Nos dirigimos hacia allí mientras observamos que había una malla de alambres, tratamos de cruzarla con cuidado, pero yo me rasguñé la mano mientras cruzaba, no le di importancia; una vez que llegamos al otro lado había un terreno vacío lleno de maleza con llantas, basura, y algunos árboles gigantes.
—Waoo—exclamo mi hermano—mira hermanita podemos trepar este árbol—mientras corre hacia el
—Corro rápido para alcanzarlo y coloco la funda con nuestros bañadores en mi brazo—espérame Faraj—dije
—Sube— me extiende la mano mientras se agarra de una rama
Me apoyo de su mano y empezamos a subir lentamente por cada rama, yo tengo miedo a las alturas y una vez que llegamos a una altura considerable empecé a sudar frio.
—¿Estas bien? —me pregunta desde unas ramas más arriba
—Si, si solo debo tomar aire—mientras veo hacia abajo y todo me da vueltas
Me asusto, veo hacia otro lado y cierro fuertemente mis ojos, sigo subiendo con Faraj que iba más arriba de mí; hasta que llegamos a la cúpula del árbol y nos posicionamos en una forma que la mitad de nuestro cuerpo sobresalía de las abultadas hojas
—No puedo creer que desde aquí se ve toda la ciudad—digo mientras veo con atención
—Ves, te dije que valía la pena subir hasta aquí—mi hermano me da una gran sonrisa con sus dientes de conejito sobresaliendo de su boca
—Suspiro— bueno tienes razón esta vista es linda
Nos quedamos un rato más arriba del árbol, hasta que decidimos bajar. Mientras bajamos varias veces casi me resbalo pues me sudaban y me temblaban mucho las manos, pero con los ánimos de Faraj y su platica se me olvidaba mi miedo.
Una vez que llegamos casi abajo saltamos para caer en el piso, nuestras manos estaban llenas de algo pegajoso que salía del árbol y bastante sucias, pero nos limpiamos con nuestra ropa, luego de eso corrimos hacia las llantas que estaban entre la maleza y sin querer caí mientras corría y rasgué un poco mi vestido.
—Diablos, mamá se va a enojar—susurre
—Bueno creo que no hay nada más que hacer así que deberíamos irnos hermanita
—Si además se está haciendo oscuro, y es peligroso estar por aquí
Nos dirigimos hacia la malla de alambres por donde entramos, pero esta vez se nos dificulto salir y Faraj se rasgó la pierna porque traía pantalones cortos, pero no le importo y me ayudo a salir.
Una vez que salimos nos dirigimos hacia la casa con menos energía debido a que habíamos hecho mucha actividad; yo nos veía a ambos y sabía que algo malo nos esperaría al llegar a la casa.
—¿Qué horas son estas de llegar jovencitos? ¿Y porque están todos sucios que hasta la ropa la traen rota? —nos dice mi madre con enojo sentada en el sillón de la sala y los brazos cruzados
Ambos estábamos parados rectamente junto el uno al otro enfrente de ella con cara de preocupación por el castigo que se avecinaba.
—Mamá todo tiene explicación —dije— lo que pasa es que cuando salimos de la piscina vimos un terreno vacío y no pudimos evitar ir
—Si ma también era temprano y había sol—responde Faraj
—¿Qué les dije en el desayuno? —nos dice seriamente mi madre
—Que regresáramos temprano— con la cabeza baja hablamos los dos
—¡Así es!, y a ustedes les importo poco las ordenes de su mamá así que por ser desobedientes están castigados un mes
—¿Qué un mes? Es mucho tiempo —vociferamos juntos
—¡Silencio!, tiene que aprender a ser más responsables y obedientes por eso es el castigo no quiero oír quejas; ahora suban a bañarse y cambiarse esperen en sus cuartos hasta que llegue su papa para la cena.
—Si mamá —contestamos juntos
Una vez que se nos impuso el castigo subimos a nuestros cuartos algo tristes y antes de cerrar cada uno su puerta sonreímos, porque a pesar de ser castigados sé que a ambos nos gustó esta nueva aventura, jugamos mucho hoy y no nos arrepentimos de eso.
Luego de ese desafortunado evento los demás días trascurrieron normalmente aunque no pudimos salir mucho debido a nuestro castigo y fue por eso que lo único que hacíamos era pasar dentro de casa y ayudar a mamá lo que más pudiéramos hasta que nos levante el castigo, veíamos televisión y jugábamos en la sala con nuestros juguetes, Faraj y yo teníamos bastante imaginación así que siempre imaginamos que éramos científicos yendo a la luna o que viajamos a lugares extraños eso nos mantenía bastante ocupados y distraídos para evitar hacer travesuras también jugábamos con una pequeña computadora de plástico que tenía varios juegos y eso hacía que ambos nos retemos el uno al otro a subir más de nivel.
Las vacaciones casi llegaban a su fin y algo inesperado ocurrió que cambiaría mi cuerpo de alguna manera.
Era una noche como cualquier otra; estábamos en la sala mi mamá, mi hermano y yo viendo la tele, mi papá aún se encontraba en el trabajo hasta que sentí como que quería ir al baño acompañado de un dolor de estómago entonces me dirigí al baño.
Hice mis necesidades y cuando me dispuse a limpiarme vi unas manchas rojas en el papel. Abrí mis ojos mucho y me asuste así que grite,
—¡Mamaaa ven rápido!
—¿Qué pasa hija? —me dice
—Paso papel otra vez y le digo—mira— con mucho miedo
—A ver — me ve y empieza a sonreír—¡ayy noo, ya estas grande mi pequeña, ya eres una mujercita, es tu primer periodo! Me abraza y me levanta fuertemente
—¿Qué? —pregunto con cara casi llorando mientras me abraza mi mamá
—¡Sii mi vida! Eso es, espérame aquí te traeré una toallita
Mientras mi mama sale del baño mi cara de asombro y tristeza no desaparece, y por mi mente pasan muchos pensamientos como de que verdad estaba pasándome, pero creí que sería hasta dentro de unos años más y si ya no puedo jugar ni correr como antes, pero porque a mii… seguía pensando todo ese tipo de cosas hasta que llego mi mama corriendo con una toallita en sus manos.
—Bien toma Mad, aquí está ya sabes cómo ponértela recuerda que ya te he enseñado y hemos practicado muchas veces, cuando te la pongas sal y ve a tu cuarto—se marcha y me deja allí