Roma solicitó una junta informal con el ángel de Danea.
El llegó a los cinco minutos, estaba sudando y estaba más pálido de lo que ellos ya eran.
--Ni siquiera lo conozco. —fue lo primero que dijo alzando las manos con inocencia.
--¡Pudiste hacer algo!—dije señalando a Danea aun en el piso con ese tipo— ¿Qué clase de ángel eres? ¡Puedes escuchar sus pensamientos!
Estaba enojado, y mucho.
--Le mande muchas señales pero ella nunca las aprovechó—se defendió alisando su bata blanca—Y cuando subió el panel se bloqueó.
Roma abrió la boca para decir algo pero se calló cuando alguien tocó la puerta, esa era cuando queríamos salir de la habitación, soltó un gruñido y la abrió.
--Tú. —dijo con un tono de voz cargada de molestia.
--Tú. —dijo una voz masculina con el mismo tono.
--¿Quién eres?—pregunte cruzándome de brazos poniendo al lado de Roma, el chico entró al cuarto como Pedro en su casa.
Era de la misma altura que Roma, y eso que ella es alta, tenía el cabello lacio y peinado hacia atrás de color blanco, como todos, una tez pálida no grisácea y curiosamente tenia facciones parecidas a las de Roma, este ángel vestía de pantalón y camisa de botones los dos de color; blanco.
Este ángel vestía de traje al igual que Roma la cual casi siempre lo usaba y cuando tenían juntas formales con el Supremo tenía que usar su túnica y usaba sus pantalones abajo porque no le gustaban los vestidos.
Como si fuera invisible, ellos dos se vieron con miradas retadoras.
--Roma. —dijo el chico con la mandíbula tensa.
--London. —mi ángel se volteo a verme y lo señalo—Mi hermano gemelo: London.
Mordí mi labio para reprimir una risita, ante los nombres, pero después fruncí los labios-- ¿Eso es posible?
No tenía información sobre que los ángeles pudieran nacer gemelos.
--Larga historia—restó importancia London—Ahora vengo por algo importante. Soy el ángel de Brandon y quiero hablar contigo.
Me señaló y tuve el impulso de esconderme atrás de Roma, era muy intimidante, su tono de voz y postura. Hasta el ángel de Danea estaba cagado, ups perdón por la palabrota.
--Depende que le vayas a decir,—salto a decir Roma poniéndose delante de mí, gracias—no dejaré que lo lastimes.
--Recuerda que ya no es tu humano.
--Sigue siendo mío, no dejaré que tú lo manipules.
¿Por qué me sentía como un objeto? Me estaba empezando a ofender.
Espera, dijo ¿manipular?
--¿Yo?—Roma alzo la ceja— Bien pero…
--¿Brandon es bueno?-- ¿yo había dicho eso? Al parecer sí porque London me miró.
Había visto a Brandon un par de veces en el colegio pero siempre que lo veía él estaba mirando a Danea. Nunca entable conversación con él, me daba mucha inseguridad y celos, y después de hablarlo con Danea se fueron las dudas que tenía.
Por eso la base de una relación es la comunicación y el amor.
--¿Mi Brady? Él es un sol ¿Por qué?
--Ya que eres su ángel—me froté el brazo con tristeza— ¿Puedes cuidar a Danea?
--Oye—dijo indignado el ángel de Danea—Ese es mi trabajo.
--Lo sé, pero lo digo porque Brandon ahora estará con Danea y no quiero que le haga daño ¿puedes hacer eso?—mi voz era débil y apenas se escuchaba, Roma me lanzó una mirada melancólica.
--Depende…-- se cruzó de brazos con expresión altanera.
--Me debes un favor—soltó de repente Roma.
Él la miró enojado. —Hija de…
--Venimos del mismo padre. —sonrió triunfal.
London dijo algo que no comprendí pero se fue llevando a él ángel de Danea, el cual nunca supe su nombre.
--¿Qué favor? ¿Por qué estabas tan tensa? ¿Por qué dijiste que no le ibas a dejar que manipulara? ¿Te ha manipulado alguna vez?