XVII

AARON.

—Llegamos—Alinet se baja asombrada de la camioneta mirando hacia todos lados.

—¿Esta es tu casa?—asiento.

—Era de mis padres, a mi madre le encantaba la playa. A mi no me gusta, solo me gusta la casa.

—Okey—La luz del sol está a nada de desaparecer a su totalidad.

—¿Quieres ir a dar un paseo?—asiente—vamos—tomo su mano y corremos ala playa.

—¡Cuidado! Nos vamos caer—Dice entre risas, entonces paro y comenzamos a caminar lento por la orilla de la playa—Te menti. Mi padre es Franco Allen—Me mira nerviosa.

—Ya lo sé. Yo también te meti —mueve la arena con sus pies—Ese no era el final de la historia—Nuestras manos siguen juntas—Mi tío reclamo mi custodia, pero no por que me quisiera, fue por que tenerme también era tener todo lo que mís padres dejaron, dinero, casas, autos y la empresa que mi padre hizo con tanto esfuerzo—Ella me escucha atenta—Según el testamento puedo reclamar la empresa a los veintiuno —ella me mira.

—Hey, ya tiene veinte ¿Cuanto te falta para los veintiuno?.

—Dos meses. Mi tío está haciendo de todo para que no pueda quitársela.

—Hey, lo vas a lograr, yo voy a estar ahí—me mira directo a los ojos.

Miro sus labios, son carnosos y rosas. Miro sus ojos y ella está mirando mis labios. Me acerco poco a poco no quiero hacer algo que ella no quiera, hasta que junto nuestros labios. Ella al principio solo parece estar en shock, pero después reacciona y me sigue el beso. Entonces siento que todo se detiene, que solo somos ella y yo. Muerdo su labio inferior y puedo sentir su sonrisa. Se separa un poco viéndome a los ojos su nariz roza con la mía y su sonrisa no se borra.

—Nunca había besado a nadie—le doy un beso rápido.

—Yo tampoco—me golpea el brazo y me río.

—Eres un mentiroso—se ríe y me vuelve a golpear.

—Oye, no me golpees solo quería hacerlo más romántico—se acerca y me besa y después me empuja y caigo al agua.

—Adiós—y corriendo a la casa. Yo no puedo hacer más que sonreír.