Ellos
El sonido de una música romántica me despierta, la reconozco de inmediato Kool & The Gang – Cherish, me levanto y sigo escuchándola ¨Aprecia el amor que tenemos, deberíamos valorar la vida que vivimos¨. Camino hasta que llego a la puerta de vidrio, miro que estoy con la ropa que di mi exposición, pantalón, una camisa blanca, y una blazer azul, botines negros y estoy limpia. Acaso estoy soñando.
Mi vista vuelve al vidrio pongo una mano en esta. No se abre. Lo intento pero nada.
-Aquí estas. No llegue tarde. ¡Tienes que salir!- un joven aparece de la nada, ojos azules y cabello negro y desesperado-¡Despierta! no hay mucho tiempo estoy en la esquina de la calle de tu casa. Ahí estoy. ¡Ahí! ¡Sal!
Un humo lo hace desaparecer, trayéndome a la realidad, abro los ojos. ¿Y es de día?, me incorporo y las luces rojas siguen alumbrando las paredes, solo que en una pequeña parte de la ventana a la izquierda entra la luz del sol. Miro el aparato blanco que parece un huevo. Me levanto para verlo y marca una serie de números 01012333, a la derecha hay un botón que dice aceptar. La mano me pica por aplastarlo, ¿Qué pasaría si lo hago?, ¿Cambiaría algo?
Aceptar. No pasa nada. Me alejo restándole importancia, me acerco a la ventana de donde proviene la luz del sol, y esta muy fuerte. Reacciono de inmediato y trato de ver si puedo saltar desde el tercer piso. Está muy alto, me caería de inmediato rompiéndome así todos los huesos. Me llevo las manos a la cabeza y caigo rendida. Pienso en el sueño que tuve, ¿Acaso fue real?, porque se sintió así. Pongo la mano en mi pecho, porque siento que debería hacerle caso. Me levanto y rebusco en mi bolso. Miro el celular y tengo setenta por ciento de batería, y esta sin línea. Intento mandar un mensaje a mi hermana pero nada, no llega nada y me preocupo más.
¿Y si le paso algo a mi familia?. No, no tienen que estar vivos, tienen que estarlo porque yo lo estoy. Sigo mirando en el bolso, cuadernos, esferos, auriculares, y agua es lo único que traigo. Me pongo a revisar los cajones y encuentro una bata blanca me la pongo. Encuentro unas hojas sobre un proyecto, más bien una investigación sobre la sangre, la descarto dejándole a un lado, ahora no me interesa eso.
Lo únicos objetos que encontré fue una barra de chocolate snicker, un estilete, y un botiquín de primeros auxilios, lo abro y miro que contiene. Los implementos básicos para tratar, pastillas, curitas, algodón, alcohol, toallas femeninas.
-¡Vaya!- y vendajes, nada más. Como voy a sobrevivir aquí. Si no hay mucho, necesito encontrar la manera de salir. Guardo todo lo que encontré en mi bolso, y me lo cruzo a un lado del hombro. Pesa un poco, pero puede valer la pena. Me acerco al vidrio para ver si está el infectado que quiso atacarme ayer. No hay nadie. La puerta del salón está abierta.
Los impulsos y el miedo se apoderan de mi. La mano me suda, y tengo que arriesgarme a correr el riesgo. Miro que un palo de escoba esta al fondo del salón, desactivo el código de la puerta y hace un pequeño pitido- ¡Ay! miro a mi alrededor si aparece un zombi. Despejado. Camino hasta tomar el palo, me apego a las paredes y miro por la puerta, el charco de sangre sigue ahí, cadáveres desmembrados están esparcidos en el corredor. Salgo apuntando a mi alrededor y agarrando bien mi bolsa. Camino, y camino hasta que me desvió por las escaleras, la universidad está en total silencio. Cuando llego a la planta baja, el patio esta infestado de zombis.
-No puedo creerlo- las personas que conocí ya no tienen vida. Me refiero que es como si dejaran de existir, sin una mirada dulce, sin tristeza y enojo, todo es oscuro y hambriento. El corazón me vuelve a latir aceleradamente y me escondo en la pared que reposo. Pienso en alternativas que me puedan ayudar a salir de aquí. ¿Y si actuó como ellos?, rayos no, reconocerán el olor a carne humana viva, y si me arrastro hasta llegar al edificio de la carrera de informática. Peor. Me verían y moriría. Vamos mujer piensa en algo, no puedes quedarte aquí.
Pienso… pienso. Hasta que..
La valla de atrás, donde esta el estacionamiento, podría subirme y cruzar al otro lado. Me giro apuntando el palo, y doy pasos en silencio, camino por el pasillo que esta a mi derecha miro si hay algún zombi y no, me desvió por las escaleras hasta que toco el suelo del estacionamiento, camino pegándome a las paredes, miro a mi alrededor si hay algún humano vivo pero no hay nadie. Sigo apuntando, cuando de pronto me pego un susto porque alguien respira en mi oreja, miro de reojo y la maestra de Arte está mirándome con hambre.
Reacciono de inmediato y le mando un palazo en la cabeza, se golpea contra la pared y yo doy a toda marcha mirando como una loca desquiciada a mi alrededor, ella me persigue. La valla se encuentra a poca distancia, cuando de pronto de es bloqueada por una manada de estudiantes que fueron convertidos en esas criaturas. Miro atrás mío y ella está próxima a mi. Me agacho y me arrastro por debajo de los autos muy deprisa raspándome las rodillas y los codos.
Miro de nuevo atrás mío y no hay nadie solo los pies de las criaturas. Me desespero y respiro aceleradamente. Sigo arrastrándome sigilosamente, hasta que una alama de un auto comienza a sonar muy fuerte, me tapo los oídos, miro que los zapatos desaparecen para se remplazado con un grito ahora no humano. Lo hago de inmediato, sigo arrastrándome hasta el final, llego y salgo apurada apuntando el palo. Le doy a uno volándole la cabeza sin que esta se caiga, me ruge y comienzo a correr, los zombis estudiantes han ido para el lado izquierdo de donde el vino ruido pero este no, es otro estudiante, lo conocía Mark, estudiante de arquitectura último semestre, lástima que fue convertido. Corro, corro y corro hasta que llego a la valla, miro de reojo al zombi está a pocos centímetros de mi, me subo a la valla y comienzo a treparla como pueda, rasgándome con algo afilado la pierna. El zombi llega y intenta atrapar mi zapato, yo le pateo muy fuerte para quede desfigurada la cara hasta que me subo completa y caigo al otro lado golpeándome todo el cuerpo como la cabeza.