Diciembre 23 de 2015.
Mi cumpleaños había pasado, las citas habían pasado pero los dos seguíamos hablando casi todos los días, yo desempleada y en vacaciones de fin de año en la universidad y el trabajando de freelance, el odiando hablar por celular y yo encantada de hacerlo pero si en algo nos encontrábamos siempre era en las buenas conversaciones, tonterías y coqueteos.
Lo divertido era que ninguno de los dos sabíamos cómo actuar realmente, yo no tenía novio desde los 16 y él desde los 26 y ambos veníamos de una relación donde las respectivas parejas eran unos bufones que se creían los dueños del mundo. Recuerdo que hablábamos de lo bien que lo pasábamos juntos y de lo mucho que teníamos en común hasta que él hizo un comentario al que yo solo respondí: "¿y después de todo nosotros que somos?" Seguí "porque los amigos no se besan, los conocidos no salen a citas y no somos novios" todo esto por whatsapp, la barba no tardó en responder pero su respuesta no era la que esperaba y para serles sincera no sabía lo que esperaba.
Él dijo: "Bueno, ahora que lo mencionas yo no quería preguntarte por este medio tan impersonal, pero ¿quieres ser mi novia?" Yo recuerdo haber leído unas mil veces su mensaje antes de responder, en mi mente solo habían pasado unos segundos así que con una sonrisa en el rostro respondí "sí quiero ser tu novia" la barba de inmediato me mandó una imagen de Robert Downey Junior diciendo:
"Esos fueron los ocho minutos más largos de mi vida"
Al leer aquello no tuve más opción que reírme como nunca me había reído, que me respondiera de manera sincera, divertida y con un meme selló la relación y desde entonces súper que sería realmente divertido.