Todas las reacciones me las había dicho mi ángel guardián y en cada una de estas me lamentaba de no haber luchado más por mi vida, solo si hubiera luchado más mis seres queridos nunca hubieran sufrido tanto por mi.
Danea fue la primera en verme ya que como íbamos a salir ella fue a buscarme, ella fue la que llamó a la ambulancia, ella fue la que se quedó esperándome en el frío piso del hospital, me cuido, me agarro la mano pálida en el hospital mientras que rogaba que me mejorara y se mantuvo a mi lado hasta mi último suspiro.
Cuando le dijeron que me había ido su grito estremeció todo el hospital, cayó de rodillas llorando y rogando que fuera una broma, pero no lo era. Mariposa lloró cinco horas seguidas en el hospital mientras que se negaba a hablar con alguien, sus padres vinieron a verla, unas horas después, pero aun así no se dejó tocar por absolutamente nadie.
West y Magne llegaron a los diez minutos corriendo como unos lunáticos hacia la puerta de mi cuarto.
Me vieron pálido, con un brazo y una pierna vendada, un moretón en la cara de color morado, columna vertebral hecha trizas, traumatismo en el craneo, piernas pálidas con las venas resaltadas, vieron las marcas de algunos cortes en mi brazo izquierdo, eso lo sabían, que me cortara las venas era algo que sabían, estaba cansando de vivir, tal vez por eso no había luchado mas por vivir mis ultimos momentos en el hospital.
Ellos sabían que yo estaba mal pero aun así se quedaron conmigo, apoyándome y sacándome sonrisas todos los días, haciéndome olvidar los malos momentos.
Se sentaron al lado de Danea y esperaron buenas noticias.
Pero las buenas noticias nunca llegaron.
Cuando vieron al médico correr a mi habitación supieron que algo andaba mal. Un enfermero cabizbajo se acercó a ellos después de unos minutos.
--¿Qué le pasa a Brais?—preguntó West con impaciencia.
--Murió por un derrame cerebral, lo siento mucho.
A West y Magne le zumbaron los oídos con la palabra “muerto”, no se movieron ni hablaron parecía que se iban a desmayar en cualquier momento. Danea a su lado gritó, negando con la cabeza apenas logrando caminar hasta llegar a la silla más cercana.
--¡¿Cómo?!—Exclamó West en shock—Es mentira ¿no? ¡¿Es una broma?!— le gritó al enfermero y al médico cuando lo vio-- ¡Es una broma! ¡Brais no está muerto! ¡Él es muy fuerte para que muriera!—su respiración se agitó y miro Magne que estaba apoyado en la pared con las manos en la cara y su cuerpo temblando.
--Brais no está muerto, Brais no está muerto—negó varias veces con la cabeza aun en estado de negación—Brais no está muerto ¿verdad, Mag?—lo miró de nuevo pero ahora lo encontró en el bote de la basura vomitando, tantas emociones a la vez le había revuelto el estómago.
Cuando Magne volvió, West se sentó a su lado aun en shock.
--Mag—lo llamo-- ¿Cómo pudo haber muerto? ¿Acaso no luchó? Brais es fuerte ¿Por qué murió?—abrazo a Magne buscando consuelo mientras que los dos lloraban.
Por primera vez Magne se había quedado sin respuestas.
Por primera vez había visto a West llorar.
Yo era el culpable de la incertidumbre y la tristeza de mis mejores amigos.
Todos lloraban mientras que de fondo también se escuchó el grito de Adair cuando le dijeron la noticia, minutos después de él de Daena.
Dos días después.
El día de mi funeral, el equipo de fútbol vino incluyendo al entrenador.
El equipo trajo flores, peluches de la mascota del equipo, un balón y algunas velas. El veterinario de París también llegó y se despidió de mí y me dijo que hace unos días había hablado con uno de sus amigos para que me diera una beca para universidad de España, me habían aceptado, me comentó que gracias a mis buenas noticas y sus recomendaciones podría haber comenzado el próximo año cuando me graduara. Lloré cuando me lo dijo.
Cuando la mayoría de la gente se fueron; mis compañeros del fútbol y familiares lejanos que nunca había visto. West se sentó al lado de mi tumba tenía un aspecto desalineado, los ojos rojos, ojeras y labios secos.
--Sé que nunca fui bueno expresando que te quería como mi mejor amigo, pero te lo vengo a decir ahora, no sé si me estas escuchando pero desde que te salve de esos chicos en tercer grado te convertiste en alguien importante para mí, eres mi hermano y siempre los serás—West y yo empezamos a llorar gracias a los recuerdos—,sé que no querías verme a si, en este estado, pero tendrás que aguantarte la cara de muerto viviente por un tiempo—reí, era un estúpido—. Gracias por todo Brais espero que ahora estés en paz, tranquilo yo cuidare a Danea y a Magne por ti, puedes estar tranquilo en esa parte.