—¡Mayida holaa! —dice Oriana acercándose mucho a mi —¿Adivina qué?
—¿Qué cosa? —dije con la voz un poco llorosa
—El licenciado Guiem no está enojado por lo de la última vez, y quiere volverte a ver muy pronto—sonríe y me abraza —gracias por hacerlo feliz, ahora el me trata muy bien y eso me alegra
Cuando dijo eso se me congelo el cuerpo de solo pensar en lo que paso la última vez pero ella está tratando de volver a llevarme con ese tipo, no puedo volver a verlo aún, sigo sintiendo asco y no puedo dejar que me vea, solo me temblaban las piernas y mis ganas de cortarme crecían más así que me levante rápido de allí y busque desesperadamente con la mirada a Júpiter
—¿A quién buscas? —me pregunta Oriana
—A Júpiter ¿no lo has visto por si acaso? —le pregunte
—Ahh si, está afuera del aula, que quie….
Antes de que diga algo salí corriendo y lo busque, estaba en la parte de las gradas y me acerque a él rápido.
—Te dije que no debías meterte con ese tipo jaja —dice Júpiter
—Pero si es tu amigo— le dice Haco enojado —¿y ahora me dices que no debo meterme con él?
—¡Júpiter! — le dije acercándome corriendo
Me acerqué a su oído en forma de un abrazo disimulado y susurré
—Siento que voy a explotar, tengo miedo —dije con voz llorosa —Ayúdame por favor
El me rodeo la cintura con sus brazos, me apretó fuerte en forma de abrazo y se agacho a mi altura para decirme al oído
—Tranquila mi amor —me besa la oreja —vamos a nuestro lugar y te ayudare a sentirte mejor
—Abrazándole dije —no podemos, ya me descubrieron y puede que nos sigan hasta allí
—Jaja eres muy torpe guapa, tranquila, tengo otro lugar —se separa de mi
Agarra mi mano y me jala para bajar las gradas, pasamos el patio central en dirección al patio de arriba por alado del bar en una intersección había una bodega abierta y entramos allí, estaba oscuro así que el prendió la luz y cerró la puerta asegurándose de que nadie nos había seguido, al igual que cerró las ventanas con unas cortinas viejas.
Saco de su bolsillo un cigarro, se lo puso en la boca y lo encendió, camino hasta una mesa vieja y de abajo saco un pedazo de vidrio y me lo puso en la mano, yo solo temblaba fuerte y contenía con todas mis fuerzas las ganas de llorar.
—Me abrazo y me dijo —¡Calma, calma estoy aquí guapa, no te dejaré sola!
—Quiero morir —dije con la voz quebrada y aun conteniendo el llanto
Yo solo lo abrazaba lo más fuerte que podía, pero mi cuerpo seguía temblado, así que el rápidamente alzó la manga del saco de mi otro brazo que no tenía la venda, en la parte delantera de este, tomo el vidrio de mi mano y empezó a hacerme cortes primero pequeños y luego más grandes, la sangre empezó a salir y mi respiración se aceleraba, cuando de pronto dejé de temblar y me invadió una sensación de calma así que caí al suelo con los ojos cerrados.
Él se quedó de pie y se hizo a un lado para seguir fumando, cuando acabó tiro al suelo la colilla y se hizo unos cuantos cortes en su muñeca y rápidamente se los tapo con sus pulseras, se sentó alado mío en el suelo
—Me dio un beso en los labios y beso mi muñeca que tenía la venda —¿Cómo te sientes ahora?
—Sonriendo le contesto —Mucho mejor, gracias
—Ni lo menciones, estoy aquí para ti
Sonreí y bajé la manga de mi saco, y me puse mis pulseras que tenía en el bolsillo.
—Te quedan bien —me dice Júpiter dándome la mano
—Sonrió y sujeto su mano —Tú me las diste así que si deben quedarme bien.
—Él me sonríe —Sabía que te gustarían cuando las compre, ¿tienes hambre o sed? —saca su celular para ver la hora —ya es hora de receso y parece que nos hemos saltado algunas horas de clase jaja
—Bueno eso no importa —le digo poniendo mi cabeza en su hombro —mientras esté contigo está bien, y no tengo hambre solo tengo sed
—Quédate aquí —se levanta —traeré agua para ti
—Bueno —le dije sonriendo
Él se fue y yo me quede allí esperándolo, luego de 10 minutos regreso con una botella de agua en sus manos, yo la tomé bastante rápido debido a que tenía mucha sed.
—¿Ya no te sientes sedienta? —me pregunta acariciando mi mejilla
—Sonrió y le digo —no jeje, gracias por el agua ya me siento mejor
—Me alegra escuchar eso, oye ¿Qué te parece si hoy pasamos un rato juntos luego de salir de clases?
—¿Iremos a ese parque que me llevaste antes? —le pregunte
—Pues sí, me parece un lugar en el que podemos tener privacidad
—Está bien —le dije sonriendo —yo solo quiero estar contigo
Él me sonrió y me dio un beso, pasamos en silencio allí adentro de esa bodega. Cuando sonó el timbre nos pusimos de pie y nos fuimos al aula rápidamente, cuando entramos al aula todos nos miraron entrar, pero trate de ignorarlos; Júpiter me dejo en mi pupitre y se fue a la parte de atrás del aula.