—Papá yo…
—¿Tu que Mayida? ¿Vas a dar alguna excusa acaso? No puedo creer que hayas hecho semejante cosa, solo las mujeres de la calle hacen esas cosas —dice mi papá
—El tener ese celular lo único que ha logrado en ti es que hagas cosas tan bajas e indebidas Mayida —dice mi mamá
—Jamás pensamos que llegarías tan bajo, incluso puedes llegar a ser peor que una prostituta Mayida, creo que no siquiera esas mujeres tienen el comportamiento que tu tienes —dice papá — me has decepcionado y de la peor forma
—Por lo que estas castigada —ahora habla mamá —no tendrás acceso a ese celular de ahora en adelante hasta que tengas 16 años.
—Perooo mamá, papá eso es mucho apenas tengo 13 años —dije con los ojos llorosos
—Pues por eso mismo —dice mi mamá —estas muy chica y no tienes la madurez necesaria por lo visto para tener está responsabilidad —señala el celular que lo tenía mi papá
—¡Sube a tu cuarto! —dice mi papá — tu mamá y yo debemos hablar sobre tu castigo
Subo rápido las gradas para ir a mi cuarto y cierro la puerta tratando de contener el enojo y las ganas de llorar, tan pronto como lo hice corrí a buscar un estilete en el cajón de mi escritorio, pero no pude encontrarlo ¿acaso mis papás lo tomarían? Estaba bastante desesperada por cortarme así que fui al baño y busque una rasuradora; había una caja nueva y saque una, volví a mi cuarto y con toda la fuerza y la desesperación del mundo la rompí, cuando hice eso me corté los dedos con las navajas pero no me importo por ese momento, empecé a cortarme lo más profundo que pude y llore muchísimo pero no me fue suficiente así que me dirigí hasta mis piernas e igualmente hice cortes en mis muslos.
Poco a poco me fui calmando y olvide todo lo que sentía, mientras estaba sentada en el suelo de mi cuarto alado de mi cama me empezó a dar mucho sueño así que me quite en uniforme y solo me quede en ropa interior; me metí en las cobijas y me dormí, afortunadamente las sábanas de ese día eran de color oscuro ya que estaba sangrando mucho y no se notaria al día siguiente, en la noche mientras soñaba a ratos me despertaba debido a los cortes porque me picaban y me ardían. Solo me volteaba a un lado más frío de la cama par refrescarme un poco y ya.
Cuando dio la mañana no tenía ánimos de levantarme ni de nada, pero me obligue a vestirme para irme al colegio, solo salí y no hable con mi mamá ni ella me dijo nada.
Llegue casi corriendo al colegio y busque desesperadamente a Júpiter, quería decirle todo lo paso y como me sentía, pero no lo encontraba por ningún lado, pase por alado de Amanda y sus amigas que estaba sentadas en las gradas de la entrada al patio central esperando a que suene el timbre.
—¿Estas buscando a Júpiter? —me pregunta Brisa seria
—Si —le contesto —¿por si acaso no las visto?
—Bueno si lo he visto pero…
Cuando iba a decirme algo Amanda se empezó a reír tratando de contener una carcajada junto con Cala y las demás que estaba allí.
—Jajaja será mejor que lo veas tú misma fea —me dice Casiopea
—Cállate Casiopea no le digas jajaja — dice Amanda — vas a arruinar la diversión.
—Jajaja y no podremos ver la cara de estúpida que pondrá cuando lo descubra —dice Cala riéndose fuerte
—Amanda se pone de pie frente a mi —búscalo en el depósito cerca del bar, te llevaras una gran sorpresa cuando lo encuentres y luego nos dices que tal te pareció —me dice con una sonrisa algo desquiciada
No entendía de qué estaban hablando así que solo me dirigí hasta donde ellas me dijeron, fui lo más rápido que pude y cuando llegué a unos pasos del depósito encontré la maleta de Júpiter y la de ¿Oriana? Cerca del piso arrimadas a la pared, mi corazón empezó a latir con fuerza y mordí mis labios fuertemente, aunque igualmente seguí caminando, aunque mi mente me decía que no mis piernas no se detenían, pero desacelere el paso y camine más lento.
Estando cerca de la puerta escuché unos sonidos extraños y mi corazón dio un vuelco cuando empecé a imaginar lo que podría estar pasando, pero aun así en silencio abrí un poco la puerta y al ver la escena mis ojos empezaron a lagrimear y se abrieron como platos, llevé mi mano a mi boca para no gritar.
¿Júpiter y Oriana? Estaban besando apasionadamente, ella estaba sentada en un escritorio viejo que había allí adentro abrazando con las piernas a Júpiter y el la abrazaba de la cintura mientras bajaba sus manos hacia la parte de atrás de su cuerpo, sus bocas se abrían y vi como sus lenguas empezaban a moverse, Júpiter movió su mano y la llevo hasta la parte de debajo de Oriana por debajo de su interior.
No pude más y me fui de allí con la mano en la boca y las piernas temblorosas, mis lágrimas solo salían y yo traté de caminar rápido, Afortunadamente había unas gradas para bajar a las aulas que estaba cerca de ese depósito, baje por allí y corrí al baño; entre a un cubículo y vomite solo agua ya que en días no había comido nada. Me ardía el estómago y lo único que hice fue llorar mucho y me tape la boca porque no quería que nadie me escuche ¿Cómo pudo hacerme eso? Él es en quien más confíe e incluso hice cosas con él para demostrarle que lo amaba y mucho pero el solo fue a besarse con Oriana.