Júpiter y su grupo de amigos estaban también allí en el patio viendo como trataba de luchar y quitarme a esa muchacha de encima de mí, él estaba bastante feliz y mientras más crecía mi desesperación y los intentos fallidos por salir de la situación a el mas parecía emocionarle el hecho de verme muy angustiada, pero en ese momento Caden se detuvo en el patio de arriba agitado buscándome y cuando me vió se acercó rápido hasta a mi pero Júpiter alcanzó a verlo antes de que llegara.
—Se puso serio al verlo y pensó —Oh no, está vez no.
Para evitar que Caden se acercara a mi tenía que atajarlo en la cancha haciéndole una señal a Ibai y Haco para que lo agarraran, ellos corrieron a su señal y uno lo agarro del cuello y el otro del brazo y lo arrastraron hasta la parte de los baños .
—¿Quiénes son ustedes? —grito Caden —¡que creen que hacen!
Cuando lo soltaron Júpiter se puso en frente de él.
—Hoy ni lo pienses negro — Júpiter le soltó un puñetazo en el estómago haciendo que se cayera al suelo tosiendo fuerte.
Lavinia tenía los ojos llenos de lágrimas y sentía que la desesperación la estaba invadiendo cuando se detuvo cerca del baño de varones del patio central, se arrimo a la pared mirando al cielo y poco a poco se agachó poniendo su cara en sus piernas llorando, en eso salió Nahuel de ese baño subiéndose la cremallera del pantalón y escucho un llanto ahogado así que miro hacia abajo y vio a Lavinia.
—¿Lavinia eres tu? —se agachó para tocarle los hombros —¿Qué pasa, porque lloras así?
—Lavinia alzó la cara con tristeza y en ese momento se levantó de golpe —¡Tarado donde te metiste! —le da un puñetazo fuerte a Nahuel en el brazo
—¡Auch! ¿Y ese golpe porque fue? —Nahuel estaba confundido con su reacción repentina —solo tenía que ir al baño
—¡Ahora mismo van a matar a Mayida si no vas a ayudarla estúpido! —le grito —De prisa, debes correr al patio de arriba.
Nahuel salió corriendo igual que Caden hacia el patio de arriba en mi ayuda, en cuanto a mi ya estaba sintiendo que me desmayaba así que reaccione rápido y agarre a esa chica del cabello lo mas fuerte que pude levantándome un poco ya que ella estaba encima de mi pero afortunadamente solo lanzaba los mismos golpes de manera continúa así que pude hacer que se quitara de encima de mí jalando su cabello hacia atrás tanto como pude y finalmente se bajó de mí mientras gritaba tratando de quitarse mis manos de su cabello; en ese momento no lo pensé más y me levanté lo más rápido que mis fuerzas me lo permitían del suelo pero apenas me puse de pie todo me daba vueltas y no podía pisar bien con el pie izquierdo, me lo había lesionado.
Me quite la chompa lanzándola a un lado de mi y quedando solo en la camisa polo del uniforme, escupí sangre para luego tragar saliva e hidratarme un poco la boca, me limpie la ceja y la boca con las vendas de mi brazo tratando de ajustarla con los dientes; respiré profundo y alce mis puños adoptando una posición de defensa por que de nuevo esa chica ya estaba de pie, era rápida para reaccionar y no perdía tiempo, ella se puso en posición de ataque como si estuviera peleando sumo pero antes de que ella se acercara sentí una fuerte punzada en el estómago que hizo que me dieran ganas de vomitar y antes de que pudiera empezar a pelear me caí hacia atrás.
—¡Mayidaaa! —grito Nahuel a lo lejos
Caden estaba atrapado por los amigos de Júpiter así que cuando vio que me desmayé se alzó de un solo golpe y le dio un cabezazo a Júpiter en la barbilla, el retrocedió y maldijo por ese golpe pero Caden no le hizo caso y se fue corriendo hasta mi; aún seguía un poco consiente ya que en realidad estaba esforzándome por no perder la conciencia del todo pero mi respiración estaba muy agitada y no podía controlarla y eso de algún modo me estaba haciendo ver negro, así que de nuevo hice el esfuerzo por levantarme pero el estómago se me revolvió y escupí baba ya que las náuseas aumentaban no se porque razón.
