EL HECHIZO, EL SEXO
Y LAS BRUJAS.
En la ciudad de Witches existió una mujer de cabello cobrizo y ojos azules, Hyuna, hija de la bruja Hera, cuyo canto lograba llenar los bares del local. Poseía una belleza que no parecía de este planeta. Y cuando danzaba con las demás brujas Kabhi Khudhi Kabhie Gham ella sobresalía, el lugar se llenaba con una melodiosa voz, el movimiento de sus caderas embelesaba a los pobres mortales y su mirada cautivaba los débiles corazones de los espectadores.
Su baile era como un hechizo, su mirada era un hechizo, su cuerpo era un hechizo.
Una noche en el bar en medio del espectáculo La danza de las brujas entro un hombro en compañía, aquel hombre era muy diferente a todos, su apariencia era particular y su mirada fue totalmente diferente a la de los demás. El resto miraban la danza de las brujas con deseo, desespero y excitación, las deseaban de forma sexual y fantaseaba con ellas en su cabeza. Pero aquel individuo en particular miró únicamente a la hija de Hera con admiración y anhelo.
Cuando su mano se deslizo por su abdomen, pasando por su ombligo hasta su entrepierna se sintió tan excitada que en medio del canto soltó un gemido que coloco al público al borde, los hombres se abstuvieron de sacar su virilidad ahí mismo y masturbarse con la sensual imagen de la mujer. Pero él parecía ser inmune a su encanto, a su baile y a su hechizo, y eso le frustro a Hyuna.
Así fue durante siete noches, él asistía a todas sus danzas, desde la primera hasta la última de la noche sin perderse ni una y sin apartar la mirada de ella ni ella de él. Hyuna empezó a fantasear con él con la esperanza de que algún día esa fantasía se hiciera realidad, así misma se propuso hacerlo.
Una noche como normalmente lo hacía, comenzó a danzar. Ella se bajó del escenario y sin parar de bailar y cantar camino con sensualidad hasta barra donde se encontraba aquel hombre, los ojos rápidamente se posaron en ella. Hyuna se acercó a muchacho.
En un movimiento veloz Hyuna terminó con la espalda en la barra y ella misma se encargó de abrir las piernas para enseñarle al hombre que no llevaba absolutamente nada bajo la falda de lentejuelas. Él no pareció para nada asombrado y llevo el pulgar hasta la vagina de la mujer para abrir los labios y hacer movimientos circulares, Hyuna doblo las rodillas y arqueo la espalda, posterior soltó un gemido que resonó en todo el bar. Ella se había olvidado del lugar en el que estaba y del público que la observaba.
Se levantó, llegó hasta el oído del caballero y con palabras exactas, le dijo: "Quiero que me folles, pero que lo hagas tan fuerte que todos sientan envidia de ti y de mí por esta follada fascinante". Dicho y hecho aquel hombre volvió a recostar a la mujer en la barra y se metió entre sus piernas para devorarse su feminidad.
Posteriormente sacó su pene y lo introdujo en la vagina de la mujer muy lentamente, lo sacó dejándole un vació y lo volvió a introducir esta vez con mucha más fuerza haciendo las pieles chocaran y ocasionaran un ruido seco, así comenzó a follarse a la bailarina de una forma carnal y bestial, mientras los espectadores observaban la escena con la boca abierto, esto hacía que a ella le generara más excitación y disfrutara más del acto sexual.
Entre gemidos le ordenó al hombre terminar dentro, para luego sacarlo, la mujer exhausta y casi sin poder respirar dejó que todos observaran por escasos segundo su zona enrojecida y llena del líquido, mientras se sobaba su parte con los dedos.
Los siguientes días el caballero dejó de ir al bar dejando totalmente devastada a Hyuna con su ausencia, pero él había recibido un castigo y su sanción por el deliberado acto y haber roto el celibato, el arzobispo Jonas White había sido suspendido de su cargo posterior al haber confesado el acto sexual, las frecuentes visitas al bar y el enamoramiento del cual padecía por la mujer.
Una bruja lo había hechizado en cuerpo y alma, lo había hecho pecar y sabía que por eso moriría, pero no le importaba, había valido la pena, ella siempre valdría la pena.
RELATOS DE BLACK