Capítulo 14

—No se preocupe señor Rigau, ya estamos averiguando que fue lo que paso y el por qué su hija se desmayó, no sabemos con seguridad si alguien la empujo o no, pero haremos todo lo posible por descubrir la verdad, la profesora dirigente la vigilara de cerca para que no tenga ningún problema—dice la inspectora 

—Muchas gracias licenciada lo último que quiero es volver a ver a mi hija en un hospital y si no quisimos hacer un escándalo es porque nuestra hija no estuvo de acuerdo, pero le encargo que no se queden de brazos cruzados con este incidente —habla mi papá 

—No claro que no señor Rigau, en esta institución velamos por el bien de nuestros alumnos —sonríe la inspectora 

—Bien, eso espero licenciada, dejo a mi hija aquí, yo debo volver a mi trabajo —le extiende la mano a la inspectora para despedirse 

—Regrese tranquilo, nosotros nos encargaremos y hasta luego 

Una vez que mi papá me dejo en la inspección junto con la licenciada inspectora de todos los de básico, me llevo a mi aula. 

—Espere tranquila dentro del aula señorita Rigau, afuera está haciendo mucho sol y usted debe quedarse en la sombra debido a que tuvo una operación reciente 

—Si licenciada y gracias —digo con respeto 

—No se preocupe y si tiene algún problema no dude en decirme, aquí le dejo la justificación para que la presente a todos sus profesores. 

Luego de que me dejo en mi aula, se fue y yo me quede sola en mi lugar esperando a que mis compañeros lleguen y empiece las clases, a lo lejos se podía escuchar como todos estaban en el patio formados cantando el himno nacional debido a que es lunes, como estoy aún en recuperación no me puse el “uniforme de parada” que se utiliza, estoy bastante nerviosa ya que siento que no quiero estar aquí, pero tengo que si no quiero preocupar a mis padres. 
El ruido de la gente hablando me despertó de mis pensamientos, ya volvían a las aulas, cuando mis compañeros entraron se quedaron viéndome, algunos susurraban y otros no me tomaban en cuenta. 

—Mira ya vino Mayida —decían unos 

—¿Enserio? Pensé que no vendría esta semana —decían otros 

Hasta que entraron mis amigas y se acercaron corriendo a mí. 

—¡Amigaaa! Te extrañamos mucho, nos preocupamos bastante por ti —vino a abrazarme Amanda 

—¿Cómo te sientes Mayida? —me pregunta preocupada Sigrid sentada en una banca de enfrente mío 

—Estoy bien chicas, solo tuve una pequeña operación, pero nada grave, ya estoy de vuelta —digo feliz porque se preocuparon por mi 

—Menos mal y no fue tan grave —dice Lavinia —¿Quién fue el desgraciado o desgraciada que te hizo esto? —toma mis manos —para buscarlo y darle un golpe por acerté pasar algo tan terrible 

—Si Mayida, debes decirnos para poder ayudarte —me dice Casiopea 

—No se chicas, la verdad no sé qué me paso, luego de comerme ese chupete no recuerdo mucho, pero no vale la pena estar enojadas por eso y solo debemos estar tranquilas ya que estamos juntas —les digo sonriendo 

—Eso es verdad amiga ya estás aquí con nosotras —me dice Amanda 

Todas me abrazan juntas y me siento feliz de que se hayan preocupado por mí, los anteriores días estaba preocupada de que ya no quieran estar conmigo, pero hoy me demostraron que no es así. 
Una vez que las clases empezaron todo paso con normalidad, los profesores me hacían preguntas sobre mi accidente y algunos me trataban de manera especial ya que había estado delicada de salud, hasta que llegó la hora del receso. 

—Mayida vamos —me llama Lavinia para salir 

—Ya voy —respondo mientras guardo mis cosas 

Me levanté y las alcance para salir, íbamos al patio de atrás a sentarnos y a ver a los chicos de otros cursos superiores jugar al futbol, me puse nerviosa porque la mayoría de veces cuando ellas empiezan a hablar de eso me dejan de lado y me ignoran. 
Nos sentamos en la parte de en medio del graderío. 

—Sentémonos aquí chicas —dijo Casiopea 

—¿Qué calor hace hoy? —dice Sigrid ventilándose con la mano —¿estas bien Mayida, quieres que te compremos agua? ¿te duele el hombro? 

Me sorprendió que preguntara como estoy 

—Afortunadamente no me duele, vine tomando mi medicina así que estoy bien chicas, no se preocupen —dije 

—Pero si tienes alguna molestia o algo puedes decirnos —dice Casiopea mientras abría una funda de papas grande y empezaba a darnos a todas. 

Me gusto bastante que no me ignorasen esta vez y hablaran conmigo, incluso me compartieron de su comida, mientras comía un poco vi al chico del otro día jugando con otros, estaba algo sudado debido al calor y al ejercicio; no tenía puesto el saco y el pantalón se lo había recogido un poco de las vastas. 

—¡Wao que alto se ve! —pensé en voz baja 

No podía dejar de verlo, no sé porque, pero me llama mucho la atención, tiene el cabello con un color negro muy oscuro que me sorprende, deje de escuchar la conversación de mis amigas para verlo y me fije en que es bastante competitivo ya llevaba dos goles y les gritaba un poco a sus compañeros por no ayudarlo a defender la portería. 

—¿Mayida nos escuchas? —me dijo Amanda mientras chasquea sus dedos cerca de mis ojos 

—¡Ahh! ¿Qué? Si, si solo me distraje un momento —respondí asustada 

—Estas algo distraída jaja —me dice Lavinia —¿no estarás pensando en alguien? 

—Noo como creen jaja —digo algo enojada —ya saben que no pienso en eso 

—Si, si lo sabemos —dice Casiopea 

El timbre sonó y me salve de que me hagan más preguntas de este tipo. Al levantarnos de las gradas me quedo atrás de mis amigas y veo de reojo hacia dónde va ese chico que caminaba por el otro lado de la cancha, empujaba a sus compañeros y se reía. 
Cuando entramos al aula me di cuenta recién de que Júpiter no había venido a clases este día, ahora entiendo por qué estaba tranquila hasta ahora sin escuchar sus comentarios mordaces y recibir sus abusos, espero que no venga varios días. 
El profesor de la siguiente hora luego del receso no llego así que todos se pusieron a hablar y a jugar, yo me quede sentada en mi pupitre mientras veía que había unas chicas riéndose mucho entre ellas y hablando mientras señalaban a otros; son Brisa Espín y Cala Ferreiro.