—¡Mayida, respira, aquí estoy! —dijo Nahuel con preocupación tratando de ayudar a ponerme de pie —debemos llevarte a la enfermería
Su voz se escuchaba demasiado lejana para mi porque me zumbaban los oídos y veía muy borroso pero a lo lejos pude distinguir a Júpiter; que estaba carcajeándose hasta más no poder, en su cara veía satisfacción total al verme entonces en mi cabeza empezaron a resonar voces.
—Jajajaja, jajajaja sabia que jamás podrías defenderte —veía como los labios de Júpiter decían eso —estas justo donde merecer estar pequeña escoria jajaja
Mi cabeza empezó a latir fuerte y solo escuchaba un pitido en el odio que se hacía más fuerte, estaba muy enojada por haberme dejado golpear y que Júpiter me haya visto; así que poco a poco me levanté y Nahuel me ayudaba a pararme.
—¿Estás bien? No deberías ponerte de pie tan rápido —seguía diciéndome
—¡Mayidaaa, Mayida! —Caden corrió hasta mi
Al verlo estire la mano dando unos cuantos pasos y me volví a caer hacia delante raspándome las rodillas
—¡No! —dijo Nahuel preocupado —ven, voy a cargarte ya que no puedes mantenerte en pie —me agarro de la cintura poniéndome mi brazo en su cuello
—Al sentir eso lo empuje abruptamente y dije —Su-el-ta-me, y aléjate de mi.
El cayó a un lado por el empujón que le di y me vio confundido, me arrastre hacia Caden y él me ayudó a ponerme de pie cargándome al instante, cuando sentí la calidez de los brazos de Caden me desmaye completamente y mi cabeza se hizo hacia atrás.
—Tranquila, tranquila guapa —decía Caden caminando rápido conmigo en sus brazos hacia la enfermería —ya vine, y lamento haber llegado tarde.
El solo mordió fuerte sus labios con arrepentimiento y se apuro bajando las gradas, Nahuel lo vio irse conmigo y solo se agachó a recoger mi chompa en eso llegó Lavinia.
—Lo siento Nahuel —ella decía algo decaída —como no podía encontrarte, se me cruzó el amigo de Mayida, estaba asustada de que le pasará algo malo y tuve que decirle.
—Nahuel abrazo mi chompa con fuerza y cerró sus ojos —Hiciste bien —le da una pequeña sonrisa —pero no te niego que hubiera querido ser yo quien la salvará y la lleve en brazos a la enfermería
—Lavinia pone su mano en el hombro de Nahuel —pero aún puedes llevarle su chompa, la va a necesitar —sonríe para calmarlo
—No creo que sea buena idea que vaya allá, ya sabes que no confía en nosotros, solo lo hace en ese chico moreno y si voy se va a enojar más.
—Ahh es cierto , bueno al menos deberíamos dejarle eso en su pupitre en el aula —Lavinia se va junto a Nahuel.
Caden iba conmigo en brazos por el segundo piso en el edificio que se encuentra la enfermería y todos nos veían asustados, cuando llegó al tercer piso cerca de la biblioteca el bibliotecario se percató de que paso por allí así que salió a ver.
—Mi pajarito, lamento mucho que te hayan tratado de cazar, de nuevo —pensó mientras sonreía y se acomodaba sus lentes
La puerta de la enfermería estaba abierta, para mí mala suerte la psicóloga y la enfermera estaban allí.
—¡Dios mío! ¿Qué le pasó? —la enfermera le indico a Caden que me recostara en una camilla
Caden solo me quitó los zapatos para acomodarme en la camilla.
—¿Cómo se llama? —pregunto la psicóloga con insistencia —¿En qué curso está?
Caden seguía en silencio mientras me veía.
—Muchacho tienes que decirnos que fue lo que pasó, si no, no podremos ayudarla —dijo la enferma acercándose con medicina para curar mis heridas
—Caden hizo una mueca —Mayida Rigau, tercero de bachillerato —es lo único que se limito a responder
—¿Y.. como paso esto? No solo te preguntamos eso —grito la enfermera mientras me limpiaba la sangre de mi labio
La psicóloga le toco el hombro y le hizo una señal para que salgan afuera, ella asintió con enojo
—Por está vez lo dejo pasar, pero estás cosas se deben informar al medico encargado y a las autoridades del colegio ¿Si lo entiendes?, mira , ten, has esto hasta que yo regrese
La enfermera le dio indicaciones de como curar mis heridas a Caden y ella salió.
