—Ma no quiero comprar ropa ¿no puedes ir sin mí? —le digo mientras vamos en el auto hacia el centro
—No, no se puede Mad, para comprar ropa debes ir tu y elegir lo que a ti te guste, ya verás será divertido —me dice mi mamá
—¿Divertido para quién? A mí no me gusta —digo enojada
—Ya no discutas hija vamos a ir te guste o no —me dice gritando
No me gusta comprar ropa, es una actividad que me aburre bastante y nunca sé que elegir, pero tengo que hacerlo porque mi mamá no quiere traerme la ropa ella ya que piensa que luego no me la pondré. Al llegar al centro estacionamos el auto en un parqueadero público y caminamos hacia la calle de las tiendas, me molesta tener que caminar para buscar ropa que muchas veces no me gusta.
Entramos en una tienda donde había pantalones de Jean, camisas, camisetas, abrigos y sacos de todo tipo, aunque nada me llamaba la atención de eso.
—Mira Mad este abrigo —me muestra uno colgado en la percha —parece de buen material además por dentro es suave con tela que te puede abrigar en los días frios—me dice sonriendo
—Si está lindo —digo mordiéndome las uñas
—Podemos llevar este o mira aquí hay otro de color rositas claro, pero con brillos, y hay varios colores ¿cuál prefieres el rosa, este café o el que te enseñe hace rato?
—Pues cualquiera ma —digo seria
Mi madre me mira enojada y me dice
—Debes elegir uno que te guste porque luego no te lo pones y lo dejas allí en el armario tirado, y deja de morderte las uñas que te vas a dañar las manos
—Es que me aburro mamá y ¿por qué Faraj no está aquí con nosotras? El también debió venir, pero lo dejaste en casa
—Con él es más fácil comprar ropa ya que el sí colabora conmigo y no como tú que solo te pones jetona y no eliges nada —dice mi mamá enojada
—¡Ash! Está bien quiero ese abrigo rosa ¿ya estas feliz? —hago una mueca
—No me respondas así, te has vuelto bastante malcriada Mayida —me toma del brazo fuerte — vamos a la caja a pagar
No le dije nada porque sé que si le respondía era capaz de darme un golpe en frente de todos en esa tienda, no estoy feliz con todo esto, yo lo odio de verdad y estoy haciendo un esfuerzo bastante significativo para comprar ropa. Pasamos a varias tiendas y en cada una que estuvimos fue el mismo escenario con mi madre regañándome y yo respondiendo a lo que creo que es justo hasta que acabamos de comprar y por fin pude relajarme.
—¿Ves Mayida? No fue tan malo además pudimos pasar tiempo juntas —Me dice mamá manejando
—Fue una tortura, aunque reconozco que si me distraje un poco —dije seria
Lo único que me alegra de todo, es que pude conseguir unas Converse como me sugirió Brisa solo que no de color negro si no de color verde ya que no había muchas opciones de colores, pero al menos ya las tengo.
El lunes fui al colegio, tuvimos una hora libre ya que no había llegado un profesor como siempre estaba sentada en mi sitio mordiéndome las uñas y garabateando un cuaderno que tenía, hasta que Brisa me llamó por la espalda y yo me giré.
—¿Y bien compraste las Converse? —me dijo sonriente
—Si —dije feliz —las pude conseguir en el centro, pero no había de color negro
—Ahh no importa, lo importante es que las tienes y oye ¿Te puedo hacer una pregunta? —me dice seria
—Si claro dime
—El otro día estaba hablando con Cala y nos dimos cuenta de que eres muy tiesa al caminar, ¿por qué no intentas mover un poco la cintura? —me pregunta
—La verdad no me había dado cuenta, es que no creo ser tan bonita para caminar se otra manera— le respondo
—Pero ya te dije que puedes cambiar, solo maquíllate más y no uses la falda tan larga.
Antes de que pudiera responder algo llego Cala a donde estábamos Brisa y yo hablando y dijo
—Brisa ya vamos a recreo te espero afuera —le señala la puerta
—Bien ya voy en un momento, solo guardo mis cosas —le dice
Cuando salió Cala, Brisa empezó a recoger sus cosas y se paró del asiento
—La tome del brazo y le dije —¿Crees que pueda ir con ustedes a recreo? —pregunte
—Mm primero déjame preguntarle a Cala, mañana te digo la respuesta —me sonríe
—Está bien —dije aliviada
Ella se fue y yo me quedé en el aula, bueno al menos preguntara así que eso me animo bastante, aunque no se si pueda llevarme bien con Cala, es bastante odiosa.
Mientras estaba sentada pensando en eso se me acercaron los amigos de Júpiter y uno de ellos tiro mi cabello hacia atrás.
—Aquí esta nuestro monedero favorito —dijo Haco sentándose en la banca de al frente viéndome —¿Adivina qué? Necesitamos algo de dinero así que te pedimos de favor que colabores —se ríe extendiendo la mano
Con mis manos intente zafarme del tremendo jalón, pero era imposible ya que tenían sus manos en toda mi coleta y parte de mi bincha.
—¡A.… auch! —dije desesperada —chicos les daré dinero, pero suéltenme, me duele
—Bien, bien lo haremos, pero primero queremos ver el dinero —me dice Ibai acercándose a mi rostro un poco
Rebusco el bolsillo de mi falda encontrando un billete de a 5 dólares y lo pongo sobre mi pupitre
—Es…es todo lo que tengo —digo
—¿Solo esto fea? —dice Haco enojado —vamos pensé que tendrías más, no mientas no estamos jugando —hace una señal al que me agarraba el cabello
Sentí que se me arrancaba el cabello por que empezó a jalarlo con más fuerza hasta que sentí que alguien le quito la mano de mí.
—Ya tarados déjenla en paz es todo lo que tiene —dice Júpiter
—Vamos Jup, ¿te vas a poner del lado de este zombi feo? —le dice Ibai
—No estoy de su lado, ustedes quieren quitarle más dinero del que no tiene ¿no les parece injusto? —dice enojado
—Está bien por ahora la dejaremos —responde Haco —pero no nos hagas esto amigo, eres nuestro héroe y no queremos ver cómo te justas con cosas horribles —dice levantándose mientras se lleva mi dinero y me mira