XXIII

AARON.

Algo esta mal.

Alguna vez han sentido eso en el pecho, sabes que algo no está bien.
Dejé a Alinet en la puerta de su casa literalmente, pero se que algo no está bien, mierda lo he sabido todo el maldito día, y he intentado ignorarlo. La llamo por quinta vez y me envía a buzón, nuevamente.

Me levanto lo más rápido que puedo de la cama, me pongo mis botas y salgo de la habitación. Al terminar de bajar las escaleras me encuentro con mi tío.

—¿Dónde vas a esta hora?—lo ignore, salí de la casa y me subí a la camioneta.

Tenía cosas mucho más importantes por las cuales preocuparme, que por el falso interes.

Arranque y salí hecho una furia de el estacionamiento, algunos carros se me cruzaron en el camino, pero no me importo, sabía que algo estaba mal.

Al llegar ala casa, todo se veía oscuro, no había ni siquiera una luz encendida. Me baje y camine hacia dónde está el comunicador. Toque el timbre, pasaron unos minutos hasta que una voz ronca se escucho.

—¿Qué quieres?—supuse en ese momento que se trataba de él padre de Alinet, lo cual se me hizo extraño, debería de estar los guardias.

—Buenas noches, necesito hablar con Alinet—pulse el botón y hable.

—¿Y tu eres?—Su tono de voz cambio drásticamente.

—Necesito hablar con ella—Inrente evadir la pregunta—¿Podría llamarla?—intente ser amable no quería complicar las cosas, aunque probablemente ya lo abría hecho al venir.

—No, esta dormida—después corto y no contesto más.

—Hijo de puta—un extraño ruido me hizo voltear en dirección a los arbustos.

Era una señora, por lo que pude persibir, me hacu señas para que me acercara.

—Ven, hay cámaras, aquí es un punto ciego—asenti, aun seguía estando en alerta—¿Conoces a la señorita Alinet?—afirme enseguida—Ay, gracias señor—agradeció al cielo—pensé que nadie vendría ayudarla.

—¿A qué se refiere?.

—Está en peligro.