—Yo recuerdo quien es esta niña —le dijo la psicóloga a la enfermera apenas salieron al pasillo —no se si se acuerda, pero es la misma chica de hace tres años que pillamos cortándose y que luego nos enteramos por las noticias que habían encarcelado.
—¿Es ella? —la enferma estaba sorprendida —no sabía que había regresado al colegio, es más ni siquiera sabía que había salido del reformatorio —miro ligeramente hacia adentro —pero esto cambia las cosas, recuerde que el director nos dijo que no podemos intervenir con nada que tenga que ver con esta chica.
—Por eso mismo fue que le pedí salir —la psicóloga bajo la voz —esta en la mira de ya sabemos quien y no nos conviene meternos por el bien de nuestros puestos.
Ellas asistieron y se fueron a toda prisa dejándonos a Caden y a mi allí, pensaron que nadie las escucho pero él se había puesto detrás de la pared de adentro para escuchar, cuando ellas desaparecieron el salió al pasillo y miro al cielo, abajo al patio y focalizo la vista al bibliotecario que estaba tomando de una botella.
Poco a poco abrí los ojos y lo primero que ví fue a Caden sentado alado mío secándome la frente con un trapo húmedo, me levanté un poco lento y el me ayudo a sentarme en el filo de la cama, me había limpiado las heridas poniéndome una curita en el labio, una gasa en la oreja, vendo mi tobillo por debajo de la media, había cambiado los vendajes de mis brazos tapando mis manos un poco y me había puesto una pomada en la ceja.
—¿Ya te encuentras mejor? —me pregunto
Yo solo asentí sin decir nada
—Esta bien, sabes que no preguntaré nada que te incomode
—No voy a dejar las cosas así, me las van a pagar —empuñe las manos y apreté la mandíbula —me confíe demasiado y por eso me hicieron esto.
—Déjame ayudarte —Caden sostuvo mis manos y se arrodilló para verme de cerca —se quienes fueron y al igual que tú no dejaré que te hayan tratado así, solo dame la orden y empezaré.
—Sonrei ligeramente y entrecruce mis dedos con los de Caden para sostener sus manos —Tu los viste así que encárgate de ellos.
Caden sonrió con satisfacción y me abrazó de la cintura poniendo su cabeza en mi regazo, yo quité mi pequeña sonrisa y me puse sería, no voy a permitir que Caden haga mi trabajo, solo dije eso para calmarlo pero tengo que encargarme yo misma, eso me dará mayor satisfacción luego. Salimos de la enfermería con él que me ayudaba a caminar un poco llevándome del hombro, no podía pisar bien y el tobillo me estaba matando de dolor a cada paso que daba, llegue al aula aunque ya casi eran las 12 del día, estuve como 3 horas en la enfermería; Caden me ayudó a llegar a mi puesto y también guardo las cosas de encima de mi pupitre por mi; cargando mi mochila hacia adelante ya que tenía la suya atrás.
No pudimos evitar las miradas de todos y las murmuraciones pero me daba igual lo que decían lo único que quería es irme a mi casa a planear algunas forma de hacerles pagar, me fui en un taxi que Caden pago por mi y me dejó en frente de mi edificio, cojeando y con dificultad camine hasta la entrada y Pascual me abrió, no tenia ánimos de saludarlo así que pase de largo hasta el ascensor a esperar a que bajara; esa espera se me estaba haciendo eterna ya que me dolía asentar el pie en el suelo y en mi cara se notaba la incomodidad pero en eso llegó un hombre bastante alto con una barba frondosa de color café claro y musculoso que se paró alado mío. Al verme me saludó con la cabeza y yo le devolví el saludo, estaba tambaleándome perdiendo el equilibrio por no poder pararme bien y el se dio cuenta.
—Miro hacia abajo —¿Te lastimaste el tobillo? —pregunto directo
Yo solo asentí sin hablar haciendo una cara de dolor
—Permíteme tu mochila —la agarro de mis manos —te la llevare hasta tu departamento, al parecer no puedes caminar bien y está maleta está algo pesada.
—Suspire de alivio —muchas gracias, el pie me está fastidiado y me viene bien su ayuda.
