Ese día dormí en la casa de Xena aunque sea un día de semana, pero no me importaba porque no me sentía con ganas de ver a mis papás y es por esa razón la mamá de Xena habló con ellos por teléfono y esa noche accedieron a que me quedé a dormir allí, aunque casi no pude hacerlo por pensar en la sala de chat que me habían metido mis compañeras, al día siguiente en la tarde salí de la casa de Xena en dirección al colegio; me había quedado sola en la casa ya que Xena estudiaba en la mañana y sus papás se iban a trabajar igual, llegue a mi aula y me senté.
Después de un rato todos empezaron a llegar susurrando y señalándome.
—Pobre jaja ahora es el cuerno de la disque relación —decía Haco pasando por alado mío
—Bueno, pero ¿Qué esperabas? —dice Ibai alzando sus hombros —es horrible así que Júpiter le estaba haciendo un favor jaja
—La verdad prefiero a Oriana —dice Haco —es más bonita que esa…
Ni siquiera les importaba mi presencia y seguían diciendo toda clase de cosas en frente mío, quería salir corriendo de allí y olvidar todo, pero debo estar aquí sentada y aguantarlo, aunque no quiera, todo me sudaba y me temblaban las piernas solo sentía que quería cortarme con todas mis fuerzas, pero no tenía forma de hacerlo porque sentía que me iban a pillar.
Estuve intranquila, nerviosa y con ganas de llorar todas las clases que cuando sonó el timbre para salir a recreo corrí hasta el patio de atrás en los árboles de pino, solo me derrumbe en el suelo y llore fuerte hasta que sentí que algo se movía y me asuste, me limpie rápido las lágrimas y alguien se acercó a mí despacio, era ¿el chico de ojos grises?
—¿Estas bien? —me dijo parado cerca de un árbol un poco lejos de mi
—Me puse de pie rápido y me limpie el polvo —Si… estoy bien
—Se acerca despacio a mí y me extiende un pañuelo
—Bueno,a mi me parece que no lo estas, te escuche llegar corriendo y parecía que estabas muy mal
—Yo no diría eso jaja —agarre el pañuelo y me frote los ojos con el —solo siento mucha presión últimamente
—Si te hace sentir mejor yo estoy aquí esperando a un profesor porque me dormí en clases y debo presentarle el trabajo que no hice en su hora jaja —me dice riéndose
—Jajaja —me río —eso sí que es un problema
—Es verdad pase bastante vergüenza y aquí estoy, son cerca de las 3 de la tarde y tengo hambre jaja
—Entiendo — sonrió agachando la cabeza
—No llores — me frota un poco el hombro — todo tiene arreglo menos una muerte jaja —me sonríe mucho
Tenía una sonrisa bastante linda, sus dientes seguían tan blancos como los recordaba, se había hecho más alto y su cabello le llegaba hasta sus hombros, pero se lo había recogido un poco en una coleta hacia atrás, sus ojos ¡Wao! Eran tan grises; pero un gris profundo que me perdía en su mirada y sus largas pestañas distrayéndome por completo de lo que me rodeaba
—Sonrío mordiendo mis labios —Esta bien, no lo haré más
—¡Así se habla! —me dice girando su cabeza viéndome — bueno yo debo irme tengo que buscar a ese profesor y en todo caso si no lo encuentro ya me iré a mi casa — recoge su maleta de alado de un árbol donde la había puesto — Cuídate y recuerda, sonríe—me dice yéndose y girando hacia atrás para verme
Cuando me dijo que sonría dibujó una sonrisa en sus labios y se fue. Yo me quedé allí de pie aún procesando lo que me dijo y de repente me di cuenta que por primera vez en mucho tiempo había hablado con él, desde que llegué al colegio lo había observado, pero nunca habíamos cruzado palabras.
—Se me olvido preguntarte tu nombre —susurré sosteniendo el pañuelo que me dio en mis manos.
Vi su pañuelo que era de color blanco algo beige, tenía unas iniciales grabadas en el: “N.B”
—¿N.B? —susurré —debe ser tu nombre aunque no me imagino cual podría ser
Olí su pañuelo y tenía una fragancia leve a vainilla con alcohol, incluso este debe ser su olor y de manera rápida la conversación que tuve con el hizo que se me olvidara todo y me tranquilice incluso deje de llorar haciéndome sentir mejor, solo mire el cielo y sonreí entendiendo que no debo preocuparme por esto.
Caminé hacia el aula aun sosteniendo su pañuelo con fuerza y poniéndolo cerca de mi cara mientras sonreía mucho, pero de repente sentí un jalón de brazo que me arrastro hasta los baños.
Caí al suelo, la puerta se cerró y alguien habló.
—¡Miren a quien tenemos aquí! —era Amanda con sus amigas —tenemos que hablar rarita— dice acercándose a mí en el suelo y agarrando mi cuello fuerte
—¿Qué… que pasa? —dije intentando quitar su mano de mi cuello
Cuando lo hice, se acercó a mí Casiopea y me dio una cachetada fuerte, yo solo puse mi mano en la mejilla viéndolas asustada.
—Ni se te ocurra querer soltarte estúpida —me dice Casiopea enojada
—Jaja ¡mírate esa cara de niñita asustada que tienes! —dice Pandora sonriendo cerca de la puerta del baño
—Lo que queremos es que te quedes callada de lo que paso con Oriana —me dice Amanda jalando mi cabello hacia atrás y apretando mi cuello