Blancanieves

3er Capítulo

-Bien,mereces una recompensa por tu servicio y discreción-repuso la reina fingiendo satisfacción-espérame en las caballerizas para que nadie sospeche,iré en persona a entregar tu premio.

El soldado agradeció con una reverencia y se apresuró al lugar que la monarca le había indicado.En el fondo sentía pena por la infeliz a quien había abandonado a su suerte en aquel bosque solitario, pero por otro lado se consideraba el hombre más dichoso del mundo por granjearse la simpatía y los favores de la reina entre los miles de soldados que a diario psaban inadvertidos por las almenas y el patio de armas del castillo.

Absorto en tan halagüeños pensamientos llegó al lugar acordado.De repente,unos encapuchados que aguardaban apostados a ambos lados del establo se le arrojaron encima inmovilizandolo, y con unas tenazas de herrar le arrancaron la lengua para luego sacarlo por la parte trasera del castillo,obedeciendo órdenes de la malvada reina que de esta forma se aseguraba de mantener a salvo su terrible secreto.

El rey había acabado de despertar,y luego de tomar una copa de vino, se dirigió a los jardines donde su amada acostumbraba pasear,un poco para escapar de la inquisitiva mirada de la reina y sus damas de compañía. Al no encontrar rastros de la muchacha,se dirigió a la servidumbre:-¿alguien ha visto a Isabella?-inquirió preocupado

-No señor,temprano estuvo dando vueltas alrededor de las fuentes,pero luego ya no la hemos vuelto a ver-respondieron los sirvientes cabizbajos sin atreverse a decir nada más por temor a las represalias que pudiera tomar contra ellos la siniestra monarca.

El rey encaminó sus pasos hacia la recámara de la joven,pero igual,estaba vacía. Entonces ordenó a sus lacayos,cortesanos y ministros,que la buscasen por todos los rincones del castillo, mientras el grueso de los soldados fueron enviados a los más lejanos pueblos del reino, con proclamas ofreciendo  jugosas recompensas a quienes indicasen su paradero.Por supuesto,todo fue en vano.La reina fingia estar preocupada como todos,y con palabras tan empalagosas como hipócritas ,trataba de consolar a su abatido esposo.

Pasaron los dias,y la búsqueda de la joven amante del rey,fue declinando a medida que las esperanzas de hallarla viva o muerta desaparecían.

Una tarde, borracho de angustia y desesperación, el rey se suicidó arrojándose desde la más alta de las murallas,dejando a su esposa viuda y convertida de la noche a la mañana ,en la todopoderosa soberana del país. 

 

El terrible invierno terminó, dando paso a una suave primavera.Pasaron los meses,años,y la pequeña huérfana que los enanos habían adoptado,creció hasta convertirse en una preciosa muchacha.Los pequeños bandidos,al no saber qué nombre ponerle,comenzaron a llamarla Blancanieves,pues la joven poseía una hermosa y rara combinación entre su piel de una blancura deslumbrante como la cima nevada de las montañas, y una espesa cabellera tan oscura como las plumas de un cuervo.

Pero la muchacha era infeliz y desgraciada.Los malvados enanos la sometían a los trabajos más duros.Siempre vestida con harapos, recorría a deshora el espeso bosque para buscar leña y frutos.Cuando llegaban con las pieles de los animales cazados,tenía que curtirlas,preparar la cena,limpiar,lavar las ropas llenas de mugre,y al caer la noche,rendida de cansancio ,sólo le dejaban las sobras de la comida o en el peor de los casos,algún pedazo de pan duro y mohoso que el hambre le obligaba a robar a escondidas de la alacena...



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Editado: 20.09.2023

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