Capítulo 6.-

Olivia

Llegamos a la fiesta de Amber después de que Ken llegara media hora tarde por nosotras, había chicos por todo lados, tanto de escuelas diferentes como de la nuestra y algunos que ni siquiera había visto en la ciudad, todos bailaban, se divertían y se tomaban alcohol.

Ken y Ruth me abandonaron y se fueron a bailar así que me senté en una de las bancas que había en el jardín mientras veía como todos se divertían, por esta razón supliqué a los cielos para que mi madre no me dejara venir.

—Hola... ¿Liv Quieres bailar?— Axel llegó y me extendió su mano.

—No... Gracias, estoy bien así, espero a Ruth—No quería bailar con él, Axel era un chico demasiado manipulador, aparte mi ex novio, no quería que confundiera las cosas y un simple baile se prestara para otras cosas.

— Entonces ¿Puedo hablar contigo?—preguntó sentándose a mi lado.

—Yo no tengo nada que hablar — la relación con él además de larga fue demasiado tóxica y no quisiera volver a ese mismo infierno de 3 años, así que me pare del banco para irme de ahí, pero no fui tan lejos cuando me jalo el brazo haciéndome regresar a donde estaba— ¡Axel Que te pasa imbécil!— trate de zafarme de su agarre, pero no funciono, — ¡Me estás lastimando! — de un jalón me puso de pie junto a él y comenzó a llevarme a la fuerza hacia la casa de Amber — ¡Basta!—logré zafar mi brazo de su agarre.

—Livi, amor te tengo que decir tantas cosas...— comenzó a balbucear estaba borracho, no sé cómo no me di cuenta en cuanto se me acercó, pero creo que su fuerza no había recibido los estragos del alcohol, volvió a tomarme del brazo.

— ¡Axel que me sueltes ya me tienes harta, no somos nada y no quiero estar cerca de ti, supera todo esto maldición!— logre soltarme nuevamente y comencé a caminar, pero al igual que antes no logre ir a ningún lado ¡estúpidos tacones!

—¡Tú no iras a ningún lado! Hasta que regreses conmigo— Me agarró una vez más y trató de besarme, pero mi puño aterrizó en su rostro.

— ¡Eres un maldito idiota!— grité, mis nudillos me dolían y Axel estaba tirado en el suelo con las manos en su nariz.— ¡imbécil!— Le di una patada y comencé a caminar.

—Y tú eres una... ¡Maldita perra!— gritaba mientras seguía en el suelo podía ver que su nariz sangraba y que le brotaron unas cuantas lágrimas de sus ojos.

—Por lo menos no soy un llorón— le grité, me dirigí de nuevo a la fiesta, me quería que ir de ahí, demasiado drama por el día de hoy.

— ¡Yo todavía Te amo Livi!—Grito antes de que estuviera demasiado lejos como para no escucharlo.

— ¡Pero yo no! Maldito — grité a lo lejos, era un imbécil, que creía que volvería rendida a sus pies después de haberme engañado, maltratado y humillado, pues está muy equivocado — ¡Maldito idiota!

Liam:
Caminaba por los pasillos de la casa de Amber, cuando comencé a escuchar una discusión por una de las ventanas de la casa, me asome, pero no alcance a ver nada, así que salí al patio trasero, en cuanto abrí la puerta pude reconocer la voz de ella, era Olivia la que discutía con un hombre camine hacia ellos, pero mucho antes de llegar vi tremenda escena, Olivia acababa de romperle la nariz a un chico con el doble de su tamaño, me quede parado junto a un árbol para ver que no necesitara ayuda, pero al parecer ella ya había controlado el problema —Que chica — susurre para mi mismo

— ¡Yo todavía Te amo Livi!— grito el chico cuando Olivia se alejaba

— ¡Pero yo no te amo!— Siguió su camino—¡maldito idiota!—Observe cada movimiento de ella, al verla parecía una dulce niña que no mataba ni una mosca, pero con ese carácter que se cargaba era irreconocible y más con el atuendo que llevaba no era la misma Olivia que vi hoy en clases.

—¡Aún te amo Olivia!—repetí lo que dijo el chico cuando pasó junto al árbol en el que me encontraba escondido haciéndola sobresaltar.

— ¡Dios! Me dará un infarto— puso sus manos en su pecho— por poco te rompo la nariz a ti también— comenzó a caminar nuevamente.

—Tranquila — reí un poco y camine junto a ella — yo quiero mi nariz en su lugar, no quiero que me arruines este perfecto perfil Griego tallado por los mismísimos dioses — se burló de mí — ¿Estás bien?

— Si, lo tengo todo controlado...— se quedó en silencio dedicándome una pequeña sonrisa, baje mi mirada y apretaba con fuerza la mano con la que acababa de golpear al imbécil ese— bueno tengo que buscar a Ruth porque ya es tarde y...

—Espera — Tome su mano, prendí la linterna de mi teléfono para ver mejor sus nudillos— Esto no se ve bien.

—No es nada...¡Auch! — Se quejó cuando comencé a limpiarla con la manga de mi camisa, tenía una pequeña herida de la cual salía un poco de sangre, el aroma que emanaba era algo que jamás había olido, deseaba tanto solo probar un poco pero me contuve — listo, esto servirá — sacó de su bolso una bendita que puso sobre la pequeña herida sacándome del trance en el que estaba entrando, desde hace décadas no probaba la sangre humana, había logrado controlar mi instinto o eso creía.

—¡Que alivio! — dije y me miró raro — que trajeras una bendita en tu bolsa.— hable nervioso.
— Sí que alivio, Bueno... me tengo que ir, tal vez Amber te busca y...

— Yo te llevo si quieres— la interrumpí antes de que terminara de hablar, no sé por qué razón me estaba sintiendo algo extraño junto a ella, una rara atracción, no sé si mi instinto la quería de cena esta noche y tal vez el saber que tenía algo de su sangre entre mis dedos y estaba aguantando con todas mis fuerzas el no clavar mis colmillos en su cuello en este momento era lo que sentía, esas ansias que tenía años sin sentir...aún que no es mala noche para volver a probar la sangre humana.

— Pero... Ruth y Ken, tengo que avisarles.

— Claro... Si quieres vamos a buscarlos y les dices que te irás conmigo — comenzamos a caminar hasta donde estaba la multitud— Oye ¿Quién te enseño a dar esos derechazos?— hice unos movimientos con los brazos