—Tengo que hablarte de algo, ¿podrías venir a mi casa, si no te molesta? —le pregunté con algo de recelo —iría yo misma a verte a tu universidad pero no puedo caminar bien, me lesione el tobillo.
—Enana, claro que no me molesta —Gadea respondió —mándame tu ubicación y llegare en poco tiempo, tu quédate allá, no hagas esfuerzos no quiero que empeores por caminar.
—Esta bien, y gracias Kaan
—Deja de agradecer ¿quieres?
Me reí un poco con su respuesta, no puedo evitar estar agradecida pero siento que le cause problemas al decirle que venga, no me queda de otra más que esperar a que llegue; cocinaría algo para ella ya que me emociona tenerla aquí por primera vez, pero no puedo moverme así que ambas tendremos que morir de hambre.
No pasó mucho tiempo y Kaan tocó la puerta que cojeando abrí.
—Me abrazo apenas salí a recibirla —Diablos beba, tu problema casi no me deja beber a gusto —me mira la cara —estas toda estropeada, por cierto.
—Pasa, hubiera podido evitarlo si hubiera estado alerta pero no sé que me pasó —me golpeé la frente
—Ella camino hasta el comedor dejando unas bolsas en la mesa —a todos nos pasa, yo siento que es porque te sentías más aliviada y ya no estabas a diario alerta, como en la prisión.
—Supongo que si —mire las bolsas y las revise con cuidado —¿Qué es esto?
—Comida, unos postres y bebidas —dijo ella —No he comido nada en todo el día a excepción de un cigarro, y dos vasos de alcohol por eso necesito llenar la panza —empieza a sacar las charolas — y bien ¿Qué es lo que me debes decir?
—Me senté esperando a que ella me sirviera un poco de comida —tengo que desquitarme y te necesito, tu puedes ayudarme esta vez.
—Habla, ¿Qué tienes en mente?
Ambas empezamos a comer y mientras masticaba ideaba una ruta.
—Conoces al mamarracho de Júpiter ¿No es así? —le pregunté
—Claro, Júpiter Peix, su cara no se ha olvidado
—Sin rodeos le dije a Kaan —quiero que lo conquistes, finge estar enamorada y acuéstate con el.
—Kaan se atoro al escuchar eso, tosió y se golpeó el pecho —¿Con que fin? —antes de reclamarme se serenó
—No debes tener sexo con él, tranquila jajaja, solo quiero que me traigas la ubicación de su casa, el resto me encargo yo.
—Ahh, jaja —miro hacia arriba aliviada —por un momento pensé que de verdad querías que le rompa el corazón y que lo lleve a la cama jaja; no sería un mal plan pero creo que merece algo peor que una simple ruptura con alguien jaja, bien enana, pero tardaré un poco en hacerlo porque debo acercarme con precaución y poco a poco
—Tomate tu tiempo, no tengo prisa —dije — ahh y otra cosa —puse la navaja encima de la mesa — ayúdame a reparar esto ¿Quieres? Se me estropeó por la humedad.
—Gadea la miro de cerca —mmm no tiene filo y está algo oxidada, tienes suerte, conozco a alguien que repara estas cosas, déjame la a mi.
Deje que Gadea se llevará mi navaja, luego de que ella se fue recogí la mesa, limpie un poco, me bañé y me fui a la cama temprano; esa noche mientras dormía soñé que estaba frente a frente con Júpiter, el me miraba fijamente y de pronto chasqueo los dedos y varías manos me sujetaron de los brazos y las piernas evitando que me mueva, yo forcejeaba para poder soltarme pero era inútil, una cuerda roja flotaba en el aire, de pronto Júpiter se acercó a mi, con un cuchillo muy fino y largo en su mano, agarro mi mentón girando toda mi cabeza a un lado con fuerza y se acerco a mi oído mientras la cuerda se enroscaba en mi cuello apretándome con fuerza.
—Jamás podrás deshacerte de mi ¿Escuchaste?, eres de mi propiedad, me perteneces y no te soltaré
Pasaba ese cuchillo por mi cuello con firmeza y sentía que me lastimaba, de pronto me corto y la sangre empezó a salir por montones, el aire empezó a faltarme y aun seguía atrapada por esas manos hasta que me desperté de golpe con la respiración agitada, el corazón me latía muy fuerte y todo mi pijama estaba empapado en sudor, moría de la sed pero solo trate de calmarme sentándome en la cama y me limpie la frente con la mano. Sentía un regusto a sangre el la boca y pase mi lengua por el interior de mis cachetes y resulta que me los estuve mordiendo mientras dormía, me quedé un rato sentada viendo a un punto fijo y en eso agarre mi celular de la mesa de noche y eran las 2 de la mañana, la pesadilla me quitó el sueño por completo.
