Blackwood

Maldito

Emma bajaba por las viejas escaleras del sótano, detrás de ella la seguía su amiga Sarah. Iluminaban con la luz de sus teléfonos.

Cuando llegaron al final de las escaleras, revisaron el sótano. No era muy grande, pero parecía muy viejo. Las paredes se veían sucias y en una esquina había una pequeña mesa de madera cubierta de polvo.

-¿Qué es eso? - preguntó Sarah.

Emma recorrió la mirada hasta donde estaba apuntando su amiga. Frente a ellas estaba una pared vieja, pero lo que Sarah estaba mirando era un extraño símbolo grabado en la pared. Las chicas se acercaron para ver mejor. Una vez que estuvieron frente al grabado, Sarah lo iluminó, y encontraron un símbolo negro pintado incompleto en la pared. Al parecer, la pintura se había caído y el símbolo estaba a la mitad.

-¿Qué crees que sea? - preguntó Emma.

Sarah se quedó mirando el símbolo por unos segundos, absorta en sus pensamientos, hasta que habló:

-No lo sé, pero se me hace familiar. Tal vez si estuviera completo...

Emma también le encontró algo conocido; parecía la letra de algún idioma extraño. Trató de recordar de qué se trataba, pero no se le ocurrió nada.

Las chicas estaban absortas tratando de encontrar el origen de ese signo cuando de pronto en el sótano resonó el sonido de un golpe, como si una persona hubiera golpeado una puerta de madera con fuerza. Ambas chicas entraron en pánico al escucharlo. Sarah dejó caer su teléfono y se aferró a la mano de Emma.

Las chicas trataron de encontrar el origen de ese sonido, pero lo único que había en ese sótano era la vieja mesa que estaba en una esquina.

-Tiene que estar ahí - dijo Emma dirigiéndose hacia la mesa.

-Espera - dijo Sarah mientras se arrodillaba y tomaba su teléfono del suelo.

Cuando Sarah recogió el móvil, Emma observó que tenía la pantalla estrellada, pero Sarah estaba tan asustada que no le dio importancia.

Las chicas llegaron a la mesa, la revisaron, pero no encontraron nada más que polvo sobre ella.

-Voy a mover la mesa - dijo Emma, mientras tomaba la mesa y la arrastraba.

-Mira esto, Emma - dijo Sarah, que se había arrodillado y apuntaba a un pequeño orificio en el suelo.

Emma se arrodilló junto a su amiga, juntas removieron el polvo del piso y debajo del suelo se encontraron con una pequeña compuerta.

-¿Qué crees que sea eso? - preguntó Sarah.

En lugar de responder, Emma tomó la compuerta preparándose para cualquier cosa, pero al abrirla simplemente encontraron un libro de cuero de color rojo que parecía muy viejo.

-¿Qué es esto? - dijo Emma, muy confundida.

Las dos chicas miraron el libro muy confundidas, pero en ese momento, el teléfono de Emma comenzó a timbrar. Emma lo observó y se dio cuenta de que su mamá le estaba llamando. Emma contestó rápidamente:

-Hola mamá.

-Hola Emma, vamos de camino a casa, pero queríamos comprar algo para comer. ¿Hay algo que quieras? - dijo su madre.

Emma estaba desconcertada por lo que acababa de descubrir, pero trató de responder lo más tranquila posible:

-Tal vez comida china.

-Bueno, llegamos en unos minutos. Te quiero - se despidió su madre, terminando la llamada.

Emma dirigió su mirada hacia Sarah, algo asustada, y dijo:

-Tenemos que salir de aquí ya, vienen mis padres.

Emma tomó el libro, cerró la escotilla, mientras ambas chicas se ponían en pie. Sarah tomó la mesa para volver a ponerla en su lugar y juntas salieron del sótano.

Una vez que estuvieron en el vestíbulo, Emma le dijo a Sarah:

-Toma, llévate el libro. Mañana en la escuela vemos de qué se trata.

Sarah tomó el libro, lo metió en su mochila, se despidió de su amiga y se fue. A los pocos minutos, llegaron los padres de Emma.


 

La puerta se abrió, el primero que entró fue el padre de Emma, Will Blackwood, que sus lentes casi se caían ya que llevaba varias bolsas en sus manos y no podía acomodarlos.

-Podrías ayudarme.

Emma le quitó dos bolsas que llevaba en la mano derecha y esto le permitió a Will acomodar sus anteojos. Después la puerta volvió a abrirse y entró Sophia Blackwood, la madre de Emma; ella tan solo llevaba un bolso de mano rojo. Juntos entraron en la cocina llevando con ellos las bolsas.

Emma se acomodó en la mesa mientras su madre sacaba la comida china de las bolsas y la repartía.

-Oye Emma, de regreso nos encontramos a Sarah ¿la hubieras invitado a comer?- dijo Sophia.

Emma se puso nerviosa pensando que Sarah podría haberle dicho que entraron al sótano, pero trató de no pensar en eso y contestó lo más tranquila posible:

-No... solo hicimos algunas tareas y cuando terminamos se fue.

Emma se tranquilizó al ver que su madre se lo creyó, ya que empezó a comer. Emma también comenzó a comer; los tres empezaron a hablar de cómo les había ido su día. Su padre dijo que de camino a su trabajo un perro trató de morderlo, pero que él fue más rápido y lo único que le hizo fue romper su pantalón.

Cuando todos habían terminado de comer, Sophia buscó en su bolso y sacó un folleto que le entregó a Emma.

-¿Qué es esto? - preguntó Emma.

-Es de la universidad de la que te hablé - contestó Sophia.

Emma observó el folleto, era de color amarillo, al principio tenía el escudo de la escuela; dentro, tenía fotos de la universidad. Se quedó con el folleto un momento, algo decepcionada, pues ella siempre había soñado que viviría de su música, pero sabía que ahora tenía que madurar. Faltaba muy poco para que el año escolar terminara y tendría que entrar a la universidad.

-Quiero que estudies ahí, Emma. Es donde estudiamos tu padre y yo - dijo Sophia.

Emma se quedó mirando el folleto, sin decir nada, hasta que su padre habló:

-Sophia, tal vez debamos dejar que lo piense.

-Sí, lo voy a pensar, pero ahora tengo que subir a mi habitación porque tengo algo de tarea pendiente - dijo Emma mientras se levantaba de la mesa y subía a su habitación.



#1559 en Joven Adulto
#1813 en Thriller

En el texto hay: fantasia, adolescentes, misterio

Editado: 06.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.