Año 2029
Sabes a dónde van las almas cuando abandonan su cuerpo. Alguna vez has escuchado hablar de los seres que te acompañarán al morir o de... Black.
Él parece humano, pero no lo es. Aparenta ser bueno, pero no lo es. Se hace llamar Black, es un ser superior, él es...
La muerte.
La muerte llamándome hacia ella.
Escuché al caballero de traje pronunciar mi nombre, aunque él se encontraba a mi costado su voz la escuché muy lejana a mí. Gire para verlo, no parecía ser un ser humano, pero tenía la silueta de uno.
Una especie de túnica lo cubría, mantenía una postura firme, pero cuando intente ver su cara me horrorice, no tenía, no tenía facciones, no tenía piel, no tenía rostro.
Estaba confundida, no sabía qué estaba pasando.
Miré hacía en frente, ahí comprendí todo, mi cuerpo yacía boca abajo atravesando el parabrisas, mi cara y mi pecho esta contra capó del coche, hay unas cuantas personas a su alrededor y la escandalosa sirena de la ambulancia llamaba la atención de los vehículos que transitaban por el lugar.
Los restos del cristal del parabrisas estaban esparcidos por todas partes, había un charco de sangre en el capo del coche que gotereaba al piso, mientras los paramédicos recogían mi cuerpo sin vida.
—Giselle, usted acaba de fallecer —dijo la silueta a mi costado mientras sus palabras hacían eco en mi cabeza—. Jane Giselle Wester de Baldor, nacimiento 2 de noviembre de 1994, fallecimiento 14 de enero de 2029. Debe acompañarme, alguien la está esperando.
Sonreí con la ilusión de quien me estuviera esperando fuera él.
Aquel hombre sin rostro se dio la vierta y caminó alejándose.
Yo me quedé unos segundos ahí, exhale lo que me quedaba de aire y mis labios se formaron una sonrisa nostálgica y a la vez, de alegría, lo que he hice a lo largo de mi corta vida me reconforta, pero me lastima el tener que dejarla sola a ella en este mundo, pero sé que será fuerte, siempre lo ha sido.
Apreté los labios, sentí el ardor en mis ojos y en mi nariz, las lágrimas se avecinaban y cerré los ojos con fuerza impidiéndolo. Me di la vuelta para seguir los pasos del hombre de túnica.
Nunca será un buen día para morir.
Hubo momentos de mi vida en el que lo deseé, anhelé tanto la muerte, pero con el pasar del tiempo, empecé a conocer y crear personas y momentos que quería que fueran permanentes, me volví cobarde y la muerte empezó a aterrarme porque significar una sola cosa.
Morir significaba perderlo todo.
BLACK
Urd, Verdandi, Skuld.