—No puedo creer que hasta en los sueños me fastidies —susurre con enojo y apreté las sabanas con fuerza —Júpiter Peix quisiera arrancarte la cabeza.
En unas cuantas horas iba a tener que ir al colegio y no pensaba ir desarmada pero ahora mismo no tengo la navaja, así que lo único que puedo hacer es fabricar un arma o agarrar de la cocina un cuchillo, me levanté en silencio y pase por alado de la habitación de mi tía que al parecer dormía así que camine sin hacer ruido abriendo los cajones donde teníamos las cucharas, mire una fijamente mientras la sostenía en la mano.
—Si le saco algo de filo podría ser lo suficientemente cortante para sacarle un ojo a alguien —pensé
Pero el problema era que no tenía nada con que afilarla, no había piedras o al menos un piso de cemento ya que el del departamento era embaldosado, así que tengo que descartar la cuchara pero aún así tendré en cuenta que puedo fabricar un arma de ella, re busque otro cajón donde teníamos varias clases de cuchillos: uno pelador, de puntilla, unos gruesos, otros mas delgados pero había uno que llamo mi atención porque era pequeño y parecía una navaja, tenía bastante filo y era muy liviano, mientras lo veía arrime mis codos al mesón de la cocina y le daba vueltas en mi mano.
—Tu serás el reemplazo de mi navaja —susurre llevándomelo
Regrese a mi cuarto, encendí mi lámpara para buscar en mi cajón de ropa una media, saque una tijera, hilo y aguja, iba a hacer una bolsita donde pueda esconder el cuchillo porque si lo meto en mi mochila me iban a pillar en el colegio y no quiero que mi tía tenga problemas por eso; me pase cerca de 3 horas haciendo eso y cuando mire la hora de nuevo eran las 5 de la mañana. Una vez terminado eso guarde allí adentro el arma temporal, me levanté de mi escritorio apagando la lámpara, me estire y empecé a prepararme para ir al colegio, busque en mis cajones una chompa que ponerme ya que ayer deje la mía tirada en el patio del colegio, pero solo tenia sacos así que me puse uno de color gris encima de el del uniforme, este era ancho y no era afelpado como mi chompa pero al menos me abrigaría del frío, metí adentro del bolsillo interior la bolsita y el celular y salí de mi cuarto.
Me fui antes que mi tía ya que no quería que ella me vea y me pregunté que me pasó, quería evitarla por un tiempo hasta que sanen mis heridas, iba a ser un reto ir al colegio con el tobillo hinchado y casi cojeando, ya me estaba arrepintiendo de no haber faltado pero ni modo ya salí de casa así que debo llegar como sea; subirme al subterráneo no me supuso problema ya que hay escaleras eléctricas por todo lado pero al salir y tomar el autobús que lleva al colegio iba a ser complicado, pero con dificultad llegue a la parada de buses y había varios estudiantes esperando que cuando llego autobús todos empezaron a subir y yo me iba quedando atrás debido a que no podía alzar el pie, cuando intenté subir resbale y por un instante creí que iba a caer hacia atrás y entre en pánico porque ni siquiera me pude agarrar del tubo; cuando de pronto sentí que alguien avanzo a sujetar mis hombros.
—¡Ufff, casi no te alcanzo! —Nahuel me sonreía —que bueno que subí detrás de ti, si no, podías golpearte la cabeza .
Al sentir que me caía cerré fuerte los ojos y no me di cuenta que él pudo detener el accidente a tiempo, regrese la mirada a sus ojos
—¡Diablos, que mirada más sexy! —es lo que pensaba dentro de mi
Cuando estoy cerca de él pierdo el control de mis emociones, mi corazón late y mis manos sudan, nunca he podido evitar ver sus ojos, esos hermosos ojos grises oscuro que tanto me enloquecen, su sonrisa es tan amable y agradable pero a la vez odio que el me haga sentir todo eso.
—Gracias —trate de recomponerme —creí que de nuevo rodaría por gradas —dije con sarcasmo
—No voy a permitir que te vuelva a pasar
Si tono de voz cambio, se hizo más profundo y sonaba más serio, me asusto un poco pero no le di importancia, Nahuel me ayudó a subirme al bus sostenido mi mano firme, pero delicado a la vez, al no poder asentar mi pie me era difícil permanecer estable pero con su ayuda el trayecto pasó sin problema.
