcanzó la cama.
En la mañana no sabía siquiera dónde estaba, el dolor de cabeza era increíble. "¿Cómo demonios puedo tener resaca si no bebí?" se preguntó Mike mientras le comenzaban a pitar los oídos, exactamente como cuando muere una neurona pero varios decibeles más alto. En ese momento cayó en cuenta de que el dolor de cabeza y oídos fue por la música tan alta, quizá para la mayoría no era la gran cosa, pero Mike era especialmente sensible con respecto a eso.
Caminó hasta el baño y se lavó la cara, el pitido ya estaba cesando, así que simplemente se sentó en el sofá y vio algo de televisión.
A horas cercanas del horario de visita en el hospital, cuando Mike se preparaba para visitar a su madre, escuchó el ruido de un auto frenando en la acera correspondiente a su casa, abrió la puerta y vio un taxi del que salían su hermano y su madre. Mike extrañamente se alegró por pocos segundos antes de casi ofenderse:
-¿Por qué no me dijiste que estaban viniendo? Hubiera ido para acompañarlos- dijo con un tono fuerte acercándose a ellos para intentar ayudar
-Cálmate, solo quería darte una sorpresa- dijo Margaret con voz serena
-Intenta no ser tan agresivo, cada vez vas a peor. Ven mamá, entremos- dijo Nick furioso por la forma en la que su hermano le habló
-Solo me estaba preocupando por ustedes, que tú debas acompañarla solo- dijo Mike calmando su tono
-Te informo que no soy un niño Mike, puedo cuidar a mamá igual de bien que tú- respondió Nick abriendo la puerta de la casa que se había cerrado por el mal estado de las bisagras
Entraron y Margaret como si hubiese olvidado todo dijo:
-Pero mira lo sucia que está esta casa, siento que he estado fuera por meses-
-Si, bueno. Las cosas no estaban como para preocuparnos por estas nimiedades- respondió Mike
-Pero escucha ese lenguaje tan complejo, perece que has crecido muchísimo desde que hablé por última vez contigo- replicó Margaret viendo orgullosa a su hijo -Bueno, ¿limpiamos?- agregó
-Nosotros lo haremos, acabas de salir del hospital, deberías descansar- dijo Nick escoltando a su madre hasta el sofá
-De eso nada, pasé más de una semana acostada durmiendo como una vaga. Además me siento de maravilla, los voy a ayudar a limpiar- dijo Margaret tomando una escoba -Pero mira esta cosa, no sirve para nada. Mike, ve hasta el supermercado y compra dos escobas, una botella grande de limpiador de pisos, unos trapos, esponjas, jabón líquido y limpiacristales-
-¿Con qué los pagamos?- preguntó Mike extrañado
-Pues con dinero, tonto- replicó Margaret con una sonrisa burlona y sacó dinero de una caja que alguna vez sirvió para guardar dulces -Ah, gracias a dios que aún sigue ahí- agregó antes de darle parte del dinero a Mike
-¿Siempre tuvimos eso ahí?- preguntó Mike recordando los días en los que no almorzaba porque el dinero solo daba para Nick, cierta ira le brotó en ese momento, pero como su madre no parecía ser la misma que hacía unas semanas, prefirió no decir nada.
Nick y Margaret se quedaron doblando ropa y poniendo otra a lavar, mientras Mike caminaba al supermercado. En el camino se cruzó con Alex y su hermano Alan, la chica lo saludó amablemente como siempre y Alan simplemente lo miró y se escondió detrás de su hermana.
-Mike, que gusto verte. Perdón por no aparecer en la fiesta, pero este mocoso me extrañaba así que tuve que volver, estuve buscándote para despedirme pero no te encontré- dijo Alex mientras veía fijamente a Mike con sus ojos verdes
-Ah, sí, me alegra verte igualmente. Y no te preocupes, si bien se te echó de menos en la fiesta creo que pude superar tu ausencia- contestó Mike bromeando
-¿Y a dónde vas?- preguntó Alex aún caminando a la par de Mike
-Ve más despacio Alex, estoy cansado- dijo Alan sintiendo que sus piernitas no daban más, para luego ser aupado por su hermana
-Al supermercado, parece que a mi madre le dio la vena higiénica y quiere limpiar toda la casa- contestó Mike
-Ah, que coincidencia, yo también estaba de camino al supermercado...- enseguida fue interrumpida por Alan:
-Pero Alex, estábamos...-
-Silencio Alan, los adultos están hablando- dijo Alex, Alan hinchó las mejillas y miró a otro lado malhumorado
-Como iba diciendo, estábamos de camino al supermercado también. Mamá quiere hacer una torta y quiere que vaya a comprar los ingredientes- dijo Alex con una sonrisa
-Bueno esa es una gran coincidencia, entonces, supongo que podríamos ir juntos... Digo, ya que nos encontramos- dijo Mike algo nervioso
-Si, me encantaría, además sería bueno para que siguiéramos donde lo dejamos en la fiesta- correspondió Alex -Por cierto, este es el camino más largo hasta el supermercado, ¿vives cerca de aquí o solo querías verme?- agregó Alex con una sonrisa pícara en el rostro
-Bueno... vivo a algunas calles de aquí, fuera de las residencias- dijo Mike algo apenado
-Ah, ¿y cómo es tu barrio? No soy muy conocedora de los barrios fuera de las residencias- preguntó Alex curiosa
-Bueno, honestamente es una basura. Yo creo que las películas de gánsteres deberían ser en ese lugar, no dejo que mi hermano salga solo por el miedo a que algún vecino loco lo lastime. Así que imagina más o menos cómo es-
-Ah, bueno, no es como que fuese a juzgarte por el lugar donde vives. Así como me ves, vengo de una familia que antes era pobre, solo que mi madre supo cómo llevar el negocio que me abuelo le dejó, básicamente tuvimos suerte- contestó Alex mirando a Mike
-Igual debo admitir que una parte de la razón por la que vine fue con la esperanza de hablar contigo si es que te veía- dijo Mike apartando la mirada
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Editado: 22.04.2024