Big Blue Eyes

Capítulo 31

   Big Blue Eyes

- Señora Jones, ¿está escuchando?- fue lo que oyó Margarett cuando fue sacada de su trance, se encontraba desorientada, mareada y confusa; apenas podía oír lo que le decían, un ruido sordo le inundaba el pensamiento. Miró al doctor frente a ella y asintió como pudo - A pesar de lo que los diagnósticos puedan darle a entender, esta situación puede ser solucionada con los tratamientos adecuados- agregó el doctor
- ¿Cuándo puede empezar la quimioterapia?- preguntó Daniel
- Bueno, primero tendríamos que revisar los medicamentos que necesita para la cirrosis, y adecuarlos al tratamiento para que la radiación no provoque efectos secundarios maximizados por la la mezcla de químicos. Afortunadamente la salud pública del país nos permite saltear los pagos, así que podrá comenzar sus tratamientos pronto. Recomiendo que se quede en el hospital, sus defensas son muy bajas y cualquier resfriado común podría hacer estragos en su organismo-
-No, no puedo quedarme aquí, quiero volver a casa- dijo Margarett casi hundida en pánico
-Entiendo que no quiera quedarse, de verdad que sí, pero sería más práctico dada su situación actual- habló el doctor
-No voy a quedarme aquí Daniel- dijo Margaret con severidad mirando a su ex-esposo
-Tienes que entender la situación Margaret, no vas a poder trabajar así como estás, eres el único sustento de la casa; y seguramente los medicamentos te dejen en mal estado, Mike y Nick tendrán que hacer todo en la casa mientras utilizan el dinero que les envíe. ¿Quieres que los chicos te vean perder pelo, te ayuden a vomitar o te limpien porque ni siquiera tienes fuerzas para levantarte de la cama? Sé que suena espantoso que lo diga así, y entiendo si te molesta porque lo dije de forma brusca, pero tienes que tomar en cuenta todo. Pasaste años haciendo que vivieran por sí mismos con tu alcoholismo y negligencia, no hagas que además de todo tengan que cuidarte mientras limpian la casa y pagan las cuentas-
 

Margarett se quebró en ese momento, su mente estaba en caos, no quería ser como su hermana postrada en una cama de hospital, pero tampoco quería ser una carga en la casa, haciendo que sus hijos tengan que cuidar de ella; la culpa que poco a poco se iba yendo tras todos esos años de negligencia habían vuelto con mucha más fuerza. No sentía nada más que desprecio hacia sí misma, y un cierto dejo de lástima por lo patética de su situación.
-Lo siento Margarett, fui muy cruel con lo que dije, estabas enferma desde antes, el alcohol no te dejaba ver todo lo malo que hacías, no te preocupes, puedo ir de vez en cuando a ayudarlos con- en ese momento Daniel fue interrumpido
-Tienes razón Daniel, tienes tanta razón que te odio, te quité a los niños solo porque noté que te importaban tanto, los maltraté durante años mientras te maldecía antes de desmayarme por el alcohol, y aún así aquí estas ayudándome en mi peor momento... Voy a quedarme en el hospital, por favor cuida bien de nuestros hijos-
 

Mike y Nick estaban fuera del despacho, esperando con impaciencia mientras a duras penas podían oír a su madre llorar; estaban abrazados llorando en silencio, se limitaban a mirar al suelo mientras las lágrimas bajaban lentamente por sus rostros. Algunos minutos después, sus padres salieron, y ellos se levantaron a recibirlos de inmediato, ni siquiera sabían bien de dónde habían conseguido fuerzas.
-¿Qué dijo el médico?- dijeron al unísono
-Tendré que quedarme en el hospital mientras tratan lo que tengo- dijo Margarett
-¿Pero qué tienes?- preguntó Mike
Margarett notó un nudo en su garganta y se limitó a mirar a Daniel, nunca había sido buena para dar malas noticias. Su ex esposo tomó aliento y habló: -Su madre fue diagnosticada con cirrosis biliar compensada y leucemia en estado temprano. Si empieza la quimioterapia pronto, es muy posible que se cure. Pero tengo que decirlo Margarett, lo siento- pausó mirándola -En el mejor de los casos donde su leucemia se cure, vivirá otros 15 años- Daniel hizo su mayor esfuerzo para no ceder la mirada, ver la luz en los ojos de sus hijos extinguirse a medida que hablaba lo estaba matando por dentro, se le nublaba la vista cuando las lágrimas intentaban volver.

Los dos jóvenes por otro lado no fueron capaces de contenerse, se desmoronaros allí donde estaban. Las rodillas les pesaban, su estómago se sentía vacío y un dolor agonizante les estrujaba el pecho. Abrazaron a su madre como si temieran perderla en ese mismo instante.
La enfermera llegó poco después, la familia había estado hablando de lo que harían con Margarett en el hospital. cambiaron la ropa de la internada y la trasladaron a la habitación 72, compartiría habitación con una mujer un poco más joven que ella quien también estaba batallando un cáncer, pero en su caso era de mama; la mujer que debía tener algo menos de 30, parecía de 40 por las medicaciones y quimioterapia, no tenía pelo y había un halo de pesadumbre a su alrededor. Sin embargo resultó ser una mujer tremendamente amigable, y con una hermosa energía que resultaba contagiosa, la luz en sus ojos era tan brillante que resplandecía.
-Un gusto conocerlos, mi nombre es Julisse, estoy en mis últimas etapas de la quimioterapia, así que si necesitas que te ayude con cualquier duda solo tienes que decirme, he pasado años aquí, he conocido todo tipo de personas con todo tipo de enfermedades- se presentó la mujer
-Un gusto igualmente, soy Margarett, él es mi ex-esposo Daniel y ellos son nuestros hijos Mike y Nick. Me acaban de diagnosticar leucemia en estado temprano así que quizás no esté contigo mucho tiempo porque logro curarme- habló Margaret intentando decir lo último con sumo cuidado de que sonara como una broma y no una burla
-Oh, qué bonito, yo también tengo hijos, son mi mundo. Seguramente logres curarte, esta habitación tiene gran fama, todos los que internan aquí se curan, conmigo ha tomado más tiempo que con el resto, pero ya estoy yendo a aquel camino-
-Wao, parece que le di la suficiente lástima al médico como para que me envíen aquí entonces-




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