Incluso cuando llegamos al colegio me ayudó a caminar, iba a mi ritmo y no me apuraba, era muy delicado conmigo y me ayudaba a subir las gradas y eso me pareció lindo de su parte, claro, hasta que nos topamos con Lavinia.
—¡Hola chicos! —nos sonrió a ambos —¿Mayida? —me miró —¿Te lastimaste el pie? Déjame llevar tu mochila
La verdad no quería dársela pero no tuve opción porque Nahuel estaba allí así que accedí a dársela a pesar de mi disgusto de que ella esté cerca de Nahuel, no se porque pero desde el primer momento en que él se hizo mi compañero de clases siento que ella revolotea mucho a su lado y me fastidia su actitud.
—Que bueno que llegaste junto con esta estrellita —Lavinia iba caminando delante de nosotros llevando mi mochila cargada hacia adelante —y también me alegra poder ayudarte
Que insoportable es tener que escuchar a Lavinia, al menos solo debo aguantar hasta que lleguemos al aula, odio la forma en la que le habla a Nahuel, como le sonríe, cuando bromea con el e incluso que lo llame por apodos. Odio a Lavinia más de lo que creía.
—Gracias por su ayuda —dije sería agarrando mi mochila de Lavinia y sentándome en mi pupitre
—Gracias a ti por dejarme ayudarte, me gusta pasar tiempo contigo —Nahuel me sonrió y se fue
—Lavinia se quedó alado mío y se sentó en la banca de en frente mío —Oye Elba ¿Te molestaría cambiarme tu asiento?
Ella fue hablar con la persona que se sentaba delante de mi, ya que suelo siempre sentarme al último por ser alta y para poder observar a todos mejor , ¿ella quería sentarse cerca de mío?
—Claro que no, puedes tomar mi asiento si gustas —le dijo Elba llevándose su mochila al asiento de Lavinia
—¡Yei, me voy a sentar alado de Mayida ahora! Estoy muy feliz.
Yo solo mire ligeramente hacia arriba y saque mi celular sin decir nada, en eso me llegó un mensaje de Gery.
—Mi vida hermosa, mira lo que encontré en mi vieja cámara de fotos, estaba está foto y otras mas
Era una foto que Noor se tomó junto a mi con la cámara de Gery, amabas estábamos paradas en nuestra celda, ella abrazándome del hombro sacando la punta de la lengua y yo sonreía haciendo un sigo de paz con mis dedos, no me di cuenta que mientras veía esa foto sonreía con algo de nostalgia y tal ves mi mirada se torno algo triste.
—¿Es tu amiga? —me pregunto Lavinia sacándome de mis pensamientos
—Ella había alcanzado a ver la foto así que rápidamente cerré la foto y guarde mi celular —No es nadie —dije con enojo
Ya me estaba cansando la actitud de Lavinia, todo el tiempo estaba observándome y esta vez no me iba a callar.
—Es muy impertinente de tu parte preguntarme cosas de mi vida, cuando tú y yo no somos amigas ¿No crees? —la miré con enojo —deja de estarme vigilando todo el tiempo quieres.
Cuando le dije eso me puse audífonos y ya no le hice caso, ella solo se giró hacia adelante extrañada. A la hora del receso ella fue hasta el asiento de Nahuel.
—Creo que cometí un error —le dijo con tristeza
—¿Por lo dices de repente?
—Por mi culpa Mayida se enojo y creo que se va a poner a la defensiva con nosotros, he estado mirándola mucho y tratando de acercarme pero es muy complicado, me aleja cada vez que lo intento
—Nahuel suspiro —no debiste hacer eso, recuerda que quedamos en esperar a que ella se acerque poco a poco
—¡Yo lo sé Nahuel! —ella niega y hace una mueca —pero tu muy bien sabes que quiero ser su amiga, está vez quiero hacerlo bien
—Calma, no grites —dijo el con voz baja — es al tiempo de Mayida, debes tener paciencia, no es cuando tu quieras y no puedes obligarla, lo único que lograrás es que nos vea como una amenaza y que nos agarre más odio del que tal vez ya nos tiene ¿Entiendes?, no es como antes, ella cambio y mucho, e incluso no sabemos con certeza por todo lo que vivió para tener la postura que tiene hoy.
—¿Acaso crees que no se eso? —ella se alejo un poco enojada —no se porque hablé contigo, tu no entiendes
Corrió afuera del aula luego de gritarle eso a Nahuel y el solo la miro suspirando de nuevo, yo ya había salido del aula y estaba en mi lugar de siempre fumando un poco pero está vez sentándome en el suelo ya que no podía estar de pie; Lavinia estaba buscándome y cuando me encontró se acercó a mí otra vez.
—¿Puedo hablarte Mayida? —se quedo de pie en frente de mi
—Yo alcé la mirada mientras de mi nariz salía humo, suspiré y dije —¿Qué diablos quieres ahora? Ya no tengo nada que hablar contigo
—Es mi turno ahora de que tú me escuches
Se notaba bastante enojada así que al terminar mi cigarro me puse de pie con dificultad y en seguida encendí otro.
—Habla entonces — le tire algo de humo a la cara
—Ella cerro los ojos y arrugó la nariz —en primer lugar quiero saber ¿Por qué no comes la comida que te traigo? Siempre que te la doy veo que la tiras o la encuentro en el basurero, y no solo eso, mis regalos también van a parar allá —me mira a los ojos y frunce el ceño —enserio no logro entender que estoy haciendo mal, por más que intento acercarme a ti de buena forma tu no te abres conmigo si no al contrario; el muro que has construido conmigo solo crece más y más.
—Yo me sobe el cuello girándolo mientras sostenía el cigarro cerca de la comisura de mi labio —Veo que si te lo estuviste guardando pero es simple de entender; no me interesa ser tu amiga en lo más mínimo, no te pedí que me compres comida o cosas, ni siquiera te he dicho que seas amigable conmigo, ni que te me acerques —mordí mi piercing —creí que desde el principio estaba claro Lavinia, no tengo la intención de llevarme bien contigo ni con nadie en este infernal colegio.
—¿Nadie? Entonces dime porque con ese chico moreno y esas otras dos chicas si te juntas —alzo una ceja —con ellos si sonríes y te diviertes a su lado mientras que conmigo solo eres cortante y jamás me miras a la cara.
—Puse la punta de la lengua en mi labio superior y cojeando me acerque mas a ella —son los únicos amigos que tengo, amigos de verdad, no como todos los pedazos de hipócritas de aquí, estuve pudriéndome dentro de cuatro paredes con ellos ayudándome a mantenerme cuerda en esa jungla; en cambio a ti ni siquiera te conozco bien.
—Pero a mi me conoces más tiempo que ellos, prácticamente son 6 años ¿Eso te parece no conocerme bien? —Lavinia demostraba desespero en su voz
—Jajaja ahhh —ya estaba perdiendo la poca paciencia y consideración que me quedaba con ella — al menos agradece que no eres parte de mi plan como Amanda y los demás; deberías reconocer que no tienes nada que pagarme
—Oye —Lavinia retrocedió un poco —yo jamás te hice nada malo ¿Qué tendría que pagar?
—Exacto, ese fue tu problema, tu crees que no hiciste nada pero tampoco hiciste algo cuando yo lo necesite y tu muy bien sabías todo lo que me hizo Amanda y todo lo que planeaba en mi contra pero aún así a ti te valió goma y jamás te dio pena de mi, gracias a qué tú no hiciste nunca nada deje de hacer lo que mas me gustaba y me perdía en la angustia y la desesperación por encajar con todos mientras tu solo pensabas en ti, tenias consideración tal ves si, pero de mantener tu seguridad intacta; tienes razón, ¿Por qué tendría que haberte importado como estaba yo? Si tú lo tenías todo en ese momento incluso amigas y una vida social mientras yo … yo estaba tratando de sobrevivir por segundos.
—Yo… yo no … no es así … solo estaba …
—Sonrei de ira — si ves, sabes bien que es cierto y sabes que tengo la razón al decirte todo esto, es por eso que no tengo la intención de estar cerca de ti, eres igual a todos y si así fuiste cuando se supone éramos amigas, no me imagino como serías si de verdad dejo que seas mi amiga y te recuerdo que el no hacer nada también es parte del bullying, así que digamos que tu también fuiste parte del problema. Tu también me acostaste en ese momento al ignorarme.
Lavinia solo mantuvo la cabeza agachada con los ojos muy abiertos y yo camine por su lado empujando su hombro con fuerza
—Una vez aclarado eso, espero me dejes en paz, no tengo tiempo de estar aguantando tus berrinches otra vez .
Me fui dejándola allí, mientras caminaba me invadían sentimientos extraños, sentimientos que había enterrado hace mucho, la ansiedad de esas épocas regreso y la migraña que sentía a diario cada vez se hacia más fuerte pero a la vez sentía algo de paz ya que pude decirle a Lavinia lo que quería decirle desde hace mucho, solo trate de olvidarme de eso y me concentre en ir a buscar a una persona en específico