Billete de ida (narciso)

Capítulo 36: Somos familia.

Capítulo 36: Somos familia.

Caroline estaba estable y estaba bien, eso era un alivio. Pero estaba delicada. Había sido apuñalada y no debía jugar con la salud que aún tenía porque en cualquier momento podía pender de un hilo.

—¡Quiero a nuestro bebé! —El grito que Carol le da a Jhon me hiela la sangre y me hace trizas el corazón—. ¿Dónde está nuestro bebé?

Le habían dado la noticia con toda la delicadeza que se podía tener en un momento como este: ninguna.

No habían sido crueles y la estaban acompañando aún mientras mi padre lloraba en silencio para sujetar las lágrimas de su prometida y Thomas se apretaba el brazo con fuerza a sí mismo.

—Amor —Jhon habla con lentitud y calma, intentando no conectar con el dolor y sujetándola—, estoy aquí, estamos aquí, a tu lado.

—¿Y nuestro bebé? —Llora desconsoladamente y Thomas se aleja un par de pasos de ella y quedándose a mi lado para darle la intimidad que requiere—. ¿Por qué no he podido proteger a nuestra familia?

—Amor, lo has hecho, no dependía de ti.

—Nela podría estar muerta por mi culpa…

—No, tú no tienes la culpa de nada —Besa su frente y mira a otro lado por un momento—. Eres una mujer brillante y si tengo que recordártelo todos los días de mi vida hasta que te canses de escucharme hablar, lo haré.

La entereza que mostraba Jhon y el cómo sujetaba a su prometida me parecía admirable. Era con la misma fortaleza con la que me había sujetado a mí y estoy segura de que era la misma determinación con la que había dejado marchar a su hermano Manuel cuando llegó el momento.

Sin despeinarse, sin mostrarse reacio o herido por quedar en un segundo lugar. Aceptaba su papel secundario y apostaba por sujetarte.

Pero era un actor silencioso y parecía que buscaba el aplauso de un público invisible siendo antagonista que ganándose el cariño de la gente demostrando que su hombro siempre tendría un hueco para que te apoyaras y cogieras fuerzas.

—Ya no vamos a darle un hermanito ni a Thomas ni a Nela…

Caroline hablaba todo el rato de nuestro y no de mío. La ilusión por formar una familia todos juntos se la habían arrebatado sin ningún tipo de consideración y ahora tenía que vivir con ello y luchar contra sí misma para no culparse de lo sucedido.

~*~

15 de enero, 2020.

—Muchas gracias por traerme, Günther —sonrío a mi tío, uno de los gemelos y me desabrocho el cinturón cuando apaga el motor de su Audi—. Y gracias por dejarme dormir en tu casa.

—Sobrina —Su manera de hablar era la más correcta, estándar y formal de todos los hermanos, era algo distante y cauteloso—, somos familia y necesitabas descansar para enfrentarte a tu padre y tu hermano sin haber dormido y con los nervios a flor de piel.

—Tienes razón…

—Hazme un favor y dile a tu padre que estaré esperando en la cafetería; Konrad vendrá luego a por Thomas, a ver si conseguimos que salga de aquí unas horas, se despeje y se dé una ducha…

Me bajo del coche y caminamos juntos hacia la entrada del hospital. Me acompaña hasta la planta y se queda esperando junto a los guardaespaldas en el ascensor.

No hay ni rastro de Kai ni de Florian. Dominik había sido intervenido por una herida de bala menor.

Me entra un escalofrío al pensar que todos conocíamos el rostro de la muerte y decido no pensar mucho en ello.

Había dormido, pero había sido incapaz de descansar bien. Las pesadillas cada vez eran más constantes y el sentir mi cuerpo dormido mientras mi cabeza estaba despierta me agotaba por completo.

La frustración de no poder gritar, el agobio de no poder moverme, mientras las imágenes iban sucediendo en mi cabeza continuamente me estaban destrozando y cohibiendo de poder descansar.

Estaba empezando a temer quedarme dormida cuando estaba sola.

Camino y voy hacia el cuarto de Carol, no estaba sola, había agentes de seguridad por todos lados.

Los gritos de dentro se podían escuchar incluso fuera.

Jhon sale de la habitación, llevándose las manos a la sien y frotando sus ojos en repetidas ocasiones.

—¿No necesita tranquilidad?

Asiente.

Caroline seguía viva gracias al aborto que había sufrido y que la había protegido. No entendía muy bien cómo, pero había sucedido.

—Mis suegros son insufribles —Sale cabizbajo y con los hombros caídos, juraría que se siente derrotado—. Ellos no han perdido nada porque nunca se han interesado y nosotros lo hemos perdido todo.

—Tómate un respiro —aconsejo—, coge fuerzas y luego vuelve.

—Hazme un favor y no dejes a Thomas solo, Carol sabe cómo lidiar con Helga y Ulrich, pero le entra migraña cuando atacan a nuestro hijo —Me ofrece la sonrisa más triste que he visto nunca—. Vuelvo enseguida, te lo prometo. Sólo necesito un café, no estoy bien y no soporto a sus padres, ¿por qué no podían ser como Dolores y José?




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