Los documentos
Cierro la puerta. Y no, este lugar no ha sido destruido, capaz solo fueron a la habitación de mis padres y no encontraron nada como en el sótano. Toco los libros, el montón de cuentos que tenía y lo mucho que le gustaba leer, aun los leía para la edad que tenía, ella quería ser escritora infantil, su pasatiempo favorito. Comienzo a sacarlos, solo los que están en el cuarto estante y veo al fondo la caja fuerte. Es una pequeña, la arrastro y la pongo en el piso. Muy pronto estará oscuro así que debo apurarme. Solo tengo cinco intentos si fallo estaré jodida. Pongo la clave, el cual es el día en que mi hermana se recuperó por completo del cáncer. La caja hace un pequeño pitido. Me muerdo los labios del susto mientras el corazón me bombardea. Miro por la ventana y no hay nadie, solo el sol ya oculto. ¡Mierda!
Abro la caja y veo un montón de documentos sellados por una carpeta, la abro y veo un diario, lo saco para leer y hay decenas de palabras escritas por mi padre explicando la sangre de mi hermana, mi sangre, y algunas partículas de sangre. También descripciones de especies de varias plantas que desconozco. Solo una está resaltada y tiene varia información teórica, y donde encontrarla. Miro sus últimas páginas donde revela algunos datos espeluznantes del círculo y de un líder. Me detengo y busco que más hay en la caja y veo dos tubos de recolección de sangre. Uno es mío y otro es de mi hermana, son las últimas pruebas que nos hicieron el anterior año y un libro de ciencia ficción sobre los viajes en el tiempo.
¿Viajes en el tiempo?. Lo observó y tiene una nota- Para aquellos que quieren creer más allá del muro son libres de leer este libro atentamente el señor Sky -. Abro la cubierta de tapa dura y tiene un hueco enorme en forma de circulo, en el hay un control con un solo botón. Lo aplastó para ver si pasa algo pero no. Brinco cuando una voz automática suena. ¡Rayos! La bulla los monstruos van a venir. Trato de apagarlo mientras solo escucho que dice “Dime el código" aplastó el mismo botón y se apaga. Eso estuvo cerca paso saliva por mi garganta y observó todos los materiales que encontré en la caja fuerte y decido guardarlos en mi maleta más bien busco entre los cajones una cartera pequeña y las guardo excepto los tubos de sangre, a estos los pondré en una funda de medias dobles para que no se rompan. Cuando terminó guardo todo en la maleta. Decido poner la caja fuerte en su lugar, sería un descuido dejarla a la vista. Coloco el último libro hasta que escucho unos pasos afuera del cuarto, el corazón me martillea aceleradamente del pánico, no puedo girarme haría bulla por mis pisadas.
¿Y ahora qué hago? Saco mi pistola de un lado de mi cadera y apunto otra vez nerviosa, siento que están girando la cerradura. Aprieto los dientes hasta morderme la lengua sacando sangre de ella. Veo una bota que me parece reconocida, después otra pisada, hasta que aparece su silueta bien entrenada que parece de un militar cuyos ojos son azules. El pendejo también me está apuntando con su pistola.
Diman parece que está enojado y es lo que menos me importa.
-Dulce- su voz es gruesa, potentemente dura, muy serio y eso me atrae. Pero tengo que ignorar que no estoy para caer en el romance. Nadie se enamora en un apocalipsis donde lo único que importa es sobrevivir y ser egoísta.
-Diman- también digo su nombre fulminándolo con la mirada, desafiándolo. El parece captar eso que se pone más en alerta. Miro que ya no está vestido con ropa normal si no, con ese uniforme negro que he visto usar a William, Danna y a Nomi.
-Dulce baja el arma, no voy atacarte- baja su arma- estoy aquí por ti, mujer. Cómo pudiste escaparte, no sabes lo peligroso que está el mundo- alzó un hombro sin darle importancia, pero yo sigo apuntando, no puedo contarle porque regrese, él no debe saber nada. No confío en el, nunca he confiado. Porque ellos también pueden ser malos- por favor Dulce- insiste.
-No Diman. No debiste seguirme, debiste olvidarme. Acaso no pudiste.
-No, porque somos un equipo. Solo piensa hemos compartido muchas cosas, momentos lindos y si es verdad feos, yo sé que lo último que paso no debió pasar pero si se disculpan ambas puede quedar en el pasado. Creeme como me gustaría que tú y Danna sean amigas, ella es una buena persona, todos mis amigos los somos- me río por lo último que dice.
-Estas loquito, acaso quiero haceme amiga de esa loca desquiciada que en cualquier momento me puede disparar, no le agrade desde el primer momento y a mí tampoco ella- me mira rendido y cansado. Observa el entorno en el que estamos parados los dos, el sol fue reemplazado por la luna y afuera está muy oscuro. Cada movimiento de Diman me ponen como un témpano hasta que únicamente cierra la puerta despacio sin hacer ruido y se recuesta contra la pared.
-Está bien, si prefieres estar así apuntándome, es porque piensas lo peor de mi ¿Verdad? Imagino que me odias- eso me deja pensando hasta que vuelve a preguntar.
-¿Me odias Dulce?