Año 2015
(Centro para menores infractores, reformatorio)
Final de capítulos especiales.
—Número 61200, ¿ya estás lista? Hoy es el día en el que sales de esta pocilga así que acaba de empacar tus cosas, te escoltare hasta la salida.
—Si en un momento salgo, solo acabo de atarme el zapato.
No puedo creer que luego de tres largos años al fin salga de este martirio, miro a mi alrededor sentada en la cama y la celda en la que permanecí no ha cambiado en nada a diferencia de que está vacía sin ella.
—No te preocupes amiga cumpliré nuestra promesa—susurro mientras veo su foto colgada en la pared
Arranco la foto que tenía un alfiler y la guardo en mi pequeña maleta, la cierro y me la cuelgo en los hombros, subo la capucha del saco a mi cabeza, meto las manos en los bolsillos y me dirijo hasta la salida acompañada del guardia. Cruzo los pasillos recordando todo lo que pasé, mientras mi memoria divagaba sin darme cuenta llegamos a la salida donde despedí a Kaan y a Gery y en dónde había una mesa con otro guardia sentado en ella.
—Firma aquí número 61200 —me dice poniendo una hoja encima de la mesa.
Agarro el bolígrafo que me tira sobre la mesa y me dispongo a firmar.
—Y espero no verte por aquí más, recuerda comportarte allá afuera ya que no dudaremos en traerte de vuelta si cometes otro crimen.
—No se preocupe oficial aprendí mi lección, les aseguro que me mantendré lejos de esta prisión —sonrió levemente.
Las puertas se abren y mi corazón late fuertemente mientras empiezo a sentir el aire de afuera, ya no recordaba cómo se siente la libertad fuera de cuatro paredes; camino un poco y a lo lejos veo una silueta familiar.
—¡Hola mi princesa, aquí estoy! —dice mientras alza su mano para que la vea
Observo al cielo, tomo aire y camino hacia donde estaba mi tía parada esperándome.
—Tía, buenos días —me acercó poco a poco a ella —¿Esperaste mucho?
—Ella se alza para abrazarme fuerte — Oh no mi niña, acabo de llegar ya que me informaron que saldrías como a eso de las 9 de la mañana, ¡vaya, sí que esta alta jajaja! —se ríe fuerte y se separa de mi — ya no te puedo abrazar como antes —me mira a los ojos
—Supongo que crecí un poco —estaba nerviosa ese cumplido repentino.
—¿Un poco?, yo diría muchísimo, estás el doble de alta que hace tres años
—Sonreí mientras la veía — me ejercite, es todo —mire a todos lados —¿nos vamos tía? —estaba inquieta pero emocionada a la vez
—Por supuesto mi niña —me agarra del brazo —vámonos de este horrible lugar.
Empezamos a caminar alejándonos por fin de la prisión, se siente raro estar yéndome, pero aún más raro se siente estar cerca de mi tía y no lo digo de mala manera si no porque hace tiempo que no la veo y mientras estamos cerca la una de la otra se forma un silencio incómodo en el que no puedo decir nada ya que hace mucho que me alejaron de su lado y no sé de qué hablarle; tengo un poco de miedo decir algo que la fastidié o decir algo que talvez la haga enojar.
—¿Fue difícil verdad? —me mirá con ojos de tristeza rompiendo el silencio.
—Regrese a ver con la mirada bajá —al principio sí, pero ya luego se hizo más llevadero, aunque nunca estuve en paz si soy sincera —mordí mis labios
—Se que es algo incomodo estar conmigo mi bebé —caminábamos hacia la parada del bus —pero quiero que sepas que puedes confiar en mí, no voy a presionarte para que hables de lo que no quieres pero tampoco quiero que te sientas incomoda, puedes hablarme de lo que tú quieras que yo siempre te escucharé —me sonríe
Cuando me dijo eso me tranquilice un poco ya que estaba bastante tensa por no saber cómo interactuar con ella. Me quedé un rato más en silencio a su lado y solo sonreía mientras ella me guiaba en la calle, de pronto caí en cuanta que no sabía a dónde iríamos y miré hacia todos lados bastante asustada.
—Tía —estaba sentada junto a ella en la parada de bus —¿a dónde vamos? —la miré preocupada
—Ella me sonrió con ternura mientras tomaba mi mano —a nuestra casa, debes estar preocupada por no saber dónde queda verdad.
—Asentí sonriendo levemente y algo nerviosa —Un poco si
—Tranquila mi niña —sostiene mi mano con fuerza —vamos a mi departamento en el centro de la cuidad, ya verás —me sonríe otra vez.
Me quedé más tranquila cuando dijo eso,desde que ella llegó por mi no ha parado de sonreírme y eso de alguna forma me hace querer confíar, luego de unos 5 minutos de estar sentadas llego un bus que decía que iba al centro entonces nos subimos en ese , me senté en la ventana y mi tía alado mío; mientras el bus se movía veía los paisajes y estaba disfrutando bastante ya que se sentía irreal ver lo hermoso que era, el aire que entraba por la ventana me llegaba al rostro y cerrando mis ojos respiraba la ventisca que sentía, el olor a cemento, humo y algo de contaminación lo extrañaba aunque no se escuché romántico pero son olores de ciudad que ya había olvidado.
El trayecto fue algo largo debido a que la prisión estaba a las afueras de la cuidad, cuando por fin llegamos nos bajamos del bus con varias personas y seguí a mi tía por distintas calles, hasta que dimos a un dónde había muchas tiendas y edificios habitacionales, mi tía se dirigió a uno de color gris con numerosos pisos; yo me quedé parada viendo hacia arriba fijamente ya que era muy alto.