—No tienes que agradecer, somos vecinos después de todo —me sonrió —¿En que piso vives?, yo en el quinto
—Me sorprendí —yo igual, hace algunos meses llegué, Soy Mayida mucho gusto
—Mucho gusto —el miro mi cabello y alzó una ceja — ahh con que tú eres esa chica —me dijo con familiaridad
—¿Disculpe? —estaba confundida
—Mi esposa Dayan me hablo ti —entramos al ascensor y el cerro la puerta con el botón, señalo su cabello —dijo que tú cabello era asombroso
—Ahh jaja reí con timidez —Gracias, pero solo es cabello
—Pero no cualquiera cabello, es rizado y eso no lo tienen todos.
Sonreí, bajamos del ascensor y el me llevo hasta mi departamento entrando y dejando mi maleta en el sillón, se despidió de mi y se fue, yo me senté haciendo mi cabeza hacia atrás y respire profundo.
—¿Qué hacer, que hacer? —dije
Saque el celular de mi mochila y revise mis mensajes, tenía varios en el grupo y empecé a leerlos. Gadea y Gery me preguntaban si estaba bien reclamándole a Caden por no haberme protegido.
—Gadea ¿Estás ocupada? —le escribí un mensaje
Apague la pantalla del celular y espere dejándolo encima del sillón mientras me levantaba con mi mochila en la mano yendo hacia mi cuarto, saque de ella la cajetilla de cigarros y el encendedor abriendo la ventana de mi cuarto y sentándome en el filo, para fumar mientras pensaba; no acostumbro a hacer esto en la casa por respeto a mi tía pero estoy enojada así que tengo que hacerlo por hoy aquí si quiero calmarme y pensar claramente mi siguiente movimiento. Mientras estaba en la ventana pensaba en lo de hoy ¿Cómo pude fallar así? ¿Por qué? Solo me culpaba por haber bajado así de feo la guardia, que hice mal, pero por mas que pensaba no sabía que error cometí pero de pronto.
—Un momento, ¿Dónde está…? —dije con el cigarro en la boca
Me levanté rápido de la ventana y con apuro busque la navaja que me había regalado Noor, no recuerdo donde la dejé pero busque en mi maleta que traje del reformatorio en todos los bolsillos y no estaba en ninguno, seguí buscando por los cajones del escritorio y tampoco, fui a los cajones de mi ropero en cada uno y nada.
Me senté en la cama con enojo y rasqué mi cabeza mientras sacaba algo de humo de mi boca.
—¿Dónde carajos la dejé? —maldecía en mi interior por haberla desaparecido.
Mire toda la habitación y lo único que se ocurrió es buscar debajo de la cama y allí estaba tirada al fondo de la pared, la alcance estirando mi brazo y cuando la saqué estaba oxidada y algo mojada debido a la humedad que hay; la examine y la cuchilla ya no cortaba, el mango estaba opaco debido a que es color café claro y ya no se doblaba con facilidad.
—Diablos, debo reparar esto.
Era urgente que la componga, ya que se me olvido un básico en la supervivencia y que Noor tanto me repetía, nunca soltar la navaja, como se me ocurrió bajar hasta el infierno solamente con mi fuerza y sin armas; era más que obvio que me iban a dar una paliza tarde o temprano y no ellos, si no sus sirvientes que son mas fuertes incluso que mi y eso ya lo sabía.
Salí de mi cuarto tirando la colilla del cigarro por el retrete para que mi tía no sospeche nada, y abrí la ventana de mi cuarto a todo lo que da para que el humo se disipe, me volví a sentar en el sillón dejando la navaja encima de este, mire mi celular de nuevo y Kaan ya me había contestado.
—Hasta que al fin contestas enana —puso —estábamos preocupadas por ti, el tarado de Caden no sirve para nada de veras, como pudo dejar que te golpearan así, y tu porque no nos avisaste en primer lugar —mientras leía sus mensajes sentía como si me estuviera regañando, a los dos, incluso escuchaba su voz.
—Créeme que lo iba a hacer, pero mi celular voló grada abajo —le respondí —lo importante es que estoy viva Kaan, además no es como si me hubiera dejado golpear demasiado.
—Pero te dejaste golpear de todos modos —escribió en mayúsculas —y no, no estoy ocupada, estoy en un bar cerca de la universidad con unos amigos de otra carrera, estábamos esperando por una materia pero se canceló ¿Por qué?
—¿Te importaría venir a mi casa?