Debido a que el libro no tiene la marca de contenido +18, aviso que este capitulo contiene escenas para mayores.
Giselle
"Cuán terrible es lo que los científicos guardan en su portafolio".
En la mañana llegamos a los laboratorios, el personal nos indicó donde estaban los cuerpos, dos hombres nos guiaron a una habitación, estaba tan oculta que todo el trayecto hacia dicha habitación estaba a oscuras y hacía mucho frío, a medida que íbamos avanzando por el pasillo desolado los focos se iba encendiendo hasta llegar a una puerta de acero inoxidable color gris metal.
Nos colocamos los overoles quirúrgico blancos, guantes de látex, tapa bocas y todos los implementos quirúrgicos de protección. Al entrar en la habitación en la que se encontraban los cuerpos sin vida, un sudor frío pasó por todo mi cuerpo y por un instante sentí los nervios instalarse en la parte baja del abdomen.
Cada cuerpo estaba sobre una camilla horizontal, con ruedas, fabricada de acero inoxidable. Di un paso hacia delante para finalmente estar dentro, respire un poco asustada por lo que veía, jamás en lo que llevo trabajando había visto algo así. Cuando la puerta se cerró Alex y yo saltamos por el impulso de nuestros cuerpos, dando giro para fijarnos en la puerta, mientras que los dos hermanos Kynes se mantuvieron muy tranquilos. La puerta había sido cerrada por la persona que nos trajo hasta acá.
Camine hasta el primer cuerpo más cercano.
No sé si había sido una persona en algún momento, pero en este momento lo yacía sobre la camilla, parecía un monstruo.
La piel se había puesto gruesa y arrugada, no tiene cabello, sus dientes son grandes al igual que sus ojos y su rostro reflejan una forma monstruosa.
A pasos lentos el Dr. Kynes se acercó al mismo cuerpo que yo estaba viendo, lo miraba con la misma expresión que mantiene, serio como una roca, no reflejaba ni un poco de horror por lo que veía.
—A simple vista ¿Qué diagnóstico le daría usted Dra. Wester? —preguntó apartando la vista del cuerpo hasta mis ojos.
Un leve dolor se posó en mi pecho y tragué saliva.
—No lo sé —respondí sin dejar de verlo.
—No me mire a mí, mire el cuerpo y deme una respuesta.
Baje la cabeza y mire el cuerpo. Se podría dar muchas respuestas en cuanto a la piel gruesa, los ojos y dientes grandes, pero pueden ser o no asertivas.
—Fueron expuestos a distintas dosis de radiación. Estaban experimentando con estos cuerpos —respondió él mismo al ver que yo no decía nada.
Frunzo las cejas. Y vuelvo a dedicarle una mirada al cuerpo. Todo apuntaba a que sí, claro, la piel, los ojos, los dientes, la forma monstruosa, radiación.
—Mira — tomó un lateral del cuerpo y lo volteó el cuerpo para que vea la espalda había una pequeña sobra de lo que parecía ser una marca de tinta (P.A-9)— Ven.
Camino hasta el siguiente cuerpo e hizo lo mismo lo levantó mostrando la misma marca y así fueron dos más hasta que los siguientes cuerpos que eran más pequeños que los primeros decían (P.RTB-3).
—¿Eso qué significa? —preguntó Alex.
—Deduzco que proyecto A y proyecto RTB-3.
—¿Qué tan posible es que estos cuerpos estuviesen en el Groom Lake o el responsables sea alguien con el nivel del conocimiento de esos científicos? —pregunté.
—No se descarta la posibilidad —se limita a responder.
Son doce cuerpos y nosotros somos cuatro, a cada uno nos tocó de a cuatro cuerpos. Pronto nos colocamos a trabajar en ellos, analizando y extrayendo muestra, una vez recogida la muestra las estuve guardando unas en una bolsa de plástico, otras en un bote de plástico para almacenarlas en una especie de cubeta cuadrada, todo para mantenerla en su estado original.
Es tanto que no vamos ni siquiera por la mitad, hay tanto que es tan importante. Hago algunas deducciones cada que veo los cuerpos con más detenimiento, pero de por sí necesitaría estar en el laboratorio de Halton Hills. En algún momento mis ojos se topan con cierto café que me pone nerviosa al darme cuenta de que ya me estaban observando.
Horas después salimos al almuerzo, lo que es Vanya y Alex salen del cuarto, mientras yo me quedo, la verdad no me apetece nada y no quiero interrumpir la concentración que tengo en este momento. Hay alguien más que no ha salido a almorzar y veo que se pasea por todos los cuerpos apuntando algo en una especie de libreta.
—Es su hora de descanso Dra. Wester. Salga a comer. —me habla la voz grave que me pone los pelos de punta y a tragar grueso.
—No tengo apetito —respondo con la cabeza agachada centrada en el cuerpo que reposa en la camilla.
Cuando vi sus pies entrar a mi campo de visión y detenerse, supe que se había plantado frente a mí.
—Así no tenga apetito necesito que vaya y aliméntese, mínimo se hidrate, no quiero tener que sacar a nadie en el hombro porque fue irresponsable, no comió nada y se desmayó.
—¿Y usted? ¿No va a salir a comer nada? Tampoco quiero verme en la misma posición, tener que sacar a alguien a rastras porque fue irresponsable, no comió nada y se desmayó.
Soltó una corta risa que de inmediato borró. Oh Dios, hice reír a la roca por dos segundos, merezco un premio por humorista.
Se pellizcó la nariz e hizo un leve movimiento con la cabeza como indicación de que saliera.
—Anda —me dice.
Sin oponerme más, salgo de la habitación retirándometodo, soltándome el cabello y me dirijo a la cafetería, como no conozco el lugar, le pregunto a alguien dónde queda la cafetería y una mujer me guía hasta allá. Miro todas las mesas y solo hay caras que no conozco, hasta que veo a Richard sentado completamente solo en una mesa alejado de todos, agarro de la máquina un jugo y voy directo a su mesa y me siento frente a él.