Blanca

Capítulo 8

 

DANTE

 

Fría. Fría y sombría. Así se sentía la habitación en la que me encontraba.

Las paredes, incoloras y desgastadas, eran las únicas que me daban una acogida aceptable. He estado aquí desde que llegué y como única compañía tenía a una vieja, y algo roída, mesa y unas sillas, ambas de madera. Estas últimas se inclinaban en un ángulo extraño cuando uno se sentaba.

Desde que llegué lo único que aprendí fue: que toda esta mansión es la guarida de los guardianes, quienes por cierto son los encargados de proteger a los civiles (yo entro en esa categoría por supuesto), que el jefe de los guardianes se llama Jasón, quien a mi parecer es el más comprensivo de todos, que la unidad élite de "La Orden de los Guardianes" (así se llama esto) son:Bricio, el serio y el que no habla. Azai, su hermano y el gracioso. Nilah, la que quiso matarme. Y Blanca, la que me odia.

¿Cómo sé todo esto?

Pues me lo dijo la única persona a la que le caigo bien, y que me cae bien: Amadis.

De cabeza. Así se puso mi mundo en menos de veinticuatro horas. Hace menos de cinco minutos Azai y Blanca dejaron esta habitación tras decirme que mi familia estaba viva.

Vivos

Estaban vivos

No lo puedo creer. Deseé con todos mis huesos y mis entrañas que así fuera.

Dios santo, gracias, gracias.

La noticia me cayó como un balde de agua fría. Desde que ambos desaparecieron por esa puerta no he podido hacer más que pensar en cómo la vida me está dando más oportunidades de las que merezco. Yo solo...

La puerta resonó al abrirse con un chirrido y levanté la cabeza para observar quién o qué era.

Demonios

Ella es quien quiere matarme.

Cierra la puerta de un empujón y se sienta en la silla frente a la mía y se queda observándome fijamente. Su mirada me incomoda, pero no tanto como la de Blanca. Pensé en alguna forma de escapar de la habitación en caso de que quisiera estrangularme, pero la única salida era esa puerta, y... Nilah se interponía entre ella y mi oportunidad de vivir. Estaba calculando cuánto tardaría en siquiera levantarme de la silla cuando ella rompió el silencio.

—Quiero ser clara contigo, Dante.

Tragué fuerte. —Cl-claro —odiaba tartamudear, pero las palabras se trababan en mi lengua.

—Estás navegando en aguas peligrosas.

— ¿A qué te refieres? —pregunté intrigado.

Pasaron unos segundos antes que ella respondiera: —Blanca.

Fruncí el ceño. —Ah. Ella ¿Qué ocurre con ella?

—Qué no ocurre con ella...solo te digo que es mejor que mantengas tu distancia. De todos nosotros.

— ¿Es está una advertencia sobre ella, o sobre ustedes?

—Ambas —respondió—. Considero que tienes una mala versión de ella. 
Ella es mucho peor de lo que imaginas.

— ¿Tanto la odias?

—No la odio. Para mí ella me es tan indiferente como yo para ella.

—Entonces... —dije— ¿Por qué me dices todo esto?

Parecía meditar sus palabras, pero finalmente dijo: —Blanca no es peligrosa porque ella lo sea, lo es porque la volvieron así.

— ¿La volvieron? ¿Quienes? —pregunté.

—No quienes, quién —fruncí el entrecejo, no estaba entendiendo nada.

Ella suspiró. —Dios, ella me va a matar por esto... para poder entenderlo, tienes que saberlo todo, desde el principio. Tu familia ¿Sabes quién la tiene cautiva? —negué con vehemencia.

»Quien la tiene cautiva se llama Aloysius. Él es uno de "Los Cuatro de Oro", Aloysius se regocija del dolor y el sufrimiento de los demás.

—Bueno pues eso no ayuda mucho —. Un maniático retenía a mi familia, y yo aquí sin hacer nada por ayudarlos.

—Lo que intento explicarte es que es una persona despiadada. Y antes, fue mucho peor.

—Pero...

—Blanca, ella fue criada por Aloysius.

¿¿Qué??

Estoy seguro que mi semblante reflejaba genuinamente todo lo que estaba sintiendo.

—Cuando Blanca tenía 6 años Aloysius mató a sus padres y se la llevó con él. A partir de entonces la crió y la educó a su forma...dicen que ella vio cómo él los asesinó. Aunque no sé si asesinar sea precisamente lo que Aloysius les haya hecho.

 

«— Se siente horrible. Sentir que lo has perdido todo y que te has quedado solo en el mundo.

— Conozco ese sentimiento».

 

—Ella escapó y desde entonces ha jurado que se vengaría.

—No lo dudo —no tenía idea de todo lo que ella había sufrido.

—Blanca llegó a los diecisiete, completamente demacrada y sucia. Cubierta de sangre, suya y de otros, escuálida y como si hubiese recorrido los siete círculos del mismísimo infierno. ¿Sabes qué fue lo primero que dijo? —negué nuevamente, horrorizado por todo lo que me había contado hasta ahora—. Muerto. Lo quiero muerto. Eso fue lo que nos dijo apenas nos vio.



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En el texto hay: fanasia romantica, aventura magia y amor

Editado: 12.11